Los pulpos del acero vienen pisando la paritaria del sector. Además, reclaman al gobierno por la apertura de importaciones. Quieren que los siderúrgicos paguen sus buenos o malos negocios.
Miércoles 6 de noviembre 10:20
La paritaria siderúrgica entre la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y las Cámara Argentina del Acero (CAA) continúa trabada. Hace una semana se venció la conciliación obligatoria dictada por la secretaria de Trabajo de la Nación. El gremio quedó en libertad de acción para llevar adelante medidas de fuerza. La patronal también. Y amenaza pegar primero.
Este jueves se tienen que reunir nuevamente. El que hace de árbitro en la negociación es un abogado de Techint que además es Secretario de Trabajo; Julio Cordero. Parece un chiste.
En ese marco la empresa hizo correr rumores de despidos masivos. Así lo transmitió el diario El Norte de San Nicoás. “Ternium le comunicaría este miércoles a la Unión Obrera Metalúrgica la decisión de avanzar con despidos masivos. Serían 600 -afirman las fuentes consultadas- los trabajadores que perderían su puesto en la acería General Savio, 50 por ciento de personal propio y el resto de empresas contratistas. Desde la compañía controlada por el Grupo Techint hablan de un programa de reestructuración por caída de la producción”.
Recordemos que días antes Paolo Rocca realizó algunas críticas a la política de Milei. La apertura comercial le implicaría una competencia con productos chinos que no le conviene a “la T”. Los empresarios son tan libertarios o regulacionistas como les convenga en cada oportunidad.
O sea que estamos ante un chantaje en toda la línea. La conducción de la UOM está en mano de dos hombres que vienen de la Rama 21, Furlán (Siderca) y Brunelli (Siderar). Pero no son dirigentes con “manos de acero”. Más bien el “plan de lucha” ha sido pura tibieza. Le falta calor.
Está demostrado que los intereses de Rocca no son los mismos que los de los trabajadores, es por eso que no se debe caer en la trampa que quieren imponer, utilizando de rehenes a los trabajadores, su fuerza y su lucha para negociar beneficios con el gobierno. Los negocios con las importaciones o exportaciones no son del interés del trabajador, quienes deben defender los puestos de trabajo sin entrar en el juego de las patronales.
Las bases han participado masivamente cada vez que se las ha convocado a medidas serias y contundentes. Es lo que se necesita ahora: asambleas y un plan de lucha para conseguir la recomposición salarial, el pase a planta y todas las reivindicaciones obreras. Si hay despidos, hay que responder con el paro inmediato.