Nueva emisión de nuestro segmento en Saltando Muros por Radio Sudaca de Trelew.
Una semana marcada por el ajuste que exige el FMI y aplica el kirchnerismo en clave cambiemita mientras se profundiza la polarización política producto de la crisis social bajo la bota de la deuda externa. La necesidad de poner en pie una salida por izquierda a este callejón sin retorno.
Martes 20 de septiembre de 2022 16:24
Bienvenides a un nuevo capítulo de La Izquierda Diario en Saltando Muros por Radio Sudaca.
Decíamos la semana pasada que nada bueno puede resultar para las mayorías populares de la “exitosa” gira de Massa por los EEUU. Si el viaje fue precedido por un recorte de $128.000 millones en salud, vivienda y educación, y venía acompañado de la transferencia de más de $200.000 millones al campo con el dólar soja, el presupuesto 2023 presentado la semana pasada trae aún peores noticias.
En la lógica de transferir recursos a los más ricos, el proyecto de “ley de leyes” plantea un nuevo blanqueo de capitales para los especuladores inmobiliarios a la par que un nuevo recorte indirecto en salud y educación por la vía de un cálculo de inflación estimada que dejará obsoleto el presupuesto nacional a poco de correr.
Todo sea por alcanzar la meta impuesta por el FMI de reducir el “deficit fiscal”, término que para la entidad financiera imperialista define a las jubilaciones, la salud, la educación, la vivienda y cualquier otra conquista de la clase trabajadora.
Con el 7% de inflación en agosto dado a conocer la semana pasada, se termina de completar el cuadro de la estructura económica que configura el actual cogobierno del FDT con el FMI. Los salarios perdieron entre el 20 y el 32% de su poder adquisitivo en los últimos seis años, y las jubilaciones entre el 25 y el 40%. Esta “paritaria de los empresarios” explica cómo se transfirieron más de USD 70.000 millones de la clase trabajadora al gran capital en el mismo período, atravesando dos gobiernos de signo político distinto.
Aunque lo de distinto no implica que haya grieta en lo sustancial de la política. Si los gobiernos post neoliberales recibieron ese nombre en la década del 2000, no fue solo porque vinieron después, sino fundamentalmente porque operaron sobre la estructura legal, económica y social configurada durante el auge neoliberal de los 90. Por citar un dato, la pobreza, que en 1974 era del 4%, nunca bajo desde los 90 del 25%, adquiriendo un carácter estructural.
Del mismo modo, el gobierno del FDT opera como continuidad de la política del gobierno de Mauricio Macri. La sumisión al capital financiero imperialista que significa el acuerdo con el FMI, lejos de constituir una “pesada herencia” es el timón que organiza al conjunto del régimen político. De allí que Macri deba salir a tomar el discurso de Milei de mayor ajuste y reforma laboral para sobrevivir como oposición política luego de ver su programa aplicado por el gobierno de los Fernández.
La presencia mesiánica de Massa y las bendiciones recibidas en EEUU a su plan de ajuste y concesiones al gran capital, constituyen un elemento perturbador para JXC que viene de ser “el gobierno de los CEO” y hoy queda casi huérfano ante el giro cambiemita del kirchnerismo.
Es que el carácter estructural de la crisis en curso no puede resumirse a un gobierno. Las particularidades del capitalismo argentino, dependiente, atrasado y cada vez más semicolonial, estallan a cada paso y los USD4000 millones que Massa obtuvo del FMI para engrosar las reservas del Banco Central, se esfumaran en la decadencia de esta estructura.
El Estado, como representante político del interés de las clases dominantes, sólo puede ofrecer esta “democracia para el ajuste” a condición de condenar a la miseria al resto, es decir, a quienes producen la riqueza.
Las consecuencias de ello, tiene manifestaciones concretas. La explosión de la caldera de la escuela 165 de Trelew, es expresión concreta del ajuste en curso y su impacto en la infraestructura escolar pero no solo.
El sábado 17 se cumplieron 3 años de la trágica muerte de Jorgelina y María Cristina, las docentes víctimas del ajuste del gobierno de Arcioni, antes que de un accidente de tránsito.
En el contexto de una provincia rica, pero en ruinas, el debate de cara al 2023 parece centrarse en la rosca electoral antes que en los acuciantes problemas que enfrentan los y las trabajadoras de la provincia. La Legislatura debate a espaldas de la sociedad, y puertas para adentro de sus despachos diferentes cambios que poco y nada prometen mejorar la situación del pueblo trabajador.
La derogación de la ley del Fondo Ambiental Pesquero empujó el retraso en la aprobación de la nueva ley de Pesca, pero mientras el sector pesquero continúa una depredación monstruosa de los recursos marinos obteniendo gigantescas ganancias, nada de eso queda en la provincia en beneficio de sus habitantes. Por caso, la pesca aporta apenas el 0,24% de la recaudación provincial.
En paralelo continúa en stand by la Ley de Renta Hídrica que implica aumentar impuestos, aunque de manera muy modesta, a ALUAR por la explotación de la represa Futaleufú. Sin embargo, los problemas de abastecimiento de energía eléctrica para amplias regiones de la provincia se mantienen intactos al igual que la crisis hídrica que, pese a la declaración de “emergencia” del gobierno, no ha encontrado algún tipo de respuesta.
La preocupación de los partidos del régimen provincial hoy es si eliminar las PASO, una medida afín a resolver las internas de las coaliciones mayoritarias más que un cuestionamiento a su carácter proscriptivo, o impulsar una Ley de Lemas que permita unificar la interna entre el PRO y la UCR y dentro del amplio arco del peronismo provincial, detrás de un único candidato a gobernador. Por las dudas, Ricardo Sastre ya lanzó su candidatura a gobernador.
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Por el lado de Juntos por el Cambio, la interna chubutense se hizo nacional enfrentando a Macri y Morales en torno a las consecuencias nacionales de la eliminación de las PASO para una coalición opositora que se apresta a sacar redito del desastroso gobierno del FDT. Los radicales se juegan a disputar el liderazgo del PRO.
Por el lado del FDT, significaría la consolidación de un liderazgo que evite la cantonización de una coalición de gobierno repartida en varias cabezas y a punto de explotar pese a la relativa unidad en “capilla” que se impuso luego del atentado fallido contra la vicepresidenta.
Para ambos lados de la grieta, en cualquier caso, no hay diferencias respecto al rumbo marcado por la política del FMI, el pago de la deuda ilegal, ilegitima y fraudulenta y el ajuste y saqueo extractivista necesarios para ello.
En este marco de polarización social producto del ajuste y la crisis, el PTS pelea por poner en pie un gran partido socialista de la clase trabajadora a través de las Asambleas Abiertas que impulsamos para organizar la fuerza social capaz de derrotar este ajuste. A fines de septiembre estaremos realizando una nueva Asamblea Abierta en Trelew a la que te invitamos a sumarte.
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