Estos días 10 y 11 de Abril los y las estudiantes de la UC3M pueden elegir a sus representantes estudiantiles. Las agrupaciones Contracorriente y Pan y Rosas presentamos nuestra lista para elevar una voz crítica en la universidad, contra el rearme imperialista y en solidaridad con Palestina.
Lunes 8 de abril
A dos años de la guerra de Ucrania y en presencia de un genocidio sobre el pueblo palestino, el ambiente belicista sigue aumentando. Los Estados imperialistas se rearman mientras vemos cómo los “valores democráticos” que dicen defender los gobiernos actuales no hacen más que acrecentar el saqueo, la devastación ambiental y los negocios empresariales. En este sentido los y las jóvenes tenemos mucho que decir. Somos una generación marcada por la inestabilidad, por los problemas de salud mental, por la falta de certeza de cara a nuestras titulaciones, a la posibilidad de adquirir un trabajo que no sea temporal, al desastre relacional al que nos enfrentamos en una sociedad contradictoria y cada vez más individualistas.
Por ello, hay que decirlo bien claro: quieren prepararnos para nuevas guerras, y sólo organizándonos contra la barbarie capitalista podemos enfrentarlo. Las universidades y centros de estudio son un espacio fundamental para esta pelea, con este objetivo, el de levantar un gran movimiento estudiantil antiimperialista y autoorganizado, participaremos en las elecciones. Sin embargo, no somos ingenuas, siempre con desconfianza en un proceso electoral en una universidad que, al igual que la sociedad, tiene estructura clasista; queremos organizarnos desde abajo y poder tener un altavoz más en esta institución, gobernada por decanos y catedráticos que nada tienen que ver con nuestro intereses.
🔴El 10 y 11 de Abril lxs estudiantes de la UC3M pueden elegir a sus representantes.
🔥nos presentamos con @panyrosasmad para elevar una voz crítica en la universidad, el rearme imperialista y en solidaridad con Palestina🇵🇸
✊🏼Vota y organízate con Contracorriente y Pan y Rosas pic.twitter.com/kaaDiRfWAw
— Contracorriente Madrid (@Contrac_Mad) April 8, 2024
Contra la presencia de las empresas y la complicidad de la UC3M con el genocidio en Palestina
Los consejos sociales son los órganos económico-directivos principales en nuestras universidades públicas. Estos están conformados en su mayoría por empresarios y representantes de multinacionales, los cuales se sientan con el rector y demás miembros de la casta universitaria (así llamamos a catedráticos, decanos y un sinfín de cargos que ocupan puestos de poder y dirección en la universidad, siempre más alto que el nuestro, y que nada tienen que ver con los intereses de los estudiantes y la mayor parte de la comunidad universitaria) a decidir la financiación anual de la universidad, o la creación, sustitución o derogación de asignaturas o cursos.
En el caso de nuestra universidad, normalmente el Consejo Social ha estado gobernado por peces gordos del Banco Santander u otro tipo de entidades u organizaciones financieras, como la CEOE. No podemos dejar pasar la oportunidad para decir que el Banco Santander, del cual contamos con un “work coffee” fue el banco que más se lucro con la venta de armas a Israel en este último año. En suma, podemos comprar un café (carísimo) en una universidad pública en un banco privado que desahucia a nuestros vecinos de Getafe día sí y día también y que es cómplice de la masacre de mujeres, hombres y niños en Palestina.
Excelencia UC3M
Aparte de las innumerables empresas que podemos contar solo viendo la composición del Consejo Social, tampoco podemos dejar de mencionar a su presidente, Francisco Marhuenda. Director de la razón y expolítico del PP, acusado en varias ocasiones de corrupción, fue elegido a dedo por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Díaz-Ayuso, hace un par de años. La única representación con la que contamos los estudiantes, más allá del supuesto papel que tiene el rector (para cuyas elecciones tu voto como alumno vale más de un 30% menos que la de un catedrático), es la presencia de un estudiante que, aseguro, nadie sabe quién es o cuál es su función ahí dentro (más allá de hacer networking, como nos aconseja esta universidad a diario).
No queremos más cargos elegidos a dedo que vengan de la cúpula corrupta del PP, ni que sean elegidos sin conocimiento del estudiantes y trabajadores (mayoría de la comunidad universitaria) por una persona que está más pendiente de los negocios lucrativos que de suplir las necesidades en momentos difíciles, como fue Ayuso en la pandemia. No queremos la presencia de empresas como el Corte Inglés o el Banco Santander, empresas que financian el genocidio a un pueblo inocente y que ocupan espacios que a los estudiantes nos niegan.
Queremos gritar fuera empresas de la educación pública, y abajo este modelo empresarial de la educación. Luchamos por centros educativos en los que podamos explorar y crear, que ser propongan dar respuesta a los grandes problemas de la humanidad y aportar soluciones a los retos actuales, y no para ser ingenieros de los intereses del capitalismo o ser explotados por el banco de turno.
