A siete años de la desaparición y asesinato de Luciano Arruga en manos de la Policía Bonaerense nos organizamos contra la criminalización de los jóvenes en los barrios, de la protesta, los despidos, y la represión. Empecemos por exigir la liberación de Milagro Sala.
Martes 26 de enero de 2016
El gatillo fácil es una política de Estado que llevan adelante las fuerzas represivas persiguiendo y reprimiendo a la juventud de los barrios pobres. Usan a los pibes como “carne de cañón” para el crimen organizado. Esto lo hacen con la complicidad del poder político, como ejemplifica el caso de Luciano.
Desde su asunción, Macri viene profundizando la política represiva. La creación de más policías es una herencia que le deja el anterior gobierno, principalmente el de Scioli, permitiendo y facilitando procedimientos agresivos como detenciones ilegales, persecuciones y torturas, aumentando aún más el hostigamiento y la vigilancia represiva sobre la juventud pobre, junto a la represión a los trabajadores que salen a luchar.
A su vez, se intenta legitimar este aparato represivo insertándolo en las universidades nacionales como la UNLaM, buscando con ello reclutar a los mismos jóvenes que no consiguen trabajo estable, solo precarizados, en negro y con bajos salarios, que no tienen acceso a becas para estudiar carreras puestas al servicio de resolver los grandes problemas estructurales de la población. Es un mecanismo perverso de control social, para poder llevar adelante el feroz ajuste que propone este gobierno, mientras que en Davos negocia endeudar al país profundizando la dependencia de los capitales imperialistas.
Los doce años de precarización laboral y contratos basura que mantuvo el gobierno del FpV permitieron que Macri avance sobre los trabajadores con 20 mil despidos y represión, luego de instalar una campaña reaccionaria de que son todos “ñoquis”, mientras los funcionarios de las fuerzas políticas patronales cobran arriban de 50 mil pesos por mes. Son unos caraduras.
No nos engañemos: el objetivo principal de estas políticas llamadas “de seguridad” es deslegitimar y reprimir al pueblo trabajador que sale a la calle a pelear por sus derechos y ante los ataques que sufre. Sus resultados están a la vista de todos: represión a los laburantes de Cresta Roja, represión a los estatales en La Plata.
El 2016 se inauguró también con la llamada “emergencia de seguridad”. Un mecanismo que incluye un protocolo antipiquete y que tiene como antecedente la famosa Ley Antiterrotista. A su vez la aprobación del presupuesto de la Provincia representó un aumento del 54 % en materia de seguridad en detrimento de la salud y la educación. Este presupuesto de ajuste fue votado por el PRO, el Frente Renovador y todo el bloque del Frente para la Victoria. Sólo fue votado en contra por el Frente de Izquierda.
En ese marco, el traspaso de 18 mil policías federales a la zona metropolitana de la Capital Federal tiene como objetivo crear una fuerza represiva unificada, dando a la Ciudad un índice altísimo de policías per cápita (1 cada 142 habitantes). A esto debemos sumarle el fallo que autoriza a las fuerzas represivas solicitar el DNI sin motivo a cualquiera que camine por la calle. O que hasta el propio Capitanich, solo hace un año cuando era Jefe de Gabinete, reconoció que el 13% de los integrantes de las fuerzas represivas de la actualidad cumplieron funciones en la dictadura. Estas políticas discriminatorias y persecutorias fueron rechazadas sólo por nuestro compañero Patricio del Corro, legislador del Frente de Izquierda que votó en contra del traspaso.
El primer salto en calidad del macrismo en la criminalización de la protesta
Por otro lado, la detención de Milagro Sala, primera presa política del actual gobierno, quiere sentar un precedente a todos los trabajadores y organizaciones que salgan a enfrentar los despidos. Más allá de las diferencia políticas y metodológicas que tenemos con la agrupación de Sala, es necesario organizarnos para exigir su libertad como lo hicimos el viernes 22 de enero cortando las principales calles del país contra la criminalización de la protesta.
Con las banderas de Luciano, pero también con la de Dario y Maxi, Julio Lopez, Mariano Ferreyra, apostamos a una juventud que enfrente esta nueva situación política de ajuste y represión. Los jóvenes del PTS-FIT, que militamos junto a Nicolás del Caño y Myriam Bregman, invitamos a participar del festival que se realizará este 30 de enero por el aniversario de la desaparición de Luciano Arruga. Es a partir de las 12 hs, en la Plaza Luciano Arruga (Perú y Pringles, Lomas del Mirador).
Apostando a que cada vez más jóvenes nos organicemos en los lugares de estudio y trabajo, por te invitamos a ser parte de organizar la resistencia a los despidos, la represión a los trabajadores y la criminalización y la persecución a la juventud. Hoy tenemos como primera tarea la lucha por la libertad de Milagro Sala para enfrentar la criminalización de la protesta social.
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