Voces setentistas. ¿Cómo viviste el día del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976? Habla Pedro Álvarez

Pedro Álvarez fue uno de los referentes de la lucha minera de los años 70, 80 y 90 en Río Turbio. Militaba en el Partido Comunista desde la década del 70. El 24 de marzo de 1976, tenía 21 años y estuvo detenido durante la represión. Luego fue liberado y en 1978 se traslada a la cuenca carbonífera de Río Turbio, donde ingresó a Yacimientos Carboníferos Fiscales. Allí comenzará una militancia sindical y política de manera clandestina con otros compañeros mineros chilenos y argentinos. Lucharon por recuperar el sindicato a inicios de la democracia y luego para impedir la privatización de YCF. Es sobreviviente de la tragedia ocurrida el 14 de junio del 2004, donde mueren 14 de sus compañeros en un incendio dentro de la mina que debía evitarse, pero fue producto de la desidia estatal.

¿Cómo viviste el día del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976?

Tenía 16 años y me fui muy joven a la provincia de Buenos Aires, donde tenía una hermana. Buscaba algún trabajo, llegaba desde La Rioja, de un pueblo muy pobre donde no tuve oportunidad de estudiar y éramos once hermanos. Conseguí trabajo en algunas pequeñas fábricas.

A esa edad, me afilié al Partido Comunista. Tenía una escuela de formación política, donde unos hermanos correntinos nos formaban políticamente. Ellos eran muy buena gente que, con mi poca preparación, me avivaron y me enseñaron a ser solidario, a ser buen trabajador, comprometido y honesto. Esos hermanos fueron desaparecidos y nunca más los vimos, como como ocurrió con tantos militantes nuestros y de otros partidos. Nosotros nos tuvimos que dispersar y nos habían enseñado que debíamos tener un papel con el teléfono de algún familiar, en caso de caer detenidos. Yo anoté el teléfono de mi hermana que tenía un taller de tejido en Flores.

El 24 de marzo de 1976, tenía 21 años y me detuvieron. Fui llevado a la Base Aérea de Morón. Allí estuve tres meses y fue apaleado y torturado, pero jamás hablé o delaté a algún compañero porque me la banqué solo, como muchos que estuvieron detenidos en ésa época e incluso la pasaron peor que yo.

Mi hermana que en ése momento estaba embarazada, me buscó y me encontró. Me visitaba y quizás los milicos tuvieron lástima de verla que andaba con la panza visitándome y me soltaron, no sin antes darme otra paliza, para luego tirarme a la calle.

Como no quise quedarme en Buenos Aires regresé a mi pueblo donde estuve unos dos meses. No tenía dinero y como tenía un cuñado que vivía en 28 de Noviembre (es parte de la cuenca carbonífera de Río Turbio), que tenía un hijo enfermo que lo trasladan a Buenos Aires. Él con mi hermana me dicen que me vaya con ellos a 28 de Noviembre, para buscar trabajo allí. Ella me pagó el pasaje para irme hasta ese pueblo. Estuve dos meses y no conseguí trabajo y regresé a Buenos Aires, donde me puse de novio y me casé. Otra vez regresé a 28 de Noviembre y me quedé definitivamente por 33 años. Allí nacieron y crecieron mis hijos, me jubilé y después volví a mi pueblo.

Vos llegaste a Río Turbio en 1978, con tu familia. ¿También había represión en la cuenca carbonífera?

Cuando llegué a Río Turbio, me reunía con un muchacho de apellido Barrera que era de mi provincia y estaba en el sindicato de ATE. Me dice que debía afiliarme al sindicato y me afilió. Yo estaba en Mina 4 y los muchachos (compañeros de trabajo), me eligieron como delegado del sector. Nos reuníamos en donde estaba el cine, en una pequeña pieza junto a otros compañeros como el chileno Coñoecar. En otra pieza del compañero Armella que estaba en el Pabellón 9, teníamos un mimeógrafo con el que imprimíamos volantes o panfletos a escondidas y repartíamos dentro de la mina durante la noche. Había que tener cuidado porque andaban los militares por las calles de Río Turbio y en los pabellones mineros.