Contra el gobierno progresista y la represión: no a la LCU y al protocolo de la censura
Europa se rearma. El extraordinario aumento de presupuesto para la industria armamentística que hemos experimentado en el Estado Español – con un aumento del 26% del PIB en gasto militar, el más alto en la historia democrática de este país – no es un caso aislado. No solo ha sido el gobierno “progresista” del PSOE, primero con Unidas Podemos y ahora con Sumar, de aumentar el presupuesto militar hasta los estándares de la OTAN (es decir, hasta un 2% para el año 2029), sino que han sido la totalidad de los líderes de los países imperialistas europeos los que han aceptado sin rechistar esta orden. Mientras, las necesidades sociales y económicas de la mayoría de la población siguen en aumento: la precariedad, temporalidad, parcialidad e incertidumbre laboral no parecen haber sido solventadas con una reforma laboral “progresista” ni con unos presupuestos “sociales” totalmente militaristas.
Más aún, el gobierno más progresista de la historia se olvidó de sus apellidos cuando aprobó la primera ley disciplinaria universitaria en democracia, la Ley de Convivencia Universitaria o Ley Mordaza Universitaria (LCU). Esta Ley se acompaña de una nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario, la LOSU, que sustituye a la LOU aprobada en la época de Aznar, aunque no para mejorarla en lo que respecta a capacidad de acción estudiantil. Este paquete de medidas, iniciado por el ex ministro Castells, dio la oportunidad a las universidades públicas de reprimir y expulsar estudiantes si estos contradecían una convivencia universitaria ambigua, regulada en una ley nada taxativa (es decir, que deja abierta la posibilidad al rector de decir los casos en los que se puede aplicar más allá de los establecidos, sin un criterio de control estricto), lo cual da carta blanca a decanos y rectores para poder controlar toda disidencia y movimiento político dentro de la universidad.
En la UC3M tenemos muchísimos casos que ejemplifican esto: abrir expedientes por protestar pacíficamente contra una charla tránsfoba impulsada por una asociación ultracatólica y por el Instituto de Estudios de Género de la universidad, aprobar el llamado “protocolo de la censura” para evitar que los estudiantes denunciemos, entre otras cosas, que existen empresas en la universidad que participan activamente con el genocidio en Palestina; dejar a las asociaciones sin despacho tras la organización altruista de unas jornadas políticas y culturales, y un largo etcétera.
El nivel de ataque que asociaciones y alumnos sufrimos hoy en día por parte de la institución es asombroso. Como se acaba de decir, seguimos sin el único espacio concedido por la universidad para organizarnos, con los materiales de las distintas asociaciones todavía dentro, y con un ambiente de crispación que destapa la verdadera intención no negociadora tanto de la universidad como de la nueva Vicerrectora de Asociaciones. Denunciamos más fuerte que nunca que la represión a la lucha política y al movimiento estudiantil tiene que ser rechaza, pero sobre todo combatida organizadamente.
Vota y organízate con Contracorriente y Pan y Rosas, ¡Construyamos un gran movimiento estudiantil antiimperialista!
Nuestra perspectiva es crear un movimiento estudiantil combativo, duradero, y antiimperialista. Las condiciones en las que nos encontramos solo nos empujan a un mundo desastrosos a no ser que luchemos por conseguir aquello que nos arrebatan: un futuro deseable, en el que podamos estudiar todas, gratuita y libremente, y en el que nuestro conocimiento se ponga al servicio de la gente y no de un puñado de empresas que nada nos van a conceder. Además, pelear por un movimiento estudiantil antiimperialista que confluya con la clase trabajadora, ya que solo mediante la unidad de trabajadores y estudiantes podremos parar el mundo y la maquinaria de guerra, pues solo la clase trabajadora, mediante la lucha de clases, tiene en sus manos la posibilidad de parar la producción capitalista.
Animamos a todos los estudiantes de la UC3M a organizarse tanto estas elecciones como en todo su periodo estudiantil, yendo todavía más allá: animamos a los y las jóvenes, estudiantes, trabajadores tercerizados de los centros educativos, a que se levanten contra las condiciones que el sistema nos impone, contra la subcontratación de los servicios universitarios básicos, contra la censura y amenazas a estudiantes y profesores, contra un discurso de extrema derecha cada día más latente en las aulas; en fin, contra los valores de un sistema contradictorio, que no tiene que ver con las y los jóvenes, estudiantes, mujeres, migrantes, personas LGTBI, y un largo etcétera.
Por todo esto te proponemos que votes las listas de Contracorriente y Pan y Rosas, si compartes que es necesario organizar un fuerte movimiento estudiantil contra el militarismo y la barbarie a la que el capitalismo nos quiere llevar, que pelee por tener espacios para la autoorganización y el pensamiento crítico, que denuncie el funcionamiento de las universidades totalmente antidemocrático y al servicio de las empresas, que expulse los discursos racistas, misóginos y de extrema derecha de nuestras facultades y que pelee, en definitiva, por otra universidad, al servicio de la clase trabajadora, el planeta y las necesidades sociales.
Por eso vamos a luchar dentro y fuera de los organismos de la universidad. Porque quienes militamos en Contracorriente y Pan y Rosas creemos que el rearme imperialista, el genocidio y el expolio, muestran la necesidad de acabar para siempre con este sistema de explotación y opresión. Hacemos nuestra la famosa frase de Luxemburg: socialismo o barbarie. ¡Súmate a Contracorriente y Pan y Rosas