Más de cien personas del barrio La Esperanza se movilizaron el viernes en el centro hasta las puertas del palacio municipal. ¿El motivo? Hace más de cuatro años que reclaman un derecho elemental como el acceso al agua y la luz, sin respuestas del intendente Sebastián Abella, de Juntos. Pasan los gobiernos, siguen las promesas, pero la solución nunca llega.
Domingo 7 de noviembre de 2021 20:58
La Izquierda Diario habló con vecinas jefas de hogar que comentaron la cruda realidad: pasaron toda la pandemia sin acceso al agua potable, con precarias instalaciones de electricidad y sin el servicio de recolección de basura. Además, muchas de las familias viven bajo una barranca expuestas a las condiciones climáticas, constituyendo un riesgo y empeorando la situación de vivienda.
"Hace años que viene este reclamo. Escribimos notas, presentamos proyectos al Concejo Deliberante, tuvimos la promesa en distintas campañas electorales de que nos iban a solucionar y garantizar el acceso a los servicios. Somos trabajadores, tenemos comedores donde damos de comer a las familias de la zona” relató una vecina movilizada. Luego explicó que “hoy venimos acá a hacernos escuchar, porque estamos cansados de que nos manden un camión con agua una vez por semana y encima quieren que les agradezcamos".
Además anticipó que "hasta que no nos den una solución concreta no nos vamos a ir. Volveremos las veces que sea necesario”. Asimismo describió el día a día de las familias: “se viene el calor, la semana pasada fue una odisea. Hay chicos, mujeres embarazadas, gente adulta que no se puede bañar, no tiene agua para tomar, todo sale de nuestro bolsillo".
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El Barrio La Esperanza es uno de los tantos barrios de Campana que hace años fue creciendo en número de familias que allí viven, teniendo que organizarse desde abajo para garantizar lo mínimo sin tener ninguna respuesta por parte del municipio que gobierna el intendente Sebastián Abella, de Juntos.
Esto es un ejemplo más de una problemática que se extiende a nivel provincial y nacional: son cada vez más las familias que viven sin agua para tomar ni higienizarse. En el país el déficit de vivienda alcanza a 3,5 millones de personas. Un ejemplo muy claro de esto fue la toma de Guernica, brutalmente desalojada por Sergio Berni y Axel Kicillof, del Frente de Todos. Los gobiernos en todos sus niveles son responsables de esta situación crítica.
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Una salida integral para las familias trabajadoras de Campana
Frente a la resignación, son una vez más las mujeres quienes se ponen de pie contra las condiciones de miseria que viven día a día las familias trabajadoras y de los sectores populares, y se hacen escuchar en las calles, mostrando el único camino posible para llegar a una solución.
Afectar los intereses de los grandes grupos económicos (como Techint de Paolo Rocca, dueño de Tenaris-Siderca) es la única forma de que las familias trabajadoras, las mujeres y la juventud popular puedan ejercer su derecho a una vivienda digna. Así como garantizar el acceso a todos los servicios que, en pleno siglo XXI, no disponen enormes sectores de la población.
Para esto hay una salida: organizarse y pelear por un plan de obras públicas controlado por los trabajadores para unir la necesidad de vivienda y trabajo, financiado a partir del no pago de la deuda externa ilegal e ilegítima. También aplicando impuestos extraordinarios a la renta de grupos como Techint.
Campana es conocida por ser un polo industrial y de puertos que generan millones que acumulan en sus cuentas (algunas en guaridas fiscales) los grandes empresarios. Es la ciudad donde se encuentran gigantes de la siderurgia como Siderca, además de contar con gran cantidad de mano de obra calificada que podría llevar adelante un plan integral, en función de darle una salida estructural al problema de la vivienda para miles de familias.
Los vecinos de La Esperanza son un ejemplo de cómo se puede poner la fuerza de la movilización, a partir de la bronca, en función de pelear por los derechos que nos corresponden.
Mientras el gobierno nacional lleva adelante una campaña electoral con el slogan "Sí a la vida que queremos", cada vez más sectores de trabajadores y jóvenes son conscientes de que la vida que queremos es otra cosa. El Frente de Izquierda Unidad es la única fuerza que plantea un programa real de salida a la crisis, favorable al pueblo trabajador.
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