Los dirigentes sindicales siguen llamando al Gobierno a “conversar”. Mientras, las patronales sigue avanzando contra las condiciones de vida de los trabajadores.
Miércoles 8 de febrero de 2017
Ayer fue Roberto Fernández, secretario general de la UTA, el que salió a pedir nuevamente que “haya negociaciones” con el Gobierno. “Hay un mes para conversar” fue la definición tajante del dirigente que no tuvo empacho, en los inicios de la gestión de Cambiemos, en aparecer junto al ministro Dietrich justificando los aumentos en el transporte.
La afirmación no sorprende. La posibilidad de negociar y retroceder en las medidas de fuerza anunciadas para marzo está sobre la mesa desde el mismo momento en que fueron hechas públicas.
Pero mientras los dirigentes siembran los medios de comunicación de declaraciones donde afirman que es posible una negociación, las patronales y el mismo Gobierno siguen a la ofensiva contra las condiciones de vida de la clase trabajadora.
Ayer se conocieron 4 despidos de trabajadores en la planta de Coca Cola, en Córdoba. Los despedidos denunciaron en La Izquierda Diario que sufren de lesiones y daños físicos como consecuencias de la explotación capitalista.
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No es el único reclamo. También son miles de trabajadores bancarios los que enfrentan una ofensiva común por parte del Gobierno y las patronales de ese sector. Un ataque que fue ratificado en la reunión común en la sede misma de Casa Rosada, hace dos días.
La Asociación Bancaria ya convocó para mañana jueves y el viernes a medidas de fuerza en los lugares de trabajo. Además analizará, el lunes próximo, a un plenario de secretarios generales, la posibilidad de llamar a un paro nacional.
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La ofensiva del Gobierno tomó cuerpo además en el insólito ofrecimiento salarial hecho por la gestión de María Eugenia Vidal a los docentes en la provincia de Buenos Aires. La propuesta de un 18 % que se terminaría de cobrar en octubre implica para los trabajadores de la educación terminar aceptando la pérdida salarial de 2016 y arrancar el nuevo año debajo de todos los pronósticos sobre la inflación.
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Mañana los trabajadores de AGR-Clarín volverán a las calles, con cortes de los principales accesos a la Ciudad de Buenos Aires. En el caso de esta dura lucha, la dirigencia burocrática sindical ha estado también completamente ausente. Las declaraciones de apoyo no se condicen con casi nada en la práctica.
Mientras diversos sectores de trabajadores resisten los ataques de las patronales y del mismo Gobierno, los dirigentes de la CGT no cesan de mostrar que el medio paro que lanzaron para dentro de cuarenta días, también es negociable.
