En todo el país las universidades están en lucha. En el Comahue el ajuste presupuestario y la crisis amenazan nuestro futuro. Si nos organizamos en defensa de la universidad pública, podemos derrotar el ajuste de Macri y el FMI.
Viernes 24 de agosto de 2018 14:43
A casi tres semanas de paro docente universitario en todo el país la respuesta fue una miserable “propuesta” salarial del 10,8%. Decenas de Universidades -incluida la UNCO- han planteado que el gobierno de Macri sigue sin transferir el dinero necesario para cubrir los gastos de funcionamiento del segundo cuatrimestre.
Miles de docentes y estudiantes en todo el país han realizado asambleas, clases públicas, tomas, abrazos y todo tipo de medidas para manifestarse en defensa de la educación pública. En la UNCO, cientos de estudiantes participamos en sesiones públicas de los Consejos Directivos y el Superior, en una marcha al Monumento en Neuquén, en abrazos, y en asambleas junto a docentes. Pero no alcanza. ¡Es hora de que las y los estudiantes del Comahue nos pongamos de pie!
¿Qué pasa realmente con las universidades?
Lo que verdaderamente está en juego es la continuidad de la universidad pública a partir del año que viene. Por un lado, hay un ajuste enorme al salario docente. Hoy una docente con 5 años de antigüedad en la UNCO cobra $12.000, mientras los obispos católicos reciben $46.000 por parte del Estado. Por otro lado, a muchas universidades el gobierno les adeuda las partidas presupuestarias de este cuatrimestre.
Pero lo que está de fondo es que el gobierno de Macri se dispone a llevar adelante un ajuste brutal, para cumplir con las exigencias del FMI. Además de ajustar a jubilados, estatales, la salud y la educación en general, la universidad pública está entre los principales blancos de ataque. El gobierno busca recortar $300.000 millones del presupuesto nacional 2019, un verdadero saqueo.
Ya hay rumores de que intentarán mantener el presupuesto universitario igual al del 2018. Si este año, con devaluación, tarifazos e inflación el presupuesto apenas alcanza para llegar a diciembre, para el año que viene, con una inflación que se calcula por encima del 32%, un presupuesto “igual” al del 2018, es en realidad un recorte de más de un tercio del presupuesto real. El plan evidentemente es vaciar la educación superior gratuita, hundirla, destruirla.
La lucha educativa se extiende en todo el país
En apenas dos semanas miles de estudiantes comenzaron a copar las calles del país junto a las y los docentes. En Córdoba más de 25.000 personas se movilizaron luego de una masiva asamblea inter-estudiantil. En el sur del Gran Buenos Aires 6.000 estudiantes y docentes “abrazaron” la Universidad Arturo Jauretche. En Mar del Plata fueron más de 1.000. En La Plata miles de estudiantes confluyeron con los trabajadores del Astillero Río Santiago en una marcha de más de 10.000 personas, luego de la brutal represión del gobierno de María Eugenia Vidal. En CABA 2.000 estudiantes y científicos marcharon al Congreso en defensa de la Ciencia y en facultades como Filosofía y Letras sacaron clases públicas y cortes a la calle. En Río Negro tomaron la UNRN. Y así en todo el país, de norte a sur y de este a oeste.
En la UNCO el paro docente es contundente. En algunas facultades se organizaron asambleas y una importante marcha se realizó en el centro de la ciudad de Neuquén. En Fiske Menuko (Gral. Roca) y Cipolletti, fueron cientos de estudiantes los que se manifestaron. Pero hasta el día de hoy, la Federación Universitaria del Comahue (conducida por las agrupaciones MILES y CEPA) sigue sin convocar a ninguna instancia en la que nos podamos encontrar las y los estudiantes de todas las facultades para decidir cómo vamos a defender nuestro futuro en la universidad.
Confiar en nuestras fuerzas, y no en las autoridades: necesitamos una asamblea inter-facultades
No podemos quedarnos de brazos cruzados y confiar en los rectores como Crisafulli, que hoy piden más presupuesto, pero como parte del Consejo Interuniversitario Nacional todos los años solicitan menos plata de la que necesita la universidad. Son las mismas autoridades que aplican la Ley de Educación Superior y la CONEAU, que fueron los inventos del Banco Mundial y el FMI en los ’90 para meter los intereses privados en la Universidad y avanzar en arancelar los posgrados. Hoy hay funcionarios de la universidad que plantean que si falta presupuesto se puede recurrir al “financiamiento externo”, es decir a que empresas privadas pongan plata, a cambio de decidir los planes de estudio, para que el conocimiento esté al servicio de sus ganancias. Así es que hoy tenemos a las petroleras como Chevron, Total o Pampa Energía en la UNCO.
Solo podemos confiar en nuestras fuerzas, y en la unidad con docentes, no docentes y los trabajadores que enfrentan el ajuste. Es necesario realizar asambleas por curso, por carreras, por facultades, y una gran asamblea inter-facultades para poder decidir entre todxs un plan de lucha para parar el ajuste.
La fuerza del movimiento de mujeres al frente por la educación pública
La fuerza de la marea verde tiene que entrar con todo a la UNCO: somos miles en todo el país que llevamos nuestros pañuelos verdes y naranjas y nos venimos organizando por el derecho al aborto y por la separación de la Iglesia del Estado. Si esa fuerza, con espacios autoconvocados para coordinar y organizarnos, la desarrollamos en cada facultad, no va a haber nadie que nos pare para derrotar el ajuste a la educación.
¿Es cierto que no hay plata? ¡No al pago de la deuda!
El gobierno dice que no hay plata, pero eso es mentira. Lo que pasa es que la plata se la llevan los especuladores, los bancos y los grandes magnates de las finanzas. En el 2018 se van a ir u$s 78.000 millones en el pago de la deuda externa, una deuda ilegítima y fraudulenta. Para la universidad, el presupuesto nacional medido en dólares es de u$s 3.300 millones. Es decir 23 veces menos que lo que a la deuda. Por si fuera poco, durante la primera mitad del año se fugaron u$s 20.000 millones.
La plata está. Como se votó en los Consejos Directivos de Neuquén a propuesta de En Clave Roja, la salida es aumentar el presupuesto educativo en base al no pago de la deuda externa. Necesitamos discutir un presupuesto democráticamente, que contemple las necesidades de la comunidad universitaria. Para que las y los estudiantes no tengan que abandonar en el medio de la crisis, necesitamos becas integrales de estudio, jardines materno-parentales, comedores gratuitos y para todxs en todas las sedes. Queremos presupuesto para investigación. No tenemos por qué limitarnos a la miseria que piden los rectores.
¡Está en juego nuestro futuro, pongámonos de pie para defenderlo!