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Red Internacional
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FACULTAD DE HUMANIDADES - UNJu. Charla con Andrea D’Atri: ¿Cuál es la estrategia para la liberación de las mujeres?

Será el miércoles 10, a las 18hs, en la Facultad de Humanidades, bajo el título “A 100 años de la Revolución Rusa. Las mujeres en la revolución y la revolución en la vida de las mujeres”.

Lunes 8 de mayo de 2017

Andrea D’Atri, fundadora de la Agrupación de Mujeres Pan y Rosas, y dirigente del PTS-Frente de Izquierda, estará en Jujuy este miércoles como panelista de una charla en la Facultad de Humanidades, cita en Otero 262.

Bajo el título “A 100 años de la Revolución Rusa. Las mujeres en la revolución y la revolución en la vida de las mujeres”, la especialista en estudios de la mujer disertará sobre las enormes transformaciones para la vida de las mujeres conquistadas por una revolución que “inscribió en su bandera la emancipación de la mujer y produjo la legislación más progresiva en la historia sobre el matrimonio y la familia (...)”, como dijera León Trotsky, y la actualidad de aquella gesta histórica en el camino de recrear una estrategia para conquistar la emancipación de las mujeres.

La charla, organizada por las agrupaciones Pan y Rosas y Juventud a la Izquierda, se propone abrir un diálogo entre el feminismo y el marxismo y está pensada como introducción al Seminario “Feminismo y Socialismo” que se dictará también en Humanidades a partir del 24 de mayo.

La Revolución Rusa, comenzó el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo en nuestro calendario gregoriano, 22 de febrero en el calendario juliano, vigente en ese momento en toda la estepa rusa) encabezada por la firme decisión de las obreras textiles de Petrogrado. En el marco de una Rusia inmersa en la guerra imperialista y el despotismo zarista se movilizaron junto a 100.000 trabajadores más, bajo las consignas de “¡Queremos pan! ¡Abajo la guerra!”. A cargo del sector más explotado de la clase trabajadora, comenzaba lo que pasó a la historia como la “Revolución de febrero”, que ocho meses después, en la “Revolución de Octubre” daría paso al primer Estado Obrero de la historia.

Por primera vez en la historia los trabajadores tomaron el poder para construir una sociedad nueva, derribando el viejo mundo de los zares y liquidando el poder de los terratenientes y la burguesía en Rusia. Esta Revolución que se convirtió en un faro de esperanza para millones de trabajadores a lo largo del mundo, también significó la conquista de derechos inéditos para las mujeres, que en las naciones capitalistas más avanzadas les llevaría décadas obtener, como el derecho al sufragio, el derecho al divorcio, y el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, además de derechos que avanzaban en la igualdad real ante la vida como la crianza y educación socializada de los hijos, el trabajo doméstico socializado y la inserción efectiva de las mujeres en el trabajo y la organización de la economía y la política.

A cien años de aquella gesta, la sociedad capitalista desde 2008 nuevamente atraviesa una gran crisis, que la clase dominante descarga sobre las espaldas de las mayorías trabajadoras, golpeando particularmente a las mujeres. Pero a la par de las miserias que el sistema engendra como millones de trabajadores y trabajadoras desocupados, precarizados y la violencia que los Estados ejercen para mantener a los oprimidos a raya, las mujeres arrastran desde hace siglos las cadenas de una cultura patriarcal. En los últimos años el acrecentamiento de los femicidios ha detonado el fenómeno “Ni una Menos” en Argentina y otros países de Latinoamérica, que junto a las masivas huelgas de mujeres en Polonia, las movilizaciones en Estados Unidos contra el misógino Donald Trump nos muestran el resurgir del movimiento de mujeres a lo largo del mundo.

Por eso, el pasado 8 de marzo, cuando se cumplían 100 años de que las obreras rusas iniciaran la Revolución más grande de la historia, vimos cómo millones de mujeres en todo el mundo se unieron en un sólo grito en un #ParoInternacionalDeMujeres levantando muchas demandas que las rusas conquistaron 100 años atrás, y por las que aún hoy peleamos.

Hoy más que nunca es necesario retomar las lecciones estratégicas de aquella revolución para poner en pie un gran movimiento de mujeres internacional que se proponga, en alianza con la clase trabajadora y sus métodos de lucha, conquistar un gobierno de los trabajadores en el camino de construir una igualdad real en una sociedad que nos permita vivir libres y plenos.