Tras el rechazo del 80 % de los acreedores a la oferta de Guzmán, el Gobierno intentará beneficiar aún más a los especuladores antes del 22 de mayo. Mientras en PBA el plan de reestructuración de Axel Kicillof fracasó y quedo muy cerca del default selectivo. Para terminar con este chantaje se impone un desconocimiento soberano de la deuda.
Martes 12 de mayo de 2020 00:31
Las negociaciones con los bonistas para reestructurar los más de U$S 66.000 millones de deuda, entraron en un tiempo de descuento.
El Gobierno oficializó la extensión del plazo para acceder al canje hasta el 22 de mayo y con esta medida es preciso remarcar dos cuestiones: 1) se confirma el amplio rechazo de la oferta inicial que preparó Guzmán; y 2) esta nueva etapa será más parecida a un chantaje digitado por los especuladores que no quieren ganar menos.
El viernes pasado venció el plazo inicial que puso el ministro de Economía, Martín Guzmán, para acceder al canje de deuda. El rechazo de los bonistas que superó el 80%, expone la postura más rígida que usarán para continuar las negociaciones, buscando mejoras.
Para alcanzar un acuerdo se necesita un piso de aceptación de 66% a 85 %, dependiendo la clase de bonos que entren en el canje y como se agrupen.
Arrancó el tiempo de descuento, el Gobierno hará todo lo posible para evitar el default y esto implica alcanzar una “oferta mejorada” que siga beneficiando a los especuladores. Tal como analizó Martín Mikori la propuesta de Guzmán implica una quita de entre el 50 % y el 60 %, pero que en el peor de los escenarios es un buen negocio para los especuladores en un mundo de bajas tasas de interés.
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Sin embargo, la semana pasada 3 grupos de bonistas emitieron una declaración conjunta donde sostenían que aceptar la oferta les implicaría “pérdidas desproporcionadas que no son justificadas ni necesarias". De esta forma adelantaban el rechazo que se concretó el viernes.
Entre estos grupos que concentran al 50% de los tenedores, están fondos como Blackrock, Fidelit, Pimco y Ashmore, con tradición en reestructuraciones de deuda.
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Kicillof en las puertas del default
La provincia de Buenos Aires también se encuentra en negociaciones con los acreedores para reestructurar su deuda de legislación extranjera por un monto de US$ 7.148 millones. Este lunes vencía el plazo para alcanzar un acuerdo que fue rechazado por el 76% de los bonistas, según publicó el diario Clarín.
Para dar una magnitud del nivel de endeudamiento de la mayor provincia del país, el 86% de la deuda pública provincial está nominada en moneda extranjera. Los vencimientos de 2020 rondan los $220 mil millones.
En la misma sintonía que Nación, Kicillof prorrogó los plazos para acceder al canje de deuda hasta el 26 de mayo. Pero existe un problema adicional en la negociación de la deuda bonaerense.
El 1 de mayo vencieron dos cupones (bonos par en dólares y euros) por poco más de 110 millones de dólares. Estos bonos –incluidos en la oferta de canje rechazada por el momento- contaban con 10 días de gracia que finalizaron el lunes, sin acuerdo.
A pesar del apoyo de los 135 intendentes bonaerenses (oficialistas y opositores) que firmaron una solicitada a favor del plan de reestructuración de deuda del Gobernador, la provincia queda en las puertas de un default selectivo a partir de este martes.
Sobre esta compleja situación el economista Martín Kalos director de EPyCA Consultores nos dijo: “Hay muchas probabilidades de que suceