A casi veinte meses de gobierno de Mauricio Macri, los autores de la biografía no autorizada de Angelici proponen una lectura analítica de la construcción de poder del socio del presidente.
Martes 25 de julio de 2017
Una afirmación se impone como obvia en el sistema de Daniel Angelici: su voluntad de acumulación de poder se mantiene intacta. Más allá de algunos golpes, a veces agazapado y otras lanzado al ataque, el ajedrecista de partidas simultáneas se muestra más diestro que nunca.
Desde diciembre de 2015 Angelici acumuló causas judiciales, quedó expuesto por la filtración de audios, recibió golpes en la interna de los servicios de inteligencia y mantuvo el control en la disputa con una de las principales referentes de Cambiemos, Elisa Carrió.
Con todo, la maquinaria de El Tano luce inconmovible: no pierde su lugar en la mesa chica del Presidente, no cede terreno en el rubro de los bingos, no ve trastocada su capacidad de influencia en la justicia federal y porteña y se ha convertido, entre otras rutilantes participaciones, en vicepresidente de la AFA. Su poder, bajo control.
Ni la imputación de Ángel Guidoccio (su contador en Boca, en sus bingos y de la Cámara Argentina de Salas de Casinos, Bingos y Anexos) por la creación de una usina de facturación trucha que habría evadido más de $ 3.000 millones, ni la denuncia que le recayó por tráfico de influencias por la abrupta renuncia del juez federal Norberto Oyarbide, ni la acusación del presidente del Colegio Público de Abogados, Jorge Rizzo, por la intervención de la Agencia Federal de Inteligencia en ese cuerpo; ni los audios que tenían la propia voz de Angelici pidiendo beneficios para Boca Juniors al titular del Tribunal de Disciplina de la AFA, Fernando Mitjans, en el medio de la contienda entre el grupo Clarín, Turner y Fox, por los derechos de la televisación del fútbol argentino; ni las escuchas que trascendieron con las palabras del líder de “La Doce” Rafael Di Zeo, en las que expresaba que tenía el apoyo “ a muerte” del presidente xeneize; ni la acusación de “mafioso” de parte de Carrió, esmerilaron a Angelici.
Nada de todo lo sucedido lo movió del centro de una trama que lo tiene como punto de fuga del poder.
Al hombre de Lugano no le hizo mella tampoco la aparición de los $ 22,8 millones que el club obtuvo como ganancias bajo la sorpresiva operación de compra de dólar a futuro; ni lo hizo tambalear la aparición de su nombre en el directorio de "Corbalán Services Inc" radicada en Panamá, la meca de las empresas off shore, ni lo perturbó que el exjefe de seguridad de Boca y número dos de la Policía Federal, Guillermo Calviño, cayera preso involucrado en una red de coimas.
“El Tano” no perdió terreno en ninguno de sus frentes, a pesar de la imposibilidad de clasificar a la Copa Libertadores 2016, el principal objetivo del club que preside.
Ni por la cautelar impuesta por el juez Guillermo Scheibler, quien paró en seco la construcción de una nueva Bombonera, congelando literalmente la venta de tierras públicas sin aprobación de la Legislatura, lo que dejaba a la vista de todos el desopilante tríptico compuesto por el gobierno de la Ciudad, la Corporación Sur y Boca.
Ni tampoco por las denuncias de la agrupaciones opositoras del club a causa de los presuntos sobreprecios en las obras en Ezeiza destinadas a las inferiores del Club (la edificación estuvo a cargo de Riva S.A. la misma constructora denunciada por “inflar presupuestos” en la construcción de los palcos VIP con Macri como presidente del Club, o bien, como jefe porteño cuando realizó las obras del Metrobús, el teatro Colón, la Terminal de Retiro, entre otras).
A Angelici tampoco lo derrumbó la desaprobación del “Test de Idoneidad” que le dictó la Conmebol por “cuestiones éticas”, producto de otra interna que el binguero tiene abierta con Alejandro Domínguez, titular de esa entidad.
Nada de eso lo hizo titubear al hombre que no delega y que ha demostrado una habilidad suficiente para administrar varios frentes y batallas internas, con la connivencia del Presidente, pero con la capacidad autónoma de afrontar las contiendas de acuerdo a como su pulso lo dicte.
La arquitectura del poder
Considerar que alguna de estas peculiaridades u operaciones coyunturales podrían tumbar a Angelici es desconocer la arquitectura de poder que construyó bajo la sociedad con el presidente Mauricio Macri.
“El Tano” conserva su lugar en la mesa chica del primer mandatario, continúa siendo el presidente de Boca y de la Liga Sudamericana, es vicepresidente de la AFA y ocupa mismo cargo en el Colegio Público de Abogados. Su entorno de confianza conserva los lugares estratégicos: en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Sebastián De Stéfano y Darío Richarte, en la industria de juegos de azar mantiene ascendencia en los cargos jerárquicos del Instituto de Lotería Provincial con Fernando Rovello y el Instituto de Previsión Social Provincial con Christian Gribaudo. Y sus ramificaciones en los ministerios judiciales, Consejo de la Magistratura, Legislatura y organismos de control como la Oficina Anticorrupción y la Inspección General de Justicia, entre otros, se conservan intactas.
Hace unos días Angelici expresó su posicionamiento electoral de cara a las PASO y aseguró que en Capital Federal votará a su principal adversaria política Elisa Carrió, “porque es orgánico”. Boca Juniors, nuevamente, estará a la orden nuevamente para aportarle el territorio de las peñas de boquenses a la débil estructura del PRO.
Estas son apenas algunas muestras de la habilidad política y el aporte de las variantes territoriales que ofrece “El Tano” al sistema político.
Su pragmatismo, los movimientos sagaces, la capacidad de diálogo con las distintas fuerzas partidarias, las soluciones político-judiciales y la custodia del caudal de poder que Boca le infiere al presidente de la nación, entre otros elementos; no permiten sostener la hipótesis de que se avizore, al menos en el horizonte cercano, la posibilidad de que Angelici se vea fuera de las discusiones del poder.
Por el contrario, todo perece bajo su control.