Como suele hacer la líder de la Coalición Cívica, sus denuncias judiciales impulsan su propia figura política o directamente su campaña electoral. Inserta en la guerra de las vacunas, Carrió se encolumnó desde un principio detrás de Pfizer.
Mirta Pacheco @mirtapacheco1
Miércoles 23 de diciembre de 2020 21:30
La denuncia es contra Alberto Fernández, Ginés García González y Carla Vizzotti por envenenamiento, con motivo de la compra de la Sputnik V.
Esta presentación judicial, que según diversos medios afirman, estaría mal escrita, con errores, como presentada a las apuradas, también busca abarcar a todos los funcionarios del Frente de Todos que tuvieron algún rol en las gestiones y posterior contratación con el Fondo Ruso, dueño de la Sputnik V, por delitos de "atentados contra la salud pública, defraudación al Estado e incumplimiento de Deberes de Funcionario Público".
Lleva ya largas semanas defendiendo la necesidad de tener la vacuna fabricada por el laboratorio norteamericano, claro que omitiendo (como hacen todos los partidos que defienden este sistema) que el principal laboratorio mundial vendió su vacuna -como otros laboratorios como Moderna, etc- mayoritariamente a los países centrales, más ricos. Por eso gran parte de los países europeos comienzan a contar con partidas de la vacuna de Pfizer y países africanos, por ejemplo, podrán contar con dosis suficientes supuestamente recién en el 2022.
En Latinoamerica, si bien la fecha aparentemente no será tan extendida, pasa otro tanto.
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De hecho, a tono con ese ocultamiento de lo que en definitiva es una guerra por el lucro capitalista, el representante del laboratorio estadounidense en Argentina, Gonzálo Pérez Marc en una entrevista afirmó "esto no es un mundial, es una vacuna". Lo cual literalmente es cierto, pero disfraza esa carrera de los laboratorios.
Porque quién llega primero a que se apruebe satisfactoriamente la vacuna y consecuentemente a poder ser aplicada y cerrar los contratos, será quien obtenga mayores ganancias. Esto es lo que en definitiva también defiende Carrió.
Esta denuncia, seguramente no llevará a nada porque en honor a la verdad no tiene sustento. Pero parece ser el primer paso luego de que anunciara su candidatura a diputada por la Provincia de Buenos Aires, jugando fuerte en la interna de Juntos por el Cambio.
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Lo que Elisa Carrió no dice, porque no le interesa en lo más mínimo, es que el Gobierno además de las idas y vueltas que dio para la llegada de la vacuna (por su improvisación, porque lo sorprendió -algo que luego negó- las declaraciones de Putín sobre que la vacuna todavía no estaba testeada debidamente en mayores de 60 años), lo que no está realizando son suficientes testeos y no realiza ningún control para que las patronales apliquen correctamente los protocolos.
Además, son los sectores más precarizados los que mayormente se tienen que exponer en el transporte o no tienen cómo prevenirse de contagios frente a la carencia, en muchos casos, de la infraestructura básica, como agua potable, viviendas ventiladas, sin hacinamiento.
Condiciones de vida que se agravaron muchísimo durante los cuatro años del gobierno de Macri, al que la Coalición Cívica apoyó y aportó funcionarios y que ahora -en medio de la pandemia- continúan sufriendo: ajuste a los jubilados, inflación que ataca el bolsillo de las grandes mayorías, despidos que nunca cesaron y para los trabajadores registrados, paritarias a la baja.
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De todo esto, por supuesto, Carrió no habla.