Lesa humanidad. Detienen a exgerente de Molinos Río de La Plata por crímenes de la dictadura

El titular del Juzgado Federal N°3 de La Plata Ernesto Kreplak ordenó este martes la detención de Emilio Parodi, exgerente de Recursos Humanos de la empresa Molinos Río La Plata durante la dictadura. Parodi, de 82 años, fue detenido en su domicilio en Vicente López por la Policía de Seguridad Aeroportuaria. Se lo acusa de haber entregado listado de trabajadores de la empresa que fueron secuestrados y desaparecidos entre los años 1976 y 1978, en la planta que funcionó en la localidad de Avellaneda, en el sur del Gran Buenos Aires.

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La investigación sobre la responsabilidad de Molinos, empresa del grupo Bunge y Born, durante la dictadura, se inició en el año 2013 con una denuncia presentada por hijos de trabajadores desaparecidos de la fábrica. En 2015, el Ministerio Público Fiscal dio curso a la investigación penal, luego del análisis de documentación secuestrada de la empresa en diversos allanamientos realizados en las sedes de Avellaneda y Victoria.

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La fiscalía consideró probado que Molinos Río de La Plata S.A. "pasó de soportar pérdidas al cierre del ejercicio previo a la dictadura, a obtener ganancias en los dos períodos siguientes". Así mismo consideró que "con el golpe de Estado, los reclamos gremiales que se venían sucediendo en Molinos Río de la Plata S.A. finalizaron con el secuestro y desaparición de trabajadores y las medidas adoptadas por las autoridades militares en el plano económico beneficiaron notablemente a la empresa, especialmente durante los primeros años desde que se implantara el régimen militar”.

En octubre de 2019, por orden del juez Kreplak se realizó una inspección ocular en el predio de Avellaneda y en marzo de 2021 la Unidad Fiscal requirió el llamado a declaración indagatoria del exgerente hoy detenido. Parodi fue mencionado en varios testimonios, donde se lo señaló como "un eslabón central dentro del sistema de circulación de información que se iniciaba con los agentes de vigilancia (‘bomberos’) y finalizaba con la entrega de listas a las fuerzas armadas de la represión. Por el otro, como aquel representante de la empresa encargado de negociar indemnizaciones para obtener la renuncia de determinados trabajadores".

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Los hechos y los contundentes sobrados testimonios de sobrevivientes, marcan la responsabilidad de las grandes patronales nacionales y extranjeras en la organización y desarrollo de una de las dictaduras más feroces y sangrientas de nuestra historia, que tuvo como blanco principal a los sectores más combativos de la clase obrera. Sin embargo son muy pocos los que fueron al banquillo de los acusados.

Todos los gobiernos desde 1983 a esta parte, han mantenido no sólo intactos sus privilegios, sino que han hecho la vista gorda respecto a su responsabilidad explícita y directa en el plan genocida. La lucha contra la impunidad es una necesidad no sólo para lograr el juicio y castigo de todos los responsables, sino también para las nuevas generaciones.