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Red Internacional
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Paro y movilización. Basta de negociar con el hambre de los jubilados: hay que imponer el rechazo al veto presidencial

Milei vetó un aumento para jubiladas y jubilados, igual a una medialuna por día. Son la variable de ajuste preferida, mientras la casta está intacta. Éste miércoles, la cámara de Diputados podría rechazar el veto, pero ya asoman las negociaciones de la UCR y el peronismo, para que la ultra-derecha se salga con la suya. ¿Y los sindicatos? No hay otra: necesitamos ser miles para defender a nuestros viejos. Miércoles desde las 10 horas al Congreso.

Lunes 9 de septiembre 21:11

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Las imágenes de jubiladas y jubilados, enfrentando la represión policial, recorrieron todos los medios de comunicación y redes sociales. Indigna la cobardía de la policía, pero a la vez, enorgullece la firmeza de estos adultos mayores, que la pelearon toda la vida y que hoy, no están dispuestos a permitir que lo maten de hambre. Parecen los más débiles, pero a la vez, son los más fuertes. Porque están convencidos de luchar.

"Tengo 80 años, pero quiero morir de pie, no arrodillado..." -decía uno, luego de haber recibido un garrotazo. "Ya llegué hasta acá. ¿Miedo? Si tenés miedo te paralizás. Tenés que luchar por tus derechos"- explicaba otra.

Éste miércoles, la cámara de Diputados de la Nación, tiene la posibilidad de rechazar el veto presidencial de Javier Milei. Ese que negó un aumento que equivale a una medialuna por día, para quienes laburaron toda su vida.

Pero lo que para la mayoría del pueblo trabajador es una obviedad, que los jubilados y jubiladas merecen vivir bien luego de haberse roto el lomo toda la vida; para la casta política que calienta los sillones en el Congreso, no lo es.

Por estas horas, diputadas y diputados de la UCR y el peronismo, están negociando votos y ausentismos, para que el gobierno de Javier Milei se salga con la suya. Es decir, para que la variable de ajuste principal siga cayendo sobre la vida de quienes ya no pueden o no deberían tener que trabajar.

Y la casta, sigue intacta, sosteniendo la gobernabilidad y/o acompañando las políticas antihumanas de éste gobierno.

"Francos, ¿cuántos días puede vivir usted con la mínima que cobran los jubilados?" -interpeló Nicolás del Caño al jefe de Gabinete, cara a cara. El diputado de Izquierda también acompañó cada una de estas protestas reprimidas por la policía y está en permanente consulta con los jubilados y jubiladas movilizados, para llevar su voz dentro del Congreso. La ubicación del bloque del Frente de Izquierda Unidad, quienes además donan sus sueldos de diputados, es un caso aparte.

Para dejar sin efecto el veto monárquico del presidente, que se llevó puesta la nueva Ley de movilidad jubilatoria, votada en el mismo Congreso, se necesita reunir la aprobación de los 2/3 de la cámara. Pero sobre todo, se necesita una enorme movilización, con paro de las centrales sindicales, para estar a la altura de la lucha que encaran los jubilados y jubiladas.

UCR: contra su propio proyecto

En el bloque de la UCR, ya anticiparon que votarán contra los jubilados y jubiladas: Mariano Campero, Soledad Carrizo y varios otros que responden a los gobernadores Gustavo Valdés (Corrientes) y Alfrejo Cornejo (Mendoza). Aún está por verse cómo se va a posicionar el presidente Rodrigo De Loredo. ¡A pesar de que los radicales impulsaron la Ley de reforma de la movilidad jubilatoria!

El senador y jefe del partido, Martín Lousteau tuvo que salir a demandar coherencia a su propia fuerza política. "Si los legisladores radicales ahora van a cambiar su voto, tendrán que dar explicaciones de por qué lo hacen", manifestó públicamente. Aunque el reto no parece que vaya a garantizar la conducta de estos legisladores. Ni siquiera Lousteau fue capaz de sostener su rechazo a la Ley de Bases, con la que colaboró dando quorum para su tratamiento.

La falsa oposición peronista

Por otro lado, también es muy probable una colaboración con el Gobierno por parte de los socios políticos de Sergio Massa, el excandidato a presidente de Unión por la Patria. Se trata de los diputados y diputadas que responden a los gobiernos de Salta, Misiones y Río Negro. Además de diputados neuquinos que tienen un monobloque.

Es un sector peronista que votó a favor del aumento a los jubilados, pero que por estas horas también duda si borrar con el codo lo firmado con la mano. La reunión con la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, de la que participó el gobernador Gustavo Sáenz, es sin dudas un gesto político. Podría repetirse el favor que le hicieron al gobierno en la votación de la Ley de Bases.

El sector de los diputados tucumanos, que tempranamente rompió con el bloque de Unión por la Patria para alinearse al gobierno de Mieli, se había ausentado durante el tratamiento de la Ley de movilidad jubilatoria. Ahora, es muy posible que aparezcan en sus bancas para apoyar el veto.

¿Y los sindicatos?

Parece mentira que las CTAs (de Hugo Yasky y de Cachorro Godoy), esperaran a que molieran a palos a los jubilados y jubiladas, para sacar una convocatoria a movilización. Y el llamado a paro por parte de las centrales, bien gracias. Solo ATE lo llamó, aunque tampoco se ve a las conducciones de este gremio muy activas en impulsar instancias de debate para hacer el paro efectivo y la movilización multitudinaria.

También Pablo Moyano, el líder camionero y co-secretario de la CGT, esperó a los gases lacrimógenos para llamar (solamente) a movilizar. Los otros miembros del triunvirato, Héctor Daer y Carlos Acuña, no harán nada. Para la central sindical más poderosa, parece que todavía no es suficiente miseria y represión para largar un paro nacional.

Esperemos que los gremios convocantes no repitan la conducta que tuvieron el día en que se votaba la Ley de Bases. Cuando se fueron bien temprano de la plaza de los dos Congresos, y fue la Izquierda, junto a las asambleas barriales, los trabajadores, jóvenes ¡y también jubilados y jubiladas! quienes resistieron hasta último momento la represión policial.

Son nuestros viejos, nuestras abuelas, fueron nuestros maestras y profesores, fueron y son trabajadores y trabajadoras. No podemos dejar que peleen solos y además, seguramente nos pueden enseñar a luchar.

Una vez más, es necesario que exijamos no solo a los gremios y centrales sindicales, sino también a las conducciones de los centros de estudiantes, que convoquen a éste miércoles. Pero también que impulsen asambleas y otras instancias para construir, desde las bases, un plan de lucha con paros nacionales y movilizaciones que tengan continuidad. Hay que estar a la altura de la pelea que nos plantean los jubilados y jubiladas.