El ministro de Trabajo de Brasil renunció luego de conocerse esta semana la perdida de 12.000 empleos en noviembre tras haber implementado la nueva Reforma Laboral.
Viernes 29 de diciembre de 2017 16:16
El ministro de Trabajo de Brasil, Ronaldo Nogueira, renunció esta semana al cargo, horas después de que datos oficiales revelaran que los despidos superaron a las contrataciones en noviembre en 12.000 puestos, tras la entrada en vigor de la reforma laboral impulsada por el gobierno del golpista Michel Temer.
La reforma, que había sido propagandizada desde el gobierno y los medios como una nueva normativa para acabar con la desocupación, no solo se demostró impotente para generar empleo sino que eliminó muchos de los derechos históricos de los trabajadores brasileños a la vez que abarató el costo de los despidos para los empresarios y precarizó aún más las condiciones de contratación.
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En un comunicado oficial, enviado a Télam, el gobierno informó que Nogueira, quien pertenece al conservador Partido Laborista Brasileño (PTB), argumentó motivos personales al presentar su dimisión.
El PTB, aliado del presidente Temer en el gobierno, anunció que el diputado por el estado de Maranhao Pedro Fernandes, un aliado del ex presidente José Sarney, asumirá el cargo en Trabajo, y aseguró a través de su presidente, Jovair Arantes, que Nogueira deja el ministerio para disputar su reelección como diputado en los comicios de octubre.
La dimisión se conoció horas después de la difusión de las mediciones del mercado laboral tras el primer mes en vigencia de la reforma que impulsó el gobierno.
En noviembre se rompió una racha positiva de creación de empleo de siete meses consecutivos, debido a que 12.292 puestos de trabajo fueron eliminados en Brasil, resultado de la ecuación entre las contrataciones, que fueron 1.111.798 y los despidos, que sumaron 1.124.090, según datos del Ministerio de Trabajo.
El número quedó lejos de una visión positiva que esperaban los analistas del mercado financiero, que pronosticaron la creación de 26.600 puestos de trabajo con la reforma laboral, según el diario económico Valor.
Esta base no mide el desempleo, algo que registra el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), que indicó en octubre una desocupación del 12,5% de la población económicamente activa.
Según el Ministerio de Trabajo, siete de ocho sectores de actividad económica tuvieron eliminación de puestos de trabajo en noviembre, siendo el comercio, apenas, empujado por el furor del Black Friday, el único segmento que tuvo más contrataciones que despidos.
La nueva ley laboral permitió, informó el Ministerio de Trabajo, la contratación de 3.067 empleados vía contratos intermitentes (por horas, apenas cuando el empleador requiera) y 231 mediante contratos a tiempo parcial.
La reforma laboral, que quebró la legislación de 1943, fue la gran conquista del oficialismo en la agenda parlamentaria de 2017.
La nueva ley entró en vigor el 11 de noviembre y recibió el aliento de la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (Fiesp), la entidad cuyo presidente, Paulo Skaf, es dirigente del Movimiento de la Democracia Brasileña (MDB), el partido de Temer.
En este espejo se deben mirar hoy los trabajadores argentinos ante el intento del gobierno de Mauricio Macri de hacer votar en el Congreso una nueva reforma laboral, pactada con la burocracia sindical, para mediados de febrero. La realidad brasileña ya desmiente el discurso que el gobierno argentino, junto a los principales medios de comunicación, trataran de ensayar para apuntalar esta contrarreforna laboral, igual que antes lo hicieron Temer y los medios brasileños.
Ya empezó el lobby para la aprobación de la reforma previsional
El gobierno se encuentra negociando los apoyos para otra reforma para la cual necesita modificar la Constitución, la previsional, con sesión marcada en la cámara baja para el 19 de febrero.
La reforma necesita de 308 votos de los 513 de la Cámara de Diputados y hasta este fin de año el gobierno no llegaba a ese número.
El ministro de la Secretaría de Gobierno (Articulación Política), diputado Carlos Marún, dijo que los gobernadores que busquen financiación de los bancos públicos deberán ordenar a los parlamentarios de sus estados a votar la reforma previsional.
"El gobierno espera que aquellos gobernadores que tienen recursos liberados actúen con reciprocidad con la ley jubilatoria. Esto es una cuestión de vida o muerte para el país", dijo Marún.
Ante el alboroto de la declaración, el ministro negociador aclaró: "No entiendo que sea chantaje trabajar a favor de algo tan importante como la modernización del sistema previsional".
Al igual que lo que ocurrió en Argentina, el chantaje y la billetera sobre diputados y senadores fueron la moneda corriente para aprobar una ley ampliamente impopular y que se trató en medio de dos jornadas masivas de protestas con un Congreso militarizado y en medio de una represión brutal. En febrero será el turno de los trabajadores y el pueblo de Brasil para salir a enfrentar esta contrarreforma que ataca a los jubilados y, que en el caso de Brasil, llega incluso a dejar la puerta abierta a que determinados sectores no se puedan jubilar jamas, condenandolos a morir trabajando hasta el último día de su vida.