×
×
Red Internacional
lid bot

Conflictos en el ámbito escolar. ¿Cómo acabar con el bullying y la violencia en las escuelas?

Un país con altos niveles de violencia y pobreza es lo que se les destina a nuestr@s niñ@s y adolescentes. Cambiemos esta situación.

Miércoles 29 de marzo de 2023

En las últimas semanas, distintos casos de violencia en las escuelas nos han hecho reflexionar sobre la problemática y las consecuencias que tiene en nuestra realidad cotidiana. Platicando con mis colegas profesores, comentaban algunos que: “no podemos hacer nada”, “ya no se puede castigar a los niños”, “los padres y madres de familia no se hacen responsables”, “generación de cristal”, “en mis tiempos se suspendía a los alumnos violentos”. Mientras tanto las redes sociales y la prensa burguesa criminalizan a la juventud.

Sin embargo, más allá de la salida simplista de recurrir al conductismo y el punitivismo, debemos pensar en reflexiones más profundas, identificando quienes son los responsables de la normalización de la violencia o “la cultura de violencia” -nombrada así por autores como Galtung o Bourdieu-, para poder encontrar el cómo afrontarla entre todos los actores escolares, tanto maestras, madres de familia y alumnos.

Te puede interesar: [https://www.laizquierdadiario.com/Norma-Lizbeth-un-caso-que-obliga-a-l-s-maestr-s-y-madres-a-luchar-contra-la-violencia

  •  >]
  • La violencia en la vida de niños y jóvenes

    El actual sexenio se esta perfilando como el sexenio más violento de la historia, al día son asesinadas al menos 101 personas. También aumentaron las cifras de feminicidios llegado a la escalofriante cifra de 11 diarios. México ocupa el primer lugar en agresiones sexuales hacia menores de edad, además a diario son secuestrados 14 niños. Podemos seguir identificando más cifras en donde se observa que la niñez mexicana y los adolescentes sobreviven a la violencia a diario y ya forma parte de su cotidianidad.

    La política que el gobierno ha impulsado para abatir la violencia ha sido la militarización del país, pero bien sabemos en las maestras y maestros -que lo hemos vivido en carne propia- que los militares han jugado un papel importante en la represión de migrantes, luchadores sociales, ambientalistas, como bien muestran las investigaciones sobre el espionaje militar hacia civiles que tanto escándalo han producido en las últimas semanas.

    Te puede interesar: [https://www.laizquierdadiario.mx/Como-afecta-al-magisterio-la-militarizacion-del-pais->]

    Las condiciones de vida son cada vez más difíciles y nosotras como maestras podemos observarlo en nuestros estudiantes, que muchas veces llegan a la escuela sin desayunar, comen muy poco en el recreo y hasta nos ha tocado prestarles dinero para que compren un taco en la cooperativa, ya que la situación de las familias es muy precaria, los salarios de las madres y padres no alcanzan para cubrir las necesidades. De acuerdo a los datos del CONEVAL, uno de cada 2 niños, niñas o adolescentes viven en la pobreza. Además, la inflación también agrava esta situación.

    Bajo estas circunstancias ¿Cómo podemos esperar que los niños, niñas y adolescentes no se comporten de formas violentas? ¿Acaso no está relacionada su conducta con su entorno social -que va mucho más allá de su ambiente familiar-?

    Ni el conductismo, ni el punitivismo van a resolver la violencia

    A nuestra sociedad se le ha impuesto ideologías que alimentan mecanismos de vigilancia y castigo como formas de acabar con la violencia y lograr disciplina y control. Michael Foucault expresa: “La disciplina y la vigilancia son los dispositivos que han hecho posible la existencia y perpetuidad de las relaciones de poder, en el tejido mismo de la sociedad, dado que garantizan la obediencia(...). La sociedad disciplinaria se caracteriza porque el régimen de producción de verdad se constituye a través de una red de dispositivos y aparatos que producen y regulan tanto costumbres, hábitos y prácticas sociales”.

    Como lo expresa Foucault el sistema económico capitalista reproduce tanto la violencia, pero también mecanismos como el vigilar y el castigar para ir forjando a las personas obedientes y que no cuestionen dicho régimen y solo trabajen. Si los maestros pedimos sólo castigar claro que ayudamos a reproducir dichos mecanismos y no mejora las condiciones de convivencia, pues si no vamos hasta la raíz de los problemas difícilmente podremos encontrar soluciones a los mismos.

    Te puede interesar: [https://www.laizquierdadiario.mx/Violencia-en-las-escuelas-como-podemos-enfrentarla->]

    Luchemos por nuestr@s NNA

    Las condiciones de vida de los alumnos son complicadas, sus vidas están sumidas en violencia y pobreza, todo esto aunado a las condiciones de las escuelas, que van en detrimento, con edificios dañados, mobiliario viejo y roto, los salones hacinados con más de 35 alumnos en primaria y secundaria -y hasta más de 50-.

    La falta de alimentación adecuada, de atención médica y psicologica -especialmente luego de la pandemia que agravó muchos padecimientos- son un enorme caldo de cultivo que alimenta la violencia.

    Algunos maestros y padres de familia caen en la falacia de argumentar que las infancias tienen "muchos derechos" y que por ello ya no se les puede "decir nada", sin embargo la mayoría de los niños, niñas y adolescentes no tienen cubiertos ni siquiera sus derechos más básicos. Muchos de ellos a sus cortas edades son mano de obra, ya ni siquiera barata sino casi gratuita para el sostenimiento de las de familias.

    Asimismo, como parte del seguir menospreciando a las nuevas generaciones, las autoridades educativas les dicen que son una generación débil, pero la realidad es que afortunadamente nuestras niñas niños, y adolescentes son generaciones que empiezan a cuestionar las reglas y normas, así como ideologías como el machismo, la homofobia, el cambio climático e incluso de a poco la violencia, tanto en espacios como las escuelas, en las calles e incluso la casa. ¿Generación de cristal? No lo creo.

    Sólo hay que encender un poco la llama y ellos solos la toman en sus manos. Muestras hay muchas a nivel internacional, miremos a activistas como Greta Thumberg o a los cientos de jóvenes chilenos que en la última revuelta se pusieron al frente de pelear por su derecho a la educación y la salud. En México tenemos el ejemplo de los estudiantes de la huelga de la UNAM que en el 99 pelearon por mantener a la universidad como pública y gratuita -algunos de ellos, los de iniciación, no tenían más de 12 años-.

    Una de las tareas de los y las maestras debe ser en ayudar a nuestras chicas y chicos a cuestionarlo todo: sus condiciones de vida que reproducen la violencia y abonar en unidad (maestr@s y alumn@s) a la construcción de espacios seguros, de compañerismo, solidaridad y amistad.

    Te puede interesar: [https://www.izquierdadiario.es/El-potencial-subversivo-de-la-amistad->]

    Lo anterior debe de ir acompañado de la lucha por mejores condiciones de vida para las trabajadoras y trabajadores y para nuestros niños y niñas. Asimismo debemos luchar por mejores escuelas, con planes de estudio que cuestionen las ideologías atrasadas (homofobia, violencia, machismo, etc. ) y que se adapten a las necesidades de nuestros alumnos, exigiendo al gobierno un mayor presupuesto educativo, para que se construyan más escuelas, con comedores gratuitos, médicos y psicólogos. Además de recuperar el sindicato para poder usarlo como herramienta para luchar por estas demandas.