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Red Internacional
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REPORTAJE A FLÁVIA VALLE. Brasil: "unificar la huelga general con el paro educativo contra los ajustes de Bolsonaro"

El 30M, docentes y estudiantes vuelven a parar. Entrevistamos a la docente Flávia Valle, dirigente del MRT de Brasil, sobre la huelga general convocada por las centrales sindicales tras el "tsunami educativo" del 15 de mayo.

Viernes 24 de mayo de 2019 00:06

Después de las marchas del 15M que llevaron a las calles de todo el país a más de 1 millón de personas contra los recortes a la educación promovidos por el gobierno de Bolsonaro, una nueva jornada de movilización fue convocada por la Unión Nacional de Estudiantes (UNE) para el 30 de mayo. Las centrales sindicales, que habían convocado a una jornada de paro nacional contra la reforma previsional para el lejano 14 de junio, no se pronunciaron sobre la fecha, y mantienen sin cambios su "calendario" a pesar de la evidente necesidad de unificar las luchas.

Sobre este tema conversamos con Flávia Valle, docente de la red pública de la provincia de Minas Gerais y dirigente del Movimiento Revolucionario de Trabajadores.

¿Cuál es la situación luego del paro educativo del 15 de mayo?

Flávia Valle: Al menos 208 ciudades de Brasil tuvieron manifestaciones este 15M contra los recortes de recursos para la educación anunciados por Bolsonaro y Weintraub, saliendo más de 1 millón de personas a las calles. El reaccionario gobierno de Bolsonaro tiene la narrativa del chantaje: ’si quieren la revocatoria de los recortes en la educación, acepten la reforma previsional’, mostrando que desprecia doblemente a todos los niveles de enseñanza, del básico al superior, ya que más allá de los recortes presupuestarios en sí, la reforma previsional deprimirá las condiciones de trabajo y de vida de millones de docentes de todos los niveles, además del conjunto de los trabajadores.

Más allá de las divergencias tácticas, en este punto existe un acuerdo estratégico entre el gobierno, el Congreso Nacional -con Rodrigo Maia y David Alcolumbre, presidentes de la Cámara de Diputados y del Senado respectivamente, a la cabeza-, el autoritarismo del poder judicial -de la Corte Suprema y de la operación Lava Jato-, con los militares y los factores reales de poder económico: aplicar profundos ajustes neoliberales contra los trabajadores para seguir el pago de la fraudulenta deuda pública a los especuladores financieros internacionales.

Millones de trabajadores y jóvenes -que de los 18 a los 24 años tienen una tasa de desempleo altísima, de 27,3% según el IBGE- no están dispuestos a negociar su futuro, y por eso la respuesta en el 15M fue contundente, y su continuidad tiene que tener un horizonte claro: unificar la lucha contra los recortes en la educación con la batalla por tirar abajo la reforma previsional.

¿Es posible unificar ambas luchas?¿Cuáles son las trabas?

FV: En primer lugar es evidente que el paro nacional convocado por las centrales sindicales para el 14 de junio tiene que ser anticipado al 30 de mayo: necesitamos un paro nacional unificado contra los recortes y contra la reforma previsional. Incluso los medios, que cubrieron las movilizaciones del 15M, hicieron todo lo posible para esconder el problema de la reforma previsional. La unificación de las demandas en un paro nacional común es un paso necesario para fortalecer la continuidad del combate a los ataques neoliberales del gobierno, unir estudiantes y trabajadores y hacer indisociable la lucha contra los ataques a la educación a la batalla contra la reforma previsional.

El motivo de la actual separación de ambas jornadas es que las centrales sindicales, incluso la CUT y la CTB, dirigidas por el PT y el PCdoB, no hacen ninguna mención a unificar estas luchas y anticipar el paro nacional de junio al 30 de mayo. La Unión Nacional de Estudiantes (UNE), encabezada por el PT y el PCdoB, no dice nada ni hace llamado alguno a las centrales. ¿Por qué? Porque hasta ahora estas direcciones burocráticas en los movimientos obrero y estudiantil actuaron como agentes de la separación entre trabajadores y estudiantes, de un lado, y de la separación de las demandas relativas a los recortes y a la reforma previsional, por otro.

Esto es así porque no quieren organizar un plan de lucha serio contra la política central del gobierno de Bolsonaro, que quiere que trabajemos hasta la muerte. La UGT ya había dado su apoyo a la reforma de Bolsonaro, y quiere usar a los choferes como carne de cañón para esta política. Paulinho, dirigente de la central oficialista Força Sindical, tuvo la caradurez de defender la reforma previsional en pleno acto del 1 de Mayo. Tanto la CUT como la CTB estaban presentes, al lado de Paulinho, y no hicieron ni una sola crítica.

¿Cuál es la posición del PT y el PCdoB?

FV: Más allá de los discursos de las figuras parlamentarias del PT contra la reforma, los gobernadores del PT están a favor de la reforma previsional. Los cuatro: Rui Costa de Bahia, Fátima Bezerra de Rio Grande do Norte, Camilo Santana de Ceará y Wellington Dias de Piauí.

Por su parte, el PCdoB, es aliado de Rodrigo Maia, el principal articulador de la reforma previsional en el Congreso. Esto explica el silencio de la UNE sobre la necesidad de adelantar el paro de junio. Tábata Amaral, del PDT de Ciro Gomes, finge tener una ’nueva política’ pero también defiende la reforma previsional que va a atacar la vida de todos los docentes que dice representar.

¿Qué plantean desde la izquierda?

FV: No podemos dejar que nuestro futuro sea negociado por estas direcciones burocráticas. El MRT, que impulsa la agrupación juvenil Faísca y el movimiento clasista de trabajadores Nossa Classe en varias provincias del país, actuó en el 15M por la unidad de las filas de trabajadores y estudiantes en la lucha de clases, para que no se separe la batalla contra la reforma previsional de la lucha contra los recortes. Por eso exigimos que la CUT y la CTB anticipen la jornada de paro nacional para el 30 de mayo. En todos los lugares de trabajo y estudio tenemos que decirles a las centrales sindicales y a la UNE que nuestra lucha es una sola: contra la reforma previsional y los recortes a la educación, y exigir que el paro de junio sea adelante al 30 de mayo.

El PSOL, que hasta ahora, incluso donde actúa, no se posicionó críticamente ante las maniobras de estas burocracias en los sindicatos y en las organizaciones estudiantiles, tiene planteado utilizar sus puestos parlamentarios para exigir el adelantamiento del paro nacional al 30 de mayo.

La Central Sindical y Popular (CSP-Conlutas) dirigida por el PSTU, en lugar de cantar sobre la "unidad de todos" los aparatos burocráticos de las centrales que hoy dividen nuestra lucha, tendría que pelear por la unidad real de las bases obreras y estudiantiles por objetivos prácticos de acción en la lucha de clases.

Con esta política podremos enfrentar de hecho las medidas de Bolsonaro, incrementar la fuerza del 15M y no solo revertir los recortes del Ministerio de Educación sino tirar abajo la reforma previsional. Es importante poner en pie organismos de autoorganización de masas, como un comando nacional de movilización con delegados elegidos por la base en cada universidad en lucha, para que los estudiantes controlen y decidan cada paso de la movilización.

La fuerza de una política como esta puede poner en cuestión toda la estructura educativa: queremos una universidad verdaderamente pública, gratuita y para todos los trabajadores, y para eso hay que avanzar hacia el fin de la prueba de ingreso y la estatización de las universidades privadas y monopolios de la educación, única manera de impedir que estos tiburones de la enseñanza, como la Kroton-Anhanguera, lucren con un derecho básico. La reforma previsional, de ser aprobada, será un ataque enorme a la educación, de proporciones aun más profundas que los actuales recortes del Ministerio.

Para aumentar el presupuesto educativo no necesitamos la reforma previsional. Los bancos y empresas deben pagar los más de 100.000 millones de dólares que deben al sistema previsional. Hay que abolir el pago de la deuda pública, que restringe anualmente el presupuesto federal a las necesidades de los banqueros extranjeros, un mecanismo de subordinación estructural que impide que las riquezas nacionales sean usadas para mejorar los servicios públicos. Solo así podremos hacer que la crisis la paguen los capitalistas.