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Red Internacional
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Precarización laboral en Punilla: la cuarentena no es igual para todos

A diez días de decretada la cuarentena obligatoria, la situación económica de los trabajadores precarizados y vendedores ambulantes en el valle de Punilla se vuelve insostenible.

Domingo 29 de marzo de 2020 16:40

El valle de Punilla se caracteriza por ser una zona turística muy visitada en vacaciones de verano y feriados largos desde distintas provincias y países, ciudades como Villa Carlos Paz o La Falda son concurridas por miles y miles de personas en los meses que van desde diciembre hasta principios de marzo.

Es por esto que en la temporada de verano es más fácil conseguir un trabajo temporario. Muchas empresas en temporada tienen altísimas sumas de ganancia, pero también tienen a sus trabajadores en muy malas condiciones laborales como lo refleja esta nota, en la mayoría de los casos se pagan acorde a las tareas que se cumplen, no se les reconocen días de descanso, el salario es puesto por los dueños de los locales, demás está decir que trabajan en negro, sin contribuciones patronales y un largo etcétera. Solo con googlear “trabajo informal en Villa Carlos Paz” lo primero que vamos a encontrar es que, según la AFIP, hay un 60% de trabajo informal solo en el rubro de la construcción.

Quienes no entran dentro de la oferta laboral se la rebuscan como pueden, ya sea en “changas” o vendiendo comida a los turistas en las terminales de ómnibus, plazas, parques y ríos teniendo que, muchas veces, escapar de los controles municipales.

Si tomamos el caso de Villa Carlos Paz, la ciudad más poblada del Valle de Punilla, que tiene aproximadamente 90 mil habitantes, un 65% de su población es económicamente activa, es decir, unas 58 mil personas. Si bien no hay datos actualizados de este año, de esas 58 mil personas, se estima que cerca de 6 mil están sin trabajo en la actualidad, o dicho en otras palabras, en la ciudad hay una tasa del 10% de desempleo.

Informe informal de cuarentena

A esta situación de desempleo, por haber finalizado la temporada, e informalidad se suma la cuarentena por el coronavirus que decretó hace más de una semana el gobierno Nacional en la cual, con el freno de la mayoría de las actividades laborales, son miles lxs trabajadorxs de esta ciudad que tienen que hacer malabares para poder sobrevivir.

«Se debe proponer una ley anti despidos y que todes vayamos a cumplir la cuarentena con el sueldo integro. Emanuel»

La Izquierda Diario entrevistó vía WhatsApp a jóvenes en situación de precarización laboral de distintos rubros, entre ellos: gastronómico, comercio, serigrafía y cerrajería. También habló con vendedoras ambulantes, que viven con lo que ganan al día, para conocer su situación e indagar cómo hacen frente a la cuarentena quienes no tienen derechos laborales.

“Cuando declararon la cuarentena el negocio quedó cerrado con un cartel que aclara que `por el momento se atenderán urgencias domiciliarias´. Hasta ahora me mantengo porque vivo en la casa de mi padre sino no podría porque desde que empezó la cuarentena sólo cuento con 6000 pesos que es para caso de emergencia”, nos responde Nicolás que tiene el oficio de cerrajero.

Vicky es ayudante de cocina y relata lo que le comunicaron cuando se decretó la cuarentena: “Me dijeron que dependemos del caudal turístico para trabajar y afectados por la cuarentena no hay movimiento, por eso no van a precisarme porque habiendo cocinerxs efectivos yo solo soy un refuerzo y eso implica que me tengan en cuenta cuando el hotel tiene muchas reservas”. Emanuel también se desempeña en el rubro gastronómico y nos dice que antes de que termine la temporada “ya habían reducido las horas de trabajo, habían echado a varios” y que con el tema de la cuarentena “mandaron a todos a su casa sin goce de sueldo”.

Lucia y Yamila son de Huerta Grande, venden comida y productos que compran al por mayor para revender. Lucia piensa que “va a ser difícil salir de la situación en la que estamos económicamente”, pero que ya esta acostumbrada a “rebuscársela y a pasar hambre como la mayoría del pueblo”, plantea que “el problema es este sistema económico”. “Necesitamos cambiar por un sistema donde se valore mas la vida que la economía”, culmina. Yamila que por su parte nos dice: “El gobierno debería dar un salario mensual, igual a la canasta básica, hasta que pase la cuarentena a quienes trabajamos en negro y nos quedamos sin fuente de trabajo”.

« Estoy acostumbrada a rebuscármela y a pasar hambre como la mayoría del pueblo. Lucía»

Mientras se escribe esta nota, varios medios especulan con que el Gobierno Nacional baraja la posibilidad de extender la cuarentena hasta finalizar semana santa, de lxs jóvenes que nos respondieron los mensaje, muchxs de ellxs no cuentan con ahorros ya que viven con lo justo por tener un salario bajo a causa de su condición laboral, además de tener familia o vivir con lo que ganan en el día, tal es el caso de Lucas que trabaja en negro, como operario en una fábrica de serigrafía: “por ahora puedo subsistir con lo que cobre del sueldo anterior, pero si se extiende me va a agarrar muy mal parado”. “Estoy de acuerdo con el bono extraordinario que se va a dar, pero tendrían que acelerarlo, porque muchos lo necesitan ya mismo”, reflexiona.

Quienes sí cuentan con ahorros, los están utilizando estos días, como Luli que actualmente tiene un trabajo temporal y se desempeña en atención al público, va costeando la cuarentena con los “ahorros de emergencia” y tampoco va a contar con fondos en caso de extenderse la cuarentena. “Si la cuarentena se extiende no tengo opción de seguir usando mis ahorros. Lo que implica un problema mayor cuando en los meses más duros del invierno esos pocos pesos se acaben y me encuentre en una situación más complicada que ahora”, nos dice Vicky.

Vo´ si, vo´ no

El pasado lunes 23, el Ministro de Economía de la Nación, Martin Guzmán, anunció un bono por 10 mil pesos para monotributistas y trabajadores en negro, pero que no alcanza a la totalidad de los trabajadores en estas condiciones.

Hasta el momento es la única medida que implementó el gobierno nacional para millones de trabajadorxs en todo el país que están en la informalidad y se ven perjudicados por la parálisis de la economía. En este sentido preguntamos qué piensan sobre estas medidas y qué propondrían quienes se la rebuscan diariamente y son parte del olvido estatal hace décadas, con complicidad de los sindicatos que dejan al laburante en una relación de desigualdad ante sus jefes por verse vulnerados sus derechos.

La medida más sentida es que tiene que haber una suspensión de pagos de servicios, de alquileres y el congelamiento de precios de alimentos, “además de una ayuda económica no menor a 30 mil ya que la canasta básica familiar esta cerca de los 60 mil pesos”, agrega Nicolás.

“Tienen que reconocer el numero altísimo de familias precarizadas que sostienen y son cómplices desde la municipalidad, la provincia y la nación al no multar ni sancionar a empresarios de gastronomía y turismo que continúan con esta ´informalidad´ a la hora de emplearnos”, responde Vicky, agregando además que “en segundo lugar, se debe unificar todo el sistema de salud público y privado para poder combatir una pandemia de esta magnitud”.

“Se deberían hacer test masivos para saber la gravedad del tema, y después proponer una ley anti despidos y que todes vayamos a cumplir la cuarentena con el sueldo integro”, reflexiona Emanuel.

Cuando pase el temblor

La pandemia trajo consigo la reflexión sobre la importancia de la financiación de la Salud pública, sector que fue recortado por todos los gobiernos tanto provinciales como nacionales, y de distintos colores políticos.

Pero también trae aparejada la reflexión sobre la importancia de los derechos laborales en una provincia donde hay una tasa del 61,5% de informalidad entre lxs jóvenes y donde los índices de desempleo llegaron al 13%.

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