Luego de un festival de demagogia, la Cámara de Diputados de Brasil aprobó el proyecto que busca destruir el derecho a la jubilación. Tras esta primera ronda, el proyecto debe volver a ser votado por los Diputados antes de ser enviado al Senado.
Sábado 13 de julio de 2019 03:11
El presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Rodrigo Maia, celebra la aprobaciòn en primera ronda de la Reforma Previsional.
Después de aprobar la violenta reforma previsional, los diputados hicieron más demagogia con los derechos de mujeres y profesores aprobando enmiendas que no cambian el contenido cruel de la reforma. Los trabajadores y la juventud deberán vivir en la agónica incertidumbre sobre su futuro, con trabajos precarios, desempleo masivo y jubilaciones miserables.
El texto que fue aprobado, que luego de la segunda ronda en Diputados deberá ser aprobado en dos rondas por el Senado, garantiza la reducción del valor de la jubilación total y parcial, aumenta el tiempo mínimo de contribución y la edad mínima jubilatoria. O sea, garantiza que los trabajadores entreguen más años de sus vidas a los empresarios.
Con la reforma, la jubilación también deja de ser un derecho constitucional. Mantiene la exención de los terratenientes exportadores agrícolas, que están eximidos de pagar su contribución al sistema nacional de previsión social (INSS), que en 10 años dejó de aportar 2.220 millones de dólares a los cofres públicos.
Los intereses de los militares y políticos también estuvieron lejos de ser cuestionados, a pesar de que uno de los caballitos de batalla de la reforma es que supuestamente "combatía los privilegios", como pregonaron los medios del país.
El jueves se aprobó una modificación en el tiempo de contribución para las mujeres, que alcanzará el 100% del valor de su jubilación a los 35 años de contribución, desde que se garanticen entre otras cosas los 62 años, una edad absurdamente elevada, mientras que los hombres deberán trabajar hasta los 65 años.
La pensión por fallecimiento también fue modificada para los casos en que este beneficio sea la única fuente de renta, que percibirán el 60% más 10% por dependiente adicional, con el piso de un salario mínimo.
Para las fuerzas represivas del Estado, militares y policiales, las edades mínimas jubilatorias serán 52 años para las mujeres y 53 para los hombres.
El viernes siguió el debate sobre las modificaciones a la reforma previsional. Se mantuvo una nueva regla de cálculo de la jubilación que reduce su valor. El pago será del 60% del promedio simple de todos los salarios y 2% adicional por cada año extra trabajado, hasta llegrar al 100% a los 35 años de contribución para las mujeres y 40% para los hombres. Antes se calculaba el 80% de los mayores salarios. Se calcula que habrá una reducción de hasta un 35% en el valor de las jubilaciones.
Tras las duras huelgas docentes por todo el país, el Partido Democrático de Trabajadores (PDT) -un tercio de su bancada votó a favor de la reforma- ofreció a los diputados de la derecha y extrema derecha la posibilidad de hacer demagogia con los profesores. Presentó una enmienda que modifica la edad mínima exigida, de 55 a 52 para docentes mujeres y de 58 a 55 para docentes varones.
Estos sutiles cambios en el texto de la reforma no cambia en nada su carácter violento contra los trabajadores. El gran acuerdo entre los tres Poderes alrededor de la reforma previsional costó partidas multimillonarias para cada diputado. Hasta último minuto Bolsonaro estuvo liberando dinero. Este viernes hizo imprimir una edición extra y urgente del Diario Oficial para liberar más de 45.000 millones de dólares. Con el acuerdo, el agronegocio ganó exenciones multimillonarias y todos los capitalistas ganan. Ganan de dos maneras: con la tendencia a la caída de salarios ya que los trabajadores competirán por los empleos durante más años, y con el ahorro y contracción del presupuesto para aumentar los pagos de los intereses de la deuda pública ilegal e ilegítima.
Mientras Bolsonaro y todos los políticos y capitalistas se unieron para acelerar el trámite de la reforma previsional, las centrales sindicales garantizaron la tregua. Se abstuvieron de su responsabilidad de construir un plan de luchas con la suficiente fuerza para frenar la reforma.
Las oficialistas UGT y Força Sindical asumieron abiertamente que usaron las manifestaciones contra los recortes en la educación y contra la reforma previsional para darle base a las negociaciones con el Congreso, además de traicionar la huelga general el 14 de julio.
La CUT y a CTB, dirigidas por el PT y PCdoB, mantuvieron a los trabajadores en la casa, impidiendo cualquier iniciativa de levantarse políticamente.
El PDT, que engañó a tantos trabajadores y jóvenes sinceros con una retórica supuestamente progresistas, como la diputada Tábata Amaral, finalmente votó a favor de la reforma que hará que sean los trabajadores de Brasil los que paguen la crisis.
Cada medida que posponga o entorpezca la votación en el Congreso es válida, porque permite a los trabajadores y a la juventud algún respiro. Sin embargo, esas actitudes por fuera de un plan concreto de lucha real y que organice la fuerza de los trabajadores y de la juventud no tiene ningún significado concreto.
Por esto, el Movimiento de Trabajadores de Brasil, grupo de la Fracción Trotskista que impulsa Esquerda Diário en Brasil, viene expresando que la única posibilidad real de frenar la reforma previsional es con un plan de luchas construido con el conjunto de los trabajadores en cada lugar de trabajo, y junto con la juventud, en cada lugar de estudio, uniendo el odio de tantos jóvenes contra los recortes en la educación con el odio a esta reforma y a este gobierno que quiere quitarles el futuro.
Es fundamental sacar las lecciones de las políticas de las direcciones de los trabajadores para identificar qué caminos hay que seguir y no cometer los mismos errores, confiar en las propias fuerzas a partir de las movilizaciones, la lucha independiente de los patrones y los viejos partidos capitalistas. Con esta perspectiva el MRT batalla por un programa que conduzca a la victoria.