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Seguimos militando en el Partido Comunista de manera clandestina con compañeros como Alfonso Coñoecar, Pepe Zalaya, el Cholo Armella y varios compañeros chilenos. De a poco fue tranquilizándose la situación, llegó la democracia y Alfonsín. Los militares ya no controlaban y había que recuperar el sindicato. Fue muy dura esa época, pero creo que esa lucha que dimos sirvió.

Movilizaciones de mineros en Río Turbio a principios de los años 80

Ustedes fueron parte de la lucha minera y Néstor Kirchner gobernaba la provincia de Santa Cruz. Luego fue presidente del país en el 2003 y comenzó a tomar supuesta mente una política de derechos humanos. ¿Qué opinas?

Kirchner tuvo responsabilidad con lo que hizo Sergio Taselli (fue testaferro durante la privatización de Yacimientos Carboníferos Río Turbio durante los años 1994, hasta el 2002), cuando no nos pagaba el sueldo por tres meses y podía hacerlo detener y sin embargo no lo hizo. Después tapó con dinero, la muerte de 14 compañeros (se refiere a la tragedia de Río Turbio del 14 de junio del 2004, a causa de un incendio que puedo evitar, pero la falta de control estatal y una falta de mecanismos de seguridad por vaciamiento ya falta de inversión, produjo la muerte de 14 mineros). Yo en el año 2000, había realizado un informe por la falta de seguridad que había en la mina y cuatro años después ocurre la tragedia. Nadie de la policía, ni el juzgado me llamó para explicar sobre el informe que había hecho y yo fui uno de los sobrevivientes de esa noche que salí con asfixia. Estuve un año con tratamiento psicológico y todavía me quedan algunas secuelas de lo que nos sucedió.

Luego Néstor Kirchner cuando fue presidente bajó los cuadros de los genocidas y se abrazó con Las Madres, que está bien pero no alcanza con eso y ahora está regresando el otro peronismo y la derecha.

¿Reivindicas tu militancia en esa época?

Siempre digo que, me identifico como un militante de extracción sindical y en cada problema social, en cada marcha social estoy. Considero que un militante social no mira para otro lado, ni tampoco se calla la boca y se va a su casa.

Pedro Álvarez durante las luchas contra la privatización de YCF

Haciendo una retrospectiva de tu lucha, tu militancia en aquellos años contra la represión de los militares. ¿Qué opinas de la lucha por los derechos humanos y la pelea por el juicio y castigo a los genocidas, y si se hizo verdadera justicia?

Hasta que no se encuentra hasta el último niño robado (hijo apropiado por los militares), es una herida que va a seguir. Tengo grandes discusiones con gente que critica a Hebe de Bonafini, pero hay que estar en la época que estaba ella con las Madres de Plaza de Mayo y sus pañuelos dando vueltas en la plaza, mientras la policía las golpeaban con los caballos . Hay que tener la fortaleza que tuvo ella con dos hijos desaparecidos. Esa lucha que dieron es muy valiosa y cada nieto que encuentran es un triunfo.

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Hay gente que se creyó que eran dueños del país, que les pertenecía por derecho propio y nosotros no teníamos derecho a hablar o pensar diferente. Entonces reprimieron para quedarse con el país y eso puede volver a pasar. Si gana la derecha, quizás no sean los militares los que salgan a la calle, pero te pueden aplicar una reforma laboral, intentando llevarse el litio, los hidrocarburos, los minerales etc. Todo eso necesita la embajada norteamericana para su país. No hay imperialismo, si no hay cipayismo interno.

Tengo esperanza en los jóvenes, en los partidos de izquierda, en que habrá un mañana mejor: no va a ser fácil y tampoco hay que demostrar debilidad, aunque estemos en el suelo. Creo que hay que acompañar a la izquierda.

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