14 de mayo de 1948. Breve historia de la construcción del Estado de Israel

Imagínense que están en sus casas, en sus barrios, y de golpe un ejército armado hasta los dientes con aval internacional de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), ocupa su país y de un día para el otro tienen que exiliarse o convertirse en parias dentro de su propia tierra. Tienen que pedir permisos especiales para poder moverse e ir a trabajar. Todo esto, encerrados por un muro enorme. Y si protestan son considerados terroristas.

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Parece una película turbia pero lejos está de serlo porque es lo que vivieron –y continúan viviendo- los palestinos desde que se creó el Israel, el estado que cambió el mapa de Medio Oriente.

El sionismo fue uno de los principales promotores de su construcción. Este movimiento político surgió a fines del siglo XIX dentro de un pequeño sector de la burguesía judía muy influenciado por ideas europeas como el nacionalismo y la colonización.

Para los sionistas la única forma de combatir el antisemitismo era construyendo un estado propio que nuclee a todo el pueblo judío disperso por el mundo. El lugar elegido según la Biblia -una obra con limitada rigurosidad científica- era Palestina.

También se barajaron otras opciones como Argentina y Uganda, que eran grandes, fértiles y poco pobladas, pero resultaba imposible justificar su ocupación.

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Otro de los grandes promotores de crear este estado fue la ONU y, a través de ella, las grandes potencias ganadoras de la Segunda Guerra Mundial. Una medida bastante cínica si se tiene en cuenta que tanto Estados Unidos como Inglaterra -durante la guerra- se negaron a dar asilo a los judíos perseguidos.

Las causas

En el Holocausto habían sido asesinados en los campos de concentración más de seis millones de judíos, además de comunistas, homosexuales y otros pueblos como el gitano (algo que suele olvidarse). Esta situación que dejaba al descubierto las brutalidades del nazismo, fue utilizada como argumento central para justificar la puesta en marcha del estado de Israel.

Sin embargo, los objetivos reales de su creación en una zona geopolíticamente estratégica como es Medio Oriente, fueron, por un lado, que las potencias querían convertir a Israel en un “estado gendarme” que controle bien de cerca a los países árabes y les ponga un freno a los movimientos nacionalistas cada vez más radicales.

Por otro lado, tenían el fin de “desarabizar” Palestina. Esto significaba que Israel debía consolidarse en una especie de barrera cultural entre el “mundo occidental” y el “mundo árabe”, considerado salvaje por los europeos.

Los ingleses, que venían controlando gran parte de Medio Oriente desde la primera guerra mundial, habían intentado ocupar Palestina en la década del 30 usurpando tierras y colaborando en la construcción de asentamientos llamados kibutz. En la práctica fueron campamentos militares sionistas que imposibilitaban la comunicación entre las ciudades palestinas entre sí.

Durante siglos árabes y judíos convivieron de manera pacífica en la región e incluso trabajadores de ambos pueblos habían luchado en común contra la explotación capitalista, demostrando que el conflicto no es religioso sino político.

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El estado de Israel se creó en 1948 como una política expansionista de los sionistas y de las potencias imperialistas para controlar Medio Oriente. Este plan orquestado desde la ONU nunca recibió el aval palestino. Había sido presentado a fines de 1947 y le daba un 56% del territorio histórico de Palestina a Israel cuando la población judía en la zona no llegaba ni al 30%. Mientras que a la mayoría árabe se la obligaba a reducir su espacio a más de la mitad.

Ilan Pappé, intelectual crítico de la historia oficial israelí y luchador de los derechos palestinos, dice que lo que hubo fue “limpieza étnica” porque expulsaron desde el comienzo a la mayor cantidad de árabes y convirtieron al 80% de los palestinos que vivían en Israel en refugiados. También denuncia que entre 1947 y 1949, 500 aldeas palestinas fueron borradas del mapa.

La situación generó una enorme tensión política, geográfica y económica en todo Medio Oriente y recibió el rechazo de todos los pueblos árabes.

Las consecuencias de la ocupación del territorio palestino

El mapa de Medio Oriente cambió e Israel no paró de crecer territorialmente. Con la primera guerra que tuvo con los países árabes, entre 1948 y 1949, pasó de ocupar el 56% del territorio histórico de Palestina a tener el 78%.

En 1967, luego de otro aplastante triunfo sobre los países árabes en tan solo seis días, anexó 45.000 km de Jordania y Egipto. Algunos de estos territorios tuvieron que ser devueltos con los años, por nuevas guerras y tratados.

