Los empresarios no tienen límites. La cuarentena obligatoria no anula la sed de ganancias de las empresas de servicios esenciales. Un día después del decreto que obliga a encerrarse en los hogares, los trabajadores tercerizados de Edesur tenemos que anunciar pagos inmediatos de deudas para evitar cortes de luz.
Sábado 21 de marzo de 2020 16:18
Trabajamos en un Call Center de cobranzas para Edesur. Como muchos pibes y pibas antes de la cuarentena estábamos encerrados en empresas que no garantizan ninguna medida básica de higiene, o licencias pagas para las y los padres. Muchos de nuestros compañeros trabajan en la informalidad, a ellos el miedo los persigue, porque no sabes si te van a despedir o si cobrarás.
Alberto Fernández no dice una palabra de los miles que trabajan en esta situación, los primeros golpeados por la crisis económica. Entre nosotros, se vuelve natural hablar de que tienen que prohibir los despidos.
Después de decretado el aislamiento social obligatorio empezamos a trabajar desde casa, como todos los días tenemos que informarle a las familias trabajadoras (porque aunque no lo crean hay una indicación de no llamar a políticos o grandes empresas) para informarles que pagan o se les corta el servicio. Sí, cuarentena y quizás sin luz, agua, gas, o internet.
Pero... ¿cuánto ganan?
El año pasado luego del último aumento tarifario impulsado por el macrismo las empresas de servicios esenciales ganaron millones, más de lo que ya tenían.
Por poner el ejemplo de Edesur, empresa distribuidora de electricidad en la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires y de la Provincia de Buenos Aires, creció su ingreso un 62%, lo que en plata significa que terminaron el año con más de 8500 millones de pesos. Las cifras son parecidas para Edenor, Naturgy (gas), Aysa (agua) entre otras. Mientras tanto, Cablevisión, integrante del Grupo Clarín, reportó ganancias por 6.333 millones de pesos en el primer semestre de 2019.
A miles nos pasó que nos brinden servicios malisimos, sin luz durante días en verano, o si no pagas no importa el frío que haga, te cortan el gas. En esta situación excepcional de aislamiento su servicio no cambia. Como mostró en sus redes sociales un pibe laburante, en el barrio Carlos Gardel de la Matanza: no tenía agua para lavarse las manos, una medida básica, elemental para combatir el coronavirus.
El gobierno nacional hace unas horas decretó que se suspenden los cortes para los servicios de luz, gas y agua ¿pero eso alcanza? Para los que el pago del alquiler, servicios, etc., significa alrededor de un 40% del salario, no alcanza. Tampoco sirve solo congelar las tarifas; no se puede aceptar el robo de Macri y esas empresas. Hay que retrotraer la escala tarifaria al 2016, o sea, antes de los aumentos y suspender los pagos de estos servicios lo que dure este aislamiento social.
Trabajar precarizados y dando malas noticias o laburar en condiciones y para las necesidades de la población
Si por un segundo creyeron que laburamos directamente para Edesur, tienen que saber que no. Claramente si se pueden ahorrar “gastos” lo hacen. Somos contratados por empresas tercerizadas, para dar malas noticias. Tenemos que pasar de inmediato a ser trabajadores de la empresa como parte de la planta permanente. No podemos vivir con sueldos que llegan rasguñando a los $20.000.
Hoy más que nunca, frente a una crisis sanitaria como la que estamos atravesando y que tiene y tendrá duras consecuencias económicas, no pueden estas empresas lucrar con nuestras necesidades. Sus ganancias, exorbitantes (un trabajador al mes “recauda” alrededor de $500.000), deberían invertirse para que todo el pueblo trabajador tenga acceso a la luz, el agua, gas e internet. Según datos del Indec, en Argentina al día de hoy hay un 10% que no tiene acceso a agua potable, un 30% no accede a la red de gas. Y cuando hablamos de sistema de cloacas, un 29% de la población no cuenta con este servicio elemental.
Cuando esta es la realidad de millones, hoy en tiempos de cuarentena generalizada, además de la suspensión de pagos de los servicios elementales durante la crisis sanitaria es imprescindible que todos tengamos acceso a la información. Necesitamos la gratuidad del servicio de internet para toda la población que ya tiene acceso y la instalación para el casi 18% de la población que aún no accede desde sus hogares.
Quienes estamos en estas odiosas tareas de cobranzas deberíamos de manera urgente pasar a cumplir tareas de atención a la población, evitar cortes o reconectárselo a cada familia de forma gratuita.
No podemos esperar bondades de quienes ganan a costa nuestro, o de los gobiernos que las mantuvieron privatizadas desde los 90’. Todas estas empresas de servicios esenciales debieran ser apoderadas por el Estado y puestas a producir, distribuir y controlarse por sus propios trabajadores, que al mismo tiempo también somos usuarios. Son nuestras vidas, o sus ganancias.