El 21 de enero se cumplió un año más del asesinato del mayor investigador y divulgador de las obras de Marx y Engels, David Riazanov, también conocido como “El disidente rojo”, a quien Stalin nunca pudo someter. Pero, ¿quién fue este erudito del que sabemos muy poco? Acá te contamos.
Si hoy en día tenemos el gusto de conocer y leer textos como La ideología alemana, los Manuscritos económico-filosoficos de 1844, la tesis doctoral de Marx; o incluso los célebres Grundrisse ─textos que Lenin, Trotsky y otros marxistas de la época no estudiaron─, es gracias a las investigaciones dirigidas por David Riazanov. A él le debemos los hallazgos, las preparaciones (curaciones) y el primer intento de publicar las obras completas de Marx y Engels, la famosa MEGA (Marx-Engels Gesamtausgabe).
David Borisovich Goldendach, más conocido como Riazanov, nació el 10 de marzo de 1870 en Odessa y murió el 21 de enero de 1938. Desde muy joven, con tan solo 14 años de edad, se sumó a las actividades revolucionarias clandestinas en la antigua Rusia zarista. Esta actividad militante fue motivo de su expulsión del colegio secundario y su posterior detención. Pasaría cinco años de su adolescencia en prisión. Este tiempo no lo desperdició, lo supo aprovechar para formarse aceleradamente en historia y economía desde el marxismo.
Será en su ciudad natal donde formará el primer círculo de estudios después de su liberación, sin embargo, la autocracia zarista lo encerrará de nuevo por estas actividades. Más tarde, a inicios del siglo XX, su interés por las obras de los fundadores del marxismo lo llevarán a Alemania a conocer los acervos de la obra de los revolucionarios; es durante esta estancia que conocerá a uno de los dirigentes de la socialdemocracia alemana (SPD), Eduard Bernstein. Una vez fallecido Engels, este personaje será encargado y responsable de las bibliotecas, archivos y documentos que legaron los fundadores del marxismo revolucionario.
La Revolución de 1905 encontró a David Riazanov en Rusia; este formó parte del encabezamiento revolucionario. Junto con otros revolucionarios fundó el sindicato de los trabajadores ferroviarios; tras la derrota de la insurrección fue arrestado y deportado. En el transcurso de los años, regresaría a Alemania para profundizar sus estudios en el marxismo. Recuperar la historia de la primera internacional lo llevaría a establecer relaciones políticas y amistades con el círculo más cercano de Marx y de Engels; así es como conoció a Laura Lafargue, hija de Marx y esposa de Paul Lafargue, a Karl Kautsky, a Eduard Bernstein, a August Bebel, estos tres últimos dirigentes del SPD.
David Riazanov no solo tenía acceso a los archivos, notas y libros comentados, sino que también tuvo contacto directo con los teóricos más importantes e influyentes después de la muerte de Marx y Engels, mismos que tuvieron una estrecha relación con estos en los últimos días de su vida. El crisol intelectual que representaba Riazanov para ese momento, lo volvía ya en un especialista de gran nivel, pero aún no el difusor de las obras.
En 1910, se le confía la tarea de reconstruir la correspondencia de Marx y Engels bajo una edición científica. En 1911, Riazanov descubre las diferentes versiones de la importante carta para la populista Vera Zasulich, en la cual Marx se pronuncia sobre el futuro de la revolución rusa. Este será uno de los primeros hallazgos de gran importancia.
La primera guerra mundial encuentra a este gran estudioso en las filas de los revolucionarios de la Conferencia de Zimmerwald de 1915. Durante la guerra vive en París, donde escribe en varios periódicos socialdemócratas y conoce a Trotsky, con quien publica en Viena el periódico Pravda.
La revolución rusa de febrero de 1917 fue un potente imán para los revolucionarios en el exilio. Riazanov retorna a Rusia de Suiza, y se junta al grupo Interdistritales (Mezharonskii) en el cual participaron también Ioffe, Lunacharsky, Antonov-Ovseenko, Urickij y, especialmente, Trotsky. Tras la publicación de las Tesis de Abril, la orientación del partido cambia junto con las diferencias entre Lenin y Trotsky sobre el carácter de la revolución rusa. Los Interdistritales, liderados por Trotsky, se unen en julio de 1917 al Partido Bolchevique.
