El presidente del PJ bonaerense habló en Lanús y volvió a agitar la interna del Gobierno. Aseguró que al ministro Guzmán no sólo lo banca el presidente, sino que también tiene el apoyo político del FMI y del diario Clarín. Un discurso lleno de pirotecnia pensando en 2023, para una política de negociar al interior del peronismo sin sacar los pies del plato.
Viernes 13 de mayo de 2022 20:32
Máximo Kirchner habló durante un acto en Lanús y volvió a avivar la interna en el oficialismo. Lejos del "debate de ideas" que definió Cristina Kirchner hace una semana, apuntó directamente contra el ministro Guzmán y lo acusó de tener como aliados al FMI y al diario Clarín.
Un discurso cargado de pirotecnia, pero que no se condice con la política conciliadora del kirchnerismo. “Escuché a Guzman decir que no tiene apoyo político. Pero tiene el apoyo del FMI, del Presidente, de las centrales obreras y de Clarin. ¿Qué más apoyo quiere?”, señaló el líder de La Cámpora y presidente del PJ bonaerense.
Durante su discurso enfatizó en el respaldo del diario Clarín a Martín Guzmán, que el miércoles fue entrevistado por el programa A Dos Voces en TN. "Yo no recorro los canales donde siempre trabajaron para que a este gobierno le vaya mal y ahora reciben muy bien a algunos, como vi el miércoles a la noche. Debe ser lindo, pero prefiero esto", señaló.
Pero la dureza de las palabras no se condice con la política y los hechos. Frente a semejante afirmación, y teniendo en cuenta que Guzmán y su plan económico tienen el apoyo total de Alberto Fernández, cualquiera podría pensar que el kirchnerismo está a punto de abandonar el Gobierno. Sin embargo, eso no es así.
Al finalizar el acto, Máximo Kirchner reafirmó: “Tenemos que poner nuestro corazón para cumplir lo que prometimos en 2019". Una afirmación que muestra que más allá de lo resonante de las críticas, la política del espacio alineado con la vicepresidenta es no sacar los pies del plato y mantenerse dentro de la alianza de gobierno, pero intentando diferenciarse del rumbo actual y separarse del ajuste. De cara al 2023 esa parece ser la apuesta del kirchnerismo. Una forma de negociar al interior del peronismo y al mismo tiempo contener el enorme descontento de quienes votaron la fórmula Fernández-Fernández en 2019 pensando en recuperar lo perdido durante los años del macrismo. Una expectativa que no sólo no sucedió, sino que por el contrario fue hecha añicos por la profundización del ajuste y la subordinación a los planes del Fondo Monetario.
Precisamente sobre esto último, Máximo Kirchner dijo: “Cuando uno quiere conducir también tiene que saber obedecer y la sociedad manda". Una demagogia que apunta a diferenciarse de la hoja de ruta del Gobierno, cuando en realidad el rol que viene cumpliendo es el de un "apoyo crítico" que es el que ha permitido consolidar las políticas más regresivas como el acuerdo con el FMI o la reforma jubilatoria ni bien llegó al Gobierno.
Frente a la coyuntura actual, donde el principal ataque a los sectores populares pasa por una inflación que en los últimos dos meses acumula 12,7%, el diputado aseguró: "¿De verdad creen que el debate político genera inflación? O no miramos los verdaderos problemas como los formadores de precios”. Y continuó: "Muchos trabajadores y trabajadoras aceptaron bajas en sus salarios y esos empresarios tuvieron la generosidad de sus trabajadores y una mano extendida del Estado. Entonces, la pregunta es: ’¿Qué les pasa ahora que no pueden dejar de subir los precios?’".
Un nuevo intento de tirar la pelota afuera y despegarse de la responsabilidad, pero que está lejos de actuar en consecuencia para enfrentar las consecuencias que la inflación genera, como la pérdida del poder de compra de los salarios y el aumento de la pobeza. ¿O acaso los sindicatos y movimientos sociales que influencia el kirchnerismo han resuelto alguna medida para enfrentar esa situación y pelear para torcer ese rumbo?
Por el contrario, Máximo Kirchner ensayó una especie de justificación, en donde aclaró que "nadie pide cambios bruscos" y que entiende que "gobernar no es soplar y hacer botellas". Porque por ahí pasa la apuesta principal del sector que encabeza: marcar la cancha y diferenciarse públicamente, sin abandonar el barco y pensando en reacomodarse para lo que viene.