Pero los enfrentamientos bélicos no fueron la única forma de expansión. Desde 1967 empezaron a ocupar y colonizar tierras en territorio palestino con la formación de nuevos asentamientos. Empezaron siendo unas pocas decenas de colonos. Hoy en día son verdaderas ciudades y hay 140 en total. Fueron construidas en lugares altos y en forma circular para poder defenderse, pero también para poder atacar a los locales.

Crearon túneles, autopistas, caminos especiales que conectaban las colonias judías entre sí y por donde solo podían pasar los colonos. Hoy son más de medio millón de colonos por fuera del territorio que ya se había apropiado Israel.

Claro que todo esto hubiese sido imposible sin la colaboración activa de Europa, la Unión Soviética, hasta su disolución, y sobre todo de su histórico aliado económico, político y militar: Estados Unidos.

De hecho todos los años, como parte del presupuesto nacional estadounidense, se discute un porcentaje para ayudar económicamente a Israel. Esto ocurre porque es el país que más armas les compra, porque tiene un lobby judío muy grande entre sus gobernantes. Además usan su territorio como base militar para controlar el petróleo de Medio Oriente y tener en la mira al poderoso Irán y a todo el continente asiático.

Nakba (o catástrofre)

La creación de este estado teocrático y racista, con uno de los ejércitos más letales del mundo, provocó la migración masiva y forzada de palestinos a dos territorios separados e incomunicados entre sí como son Cisjordania y la Franja de Gaza, donde viven hacinados. A su vez generó el asentamiento forzado de muchos miles de refugiados en Jordania y Siria.

Ambas zonas están cercadas por muros que tienen entre 7 y 8 metros de altura. No sólo eso, los habitantes de Gaza están cercados por tierra, aire y mar.

Por eso si el 14 de mayo de 1948 fue creado Israel y es conocido hasta hoy como el día de su independencia, el 15 de mayo es conocido por los palestinos como Nakba (catástrofe en árabe). Este mismo día comenzó la resistencia palestina y podríamos decir que sus dos símbolos son una llave y una piedra.

Las familias palestinas pasan de generación en generación las llaves de sus viejas casas, ocupadas por el ejército Israelí. Están convencidos de que con la lucha van a poder retornar en algún momento. Y las piedras fueron el símbolo de famosas rebeliones populares conocidas como Intifadas.

La primera de 1987 revitalizó el movimiento nacional palestino contra la ocupación que venía desinflado y la segunda, en el 2000, se produjo en rechazo a los Acuerdos de Oslo firmados por el ministro israelí Yitzhak Rabin, el dirigente palestino Yaser Arafat y el presidente estadounidense Bill Clinton en 1993. Allí se comprometían a retirar a las tropas israelíes de territorio palestino, cosa que no se cumplió jamás.

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Este acuerdo generó que los más jóvenes fueran perdiendo la confianza en las direcciones de los movimientos de la resistencia, como la OLP (Organización para la Liberación de Palestina) de Arafat, porque acordaban con el imperialismo sin dar una solución real.

A la resistencia palestina se sumó tiempo después un importante movimiento internacional que repudia el accionar de Israel con artistas reconocidos como Javier Bardem, Pedro Almodóvar, Selena Gómez, Mark Rúfalo, Madonna y Roger Waters, quienes hicieron campaña por derribar el muro. También existen movimientos de judíos antisionistas que militan y lo denuncian activamente. Muchos incluso fueron encarcelados y acusados de “antijudíos”.

La pandemia sin dudas empeoró la ya crítica situación de los palestinos y las palestinas. Todos los insumos sanitarios son controlados por el Estado de Israel. En Gaza los hospitales están desabastecidos, el agua está contaminada y viven hacinados. Como denuncia Ahmad Al Jaradat en una entrevista a este mismo medio: “Hay cerca de 6 mil prisioneros en diferentes cárceles israelíes y esos presos están viviendo en salas abarrotadas y hasta el momento la ocupación israelí no ha tratado seriamente con el problema del virus”.

Por esta situación, por los exilios masivos y por la construcción terriblemente falsa que hicieron los israelíes de que todos los palestinos son terroristas, como puede verse en todos los programas de televisión, películas y series que se mediatizan mundialmente. Por todo esto la recuperación de estas tierras, la Palestina histórica, es un reclamo legítimo tan sentido por todos los palestinos y el resto de los pueblos árabes.