Riazanov es uno de los catorce bolcheviques (entre ellos están Lenin, Trotsky, etc.) que son parte de la mayoría del presídium del Soviet en el II Congreso, cuando fue proclamada la conquista del poder. En los primeros meses luego de la toma del poder, Riazanov actúa como presidente del sindicato de Petrogrado (ex San Petersburgo) y es uno de los principales responsables del Comisariado de la Educación. En 1920, fue uno de los delegados rusos para el Segundo Congreso de la Internacional Comunista (IC).
Las investigaciones de Riazanov que habían comenzado mucho antes de la Revolución de Octubre adquieren un nuevo impulso con la conformación del primer Estado obrero. Lenin daría el impulso esencial y el programa básico de las futuras MEGA al interrogar a Riazanov: “¿Hay esperanzas de que recopilemos en Moscú todo lo que publicaron Marx y Engels?" [1].
El Comité Central del partido aprueba en enero de 1921 la fundación del Instituto Marx-Engels (IME), que funcionará desde diciembre de ese año en el palacio expropiado un año antes a los príncipes Dolgorukov. El Instituto pretenderá estudiar a los clásicos relacionándolos con la amplia historia del anarquismo, socialismo y del movimiento obrero europeo. El IME incluía una biblioteca, un archivo y un museo, dividido en cinco departamentos: Marx y Engels, historia del socialismo y el anarquismo, economía política, y filosofía e historia de Inglaterra, Francia y Alemania [2].
Seis meses después el IME, bajo jurisdicción de la Academia Socialista, es transferido a la jurisdicción del Comité Ejecutivo del Congreso de los Soviets (del cual Riazanov era miembro). Su objetivo era mantener distanciadas las investigaciones del control directo del partido. Riazanov creó una red internacional de corresponsales autorizados para buscar y adquirir libros raros y manuscritos en todas las capitales europeas. Desde 1922 se lanza con un extraordinario ímpetu a la búsqueda y salvataje de todos los materiales documentales para apoyar el lanzamiento del primer MEGA. Su sueño era una edición científica exhaustiva en ruso y alemán que debería abarcar 42 tomos.
En 1927 recibe el Premio Lenin; en 1928 es uno de los pocos marxistas miembros de la Academia de la Ciencia. En 1930 Riazanov llega a la cúspide de su carrera, con reconocimiento internacional. La cual, al interior de la URSS, y aún bajo control de la burocracia de Stalin, era aparentemente segura.
Los roces entre Lenin y Riazanov no son un secreto, en muchas ocasiones estos dos tuvieron fuertes discrepancias, pero siempre mantenían la línea general del partido; caso contrario con Stalin.
El historiador francés Jean-Jacques Marie recuerda un pasaje de la historia rusa, cuando Stalin visita el IME en 1927 y al ver los retratos de Marx, Engels y Lenin, pregunta a Riazanov: “¿Dónde está mi retrato?”. Riazanov replica: “Marx y Engels son mis maestros; Lenin fue mi camarada. ¿Pero qué eres tú para mí?” [3].
Riazanov elige sus colaboradores en el IME por su capacidad científica: estando exiliado Trotsky en Alma-Ata lo contacta con la finalidad de trabajar en la edición crítica de la obra polémica de Marx “Herr Vogt”. Riazanov va más allá, le encarga revisar traducciones y realizar correcciones en las pruebas de imprenta de los volúmenes de Marx y Engels [4].
Ya a principios de 1930, la actividad “disidente” de Riazanov era insoportable para Stalin. Este decidió confiar en un grupo de jóvenes aspirantes del Instituto de Profesores Rojos y el 9 de diciembre invitó a los miembros del buró político del partido en dicha institución a promover la separación absoluta entre la Filosofía y la Ciencia, una tarea de lucha ideológica que él consideraba indispensable “para implementar la crítica completa” de todas las instituciones culturales soviéticas.
