El hecho fue en Jachal. Pese a la magnitud del proyecto, la contaminación causada y las personas afectadas, la impunidad fue la regla general que rodeó todo el proceso.
Martes 14 de septiembre de 2021 21:32
Hace 6 años comenzaba una de las páginas más oscuras de la explotación megaminera en Argentina. La provincia de San Juan se convertía en centro de la discusión y hasta cierto punto disparador de toda una serie de cuestionamientos al poco control que existía (y sigue existiendo) sobre el negocio de la megaminería en la Argentina al conocerse los derrames de elementos tóxicos como cianuro, mercurio o boro en el río Jáchal.
Se ponía en evidencia el catastrófico escenario al que nos llevaba un matriz económica basada en la explotación extensiva e indiscriminada de materias primas y nuestros recursos naturales y las consecuencias que esto tenía en la salud de la población, sobre todo de los sectores más oprimidos por este sistema económico capitalista.
Veladero, lo público y lo privado
El proyecto Veladero, de la empresa canadiense Barrick Gold, consiste en una mina a cielo abierto de grandísimas proporciones de la que se extraen oro y plata, ubicada en el departamento de Iglesia en San Juan casi en la frontera con Chile, sobre terreno periglaciar a pesar de que la Ley de Glaciares expresamente lo prohíbe.
El 13 de septiembre de 2015 se detectó una filtración por la rotura de una válvula por el cual se vertieron, según el peritaje final de la Justicia, más de un millón de litros de material cianurado sobre el cauce de 6 ríos. Esto se hizo público solo después de filtraciones y conversaciones informales entre trabajadores de la mina y los habitantes del pueblo de Jáchal. Un verdadero crimen socio ambiental, probablemente el mayor de la historia minera argentina que se caracterizó por la displicencia y complicidad de las autoridades a todos los niveles y el encubrimiento generalizado.
Apenas pagaron multas un par de años después un par de responsables políticos, no todos ni los más directos. Como declaró al diario Tiempo Argentino el abogado de la Asamblea Jáchal no se Toca, Enrique Viale, “esta impunidad fue garantizada por el gobierno provincial y la propia Corte Suprema de Justicia de la Nación”, que la derivó a la justicia de San Juan. “Eso garantizó la impunidad, porque terminaron procesados, ni siquiera condenados, ocho operarios de tercer nivel, ningún funcionario provincial ni CEO o gerente de la empresa Barrick”, concluye Viale.
Como denuncian Viale y Maristella Svampa en su libro El colapso climático ya llegó, esto se enmarca en “la conformación de espacios gubernamentales vinculados con la minería y la participación de funcionarios de gobierno en empresas de servicios ligadas al sector. La yuxtaposición entre lo público y lo privado en este esquema de contubernio y corrupción incluye también el aparato de difusión y propaganda, puesto al servicio de la megaminería, como así mismo la censura y la persecución ante cualquier disidencia respecto del ‘destino minero’ de la provincia”, como bien lo saben los vecinos de Jáchal.
Ayer se cumplieron 6 años del primer derrame de la Barrick Gold con agua cianurada en nuestros ríos.
Los directivos de la Barrick fueron absueltos en tiempo récord.
A 6 años no olvidamos ni perdonamos.
A 6 años profundas gracias a la Asamblea Jáchal No Se Toca.— Guillermo Folguera (@GuilleFolguera) September 14, 2021
No satisfechos con este oscuro antecedente, las autoridades provinciales comandadas por el PJ sanjuanino insisten por el mismo camino: Además de saberse la aprobación de la extensión de la vida útil de Veladero por 10 años más, ahora se suma el proyecto Josemaría, de la también canadiense Lundin, quien se lleva todas las miradas y no por simpatía precisamente.
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Seis años han pasado y hay cosas que no cambian: la apuesta por este modelo extractivista, por parte de todos los partidos tradicionales, sigue absolutamente vigente. El sometimiento a los mandamientos del FMI para pagar esa deuda fraudulenta, que es una verdadera estafa al pueblo trabajador, es la causa mediante la cual justifican esta degradación constante de nuestro ambiente y nuestra naturaleza, afectando de manera evidente y brutal nuestras condiciones de vida.
Ahora despliegan un mini ejército de “expertos”, operadores políticos la mayoría, para justificar estas políticas mediante la farsa de un supuesto “desarrollo nacional” que nunca llega y la excusa de la creación de empleo, en la mayoría de los casos escaso y precario, cuando no inexistente por la automatización de los procesos.
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Pero por otro lado hay cosas que han cambiado, como la organización, la resistencia y la lucha. Las ganas de vivir una vida libre de contaminación, donde no sea un riesgo algo tan simple como beber agua de la canilla de tu casa, todo solo por la sed de ganancias de unos pocos. A lo largo y ancho de todo el territorio argentino vecinos, comunidades y trabajadores se organizan en asambleas para hacerle frente a este modelo de depredación.
La Coordinadora Basta de Falsas Soluciones habla en sí misma de la conclusión llevada por distintos sectores de la necesidad de coordinar a nivel nacional acciones. Para qué decir la muy buena elección de la Izquierda en las últimas PASO, posicionándose como tercera fuerza a nivel nacional. Es la única fuerza que ha mantenido la coherencia tanto en las palabras como en los hechos, acompañando en la calle la resistencia y sosteniendo una crítica radical al modelo extractivista de conjunto.
Es por esto que se ha ganado la confianza de las comunidades lo que se manifiesta en la muy alta votación en provincias amenazadas por el avance megaminero como Chubut, Jujuy o la misma San Juan, donde la lista del FIT-U sobrepasó el 10% de los votos en el departamento de Iglesia, el mismo de los proyectos Veladero y Josemaría.