La candidata presidencial del Frente de Izquierda - Unidad fue categórica al plantear las causas estructurales de la inseguridad y cargó duro contra la demagogia punitiva del resto de los candidatos, mientras que votan leyes que favorecen el lavado de dinero.
Domingo 8 de octubre de 2023 21:27
La derecha dice que a la izquierda “no nos gusta de hablar de inseguridad”. Somos nosotros los que vivimos en un barrio, como cualquiera. Lo que no nos gusta, es hacer demagogia punitiva como hacen ellos.
Porque el gran delito se organiza desde arriba. Porque eso implicaría hablar de las complicidades con sectores de las fuerzas de seguridad, judiciales y políticas. Por ejemplo, no hay posibilidad de que haya redes de trata sin complicidad de los que manejan la frontera.
Me parece muy importante discutir cómo llegamos hasta acá. Desde la Ley de Entidades Financieras de la dictadura, que ablandó cualquier control, fueron creando un andamiaje jurídico que es usado por el delito organizado para lavar y blanquear dinero. Además, cada 3 años dictan una nueva ley de blanqueo. ¿No saben para qué las usan?
Llegando al extremo de la Ley de Sociedades por Acciones Simplificadas, votada por todos incluido el bloque de Schiaretti, con el objetivo de promover el “emprendedurismo” y como nosotros advertimos en esa oportunidad, en realidad estaban ofreciendo un paraíso de lavado de dinero para los narcos. Ahora lo reconocen todos.
Desde los 90, con la privatización de puertos, aeropuertos, le dieron también la infraestructura para que entren y salgan los cargamentos de droga. Hay que nacionalizar los puertos bajo control de los trabajadores y derogar toda la legislación que facilita el lavado y el blanqueo.
El que te muestre los problemas de seguridad como un problema aislado te esta mintiendo. Hoy miles son empujados a vivir en la más absoluta marginalidad, donde la vida no vale nada y como me decía Darío, un joven de Rosario, te ofrecen cobrar más como “soldaditos de la droga” que como trabajador en la fábrica metalúrgica en la que trabajo.
Solo hay salida si cuestionamos las condiciones estructurales que sostienen este sistema y garantizamos trabajo, educación y cultura para que la juventud tenga futuro.