Decía Stalin: “tenemos que remover y cavar todo el estiércol que se ha acumulado en la Filosofía y las Ciencias Naturales. Eliminar todo lo que han escrito los del grupo ‘Deborinista’ (Deborin-Riazanov) y quebrarlo”, y concluía diciendo que
… hay que asestar el golpe, es el principal problema para ir venciendo en todas las direcciones… Preparaos para la batalla. No hay que olvidarse de que debemos producir la salida de Riazanov del Instituto Marx-Engels [5].
Los descubrimientos de los trabajos tempranos de los fundadores del marxismo revolucionario molestaban a Stalin, ya encaminado entonces a hacer que se reescribiera la historia y teoría desde Marx hasta Lenin y por supuesto el papel revolucionario de Trotsky, para consolidar su dominio. Y Riazanov era un obstáculo fundamental para tal empresa. Por ello la acusación staliniana de que se trataba de uno de los “delitos más graves que cometió Riazanov en su sabotaje a una edición popular e internacional de los trabajos de Marx y Engels”.
David Riazanov, un estudioso incansable y comprometido con la investigación histórica y científica del marxismo era un personaje demasiado desagradable para Stalin. Al asesinarlo a él y la dirección del IME, lo único que se hizo fue profundizar el socavamiento de los fundamentos del marxismo y de una política proletaria genuinamente científica. No se trataba de un berrinche, sino que era claro que, para mantener todos los hilos del partido bajo su control, era necesario exterminar toda disidencia, por mínima que fuera.
Asesinato y supresión stalinista
Riazanov sería arrestado, puesto en prisión, exiliado y expulsado no solo del Instituto sino del Partido Comunista. La excusa fue la existencia de una ficticia y “antisoviética” organización llamada “Unión de Oficinas del Comité Central del Partido Menchevique”. Uno de los primeros detenidos es el eminente marxista Isaak Illich Rubin, historiador y economista, colaborador de Riazanov. Bajo tortura y amenaza del encarcelamiento de su familia, firmó a la GPU una confesión falsa, se le obligó a redactar una carta en la que menciona supuestos documentos mencheviques escondidos por Riazanov.
Riazanov se indigna al enterarse que uno de sus colaboradores ha sido arrestado y ante lo que llamó “locura organizada por el Buró Político” exige una reunión con Stalin. El registro conservado en los archivos estatales de las entradas al Kremlin figura la visita de Riazanov el día 12 de febrero de 1931 [6].
Stalin le gritaba a Riazanov: “¡¿Dónde están los documentos?!”, a lo que Riazanov respondía: “¡Nunca los encontrarán si es que no los traen ustedes mismos!”. Se le encarceló en el Gulag de Suzdal, especializado en prisioneros políticos, en un régimen de aislamiento individual durante seis meses. El 16 de abril de 1931 la GPU decide enviarle, debido a su estado de salud, al exilio en aldeas cercanas a Saratov, a orillas del rio Volga.
Los métodos del stalinismo fueron ejecutados completamente contra David Riazanov: expulsión, exilio, prisión y muerte. Supresión de cualquier publicación, desaparición de sus obras en todas las bibliotecas públicas rusas y extranjeras; depuración de las obras de Marx y Engels en ediciones “populares”, aligeradas de toda erudición. El régimen stalinista fue sustituyendo a la empresa editorial crítico-histórica de las MEGA por una serie de publicaciones aisladas, diseminadas, sin ningún plan conjunto, ni criterio filológico, histórico o científico. Rasuraron el filo revolucionario de Marx y Engels desde el interior del partido.
Durante su exilio Riazanov vivió a orillas del Volga. Condenado a la miseria y al hambre, a la decadencia psíquica y física. En mayo de 1934, el Buró Político totalmente en manos de Stalin, le permite a Riazanov viajar a Moscú para poder atender a su esposa enferma. Es ahí cuando Stalin le ofreció un compromiso: Riazanov debería arrepentirse públicamente, reconociendo su culpabilidad en la conjura “menchevique-trotskista”, y se le haría una rehabilitación en toda la regla en el mediano plazo. Riazanov rechaza el acuerdo y exige una revisión inmediata de su caso [7].
Niega una y otra vez las delirantes acusaciones. El 19 de enero de 1938 el Procurador general de Saratov le dirige una larga acusación de seis páginas, donde entre otras denuncias señala “la extrema hostilidad personal de Riazanov con respecto al camarada Stalin”. El 21 de enero es finalmente juzgado a puerta cerrada. La sesión se abre a las 19:45 horas y se cierra a las 20:00 horas. El Colegio Militar de la Corte Suprema de la URSS, regional Saratov, lo condena a muerte por pertenecer a una “organización terrorista trotskista” y “la difusión de invenciones calumniosas sobre el partido y el poder soviético”.
Recién el 22 de marzo de 1990 Riazanov será reincorporado post mortem a la Academia de Ciencias de la URSS, 42 años después de su ejecución.
El proyecto original de publicar las obras completas de Marx y Engels fue suspendido. Se contemplaban 42 volúmenes: 17 volúmenes de obras filosóficas, económicas, históricas y políticas; 13 dedicados a El capital, incluyendo fragmentos inéditos; 10 volúmenes de cartas y 2 volúmenes de índices. Apenas 12 volúmenes serían publicados en alemán y 28 en la edición en ruso, que se interrumpió en 1946 (el stalinismo decapitó a la dirección del Instituto). En 1953, como si fuera burla, el Instituto fundado por Riazanov cambiaría su nombre a Instituto Marx-Engels-Lenin-Stalin. Mientras Riazanov intentaba mantener un ritmo de publicación anual, tanto en ruso como en alemán, el stalinismo llegó a demorar diez años entre volumen y volumen.
Reivindicación a un revolucionario inquebrantable
David Riazanov fue de los miles de hombres valientes que no se doblegaron ante el yugo de la burocracia stalinista, con gran orgullo es considerado “el disidente rojo”. Trotsky recuerda a este erudito del marxismo con las siguientes palabras:
En él tenemos a un hombre que ha participado en el movimiento revolucionario durante más de 40 años; y todas las etapas de su actividad han entrado en una forma u otra en la historia del partido proletario. Riazanov tuvo serias divergencias con el partido en distintos períodos, incluyendo los tiempos de Lenin, o mejor, especialmente en aquellos tiempos, cuando participaba activamente en la formulación cotidiana de la política partidista. En uno de sus discursos, Lenin habló directamente del lado fuerte de Riazanov, así como de su lado débil. Lenin no consideraba a Riazanov como un político. Cuando hablaba de su lado fuerte, tenía en cuenta su idealismo, su profunda devoción por la doctrina marxista, su erudición excepcional, su honestidad de principios, su intransigencia para defender la herencia de Marx y Engels.
Es precisamente por eso que el partido colocó a Riazanov a la cabeza del Instituto Marx-Engels que él mismo había creado. Su trabajo tenía importancia internacional, no sólo desde una perspectiva histórico-científica, sino también desde un punto de vista revolucionario y político.
Del mismo escrito de Trotsky, encontramos que:
Durante muchos años, Riazanov pudo mantener un silencio muy prudente –demasiado– en toda una serie de cuestiones candentes. Pero Riazanov era orgánicamente incapaz de ser cobarde, de decir perogrulladas. (...) El viejo revolucionario se dijo a sí mismo: servir mientras uno mantiene la boca cerrada con los dientes apretados, está bien; ser un entusiasta lacayo, imposible. Es por eso que Riazanov cayó bajo la justicia del partido (...) En conclusión, Riazanov fue declarado traidor del partido y agente de la contrarrevolución [8].
Recordamos a este erudito del marxismo y revolucionario en este aniversario de su asesinato, pues creemos que solo apoyándonos en el conocimiento científico e histórico de nuestra realidad y con el marxismo como guía podremos, asumiéndonos como parte de la clase obrera, transformar este mundo.
Este artículo se publicó originalmente en Ideas de Izquierda de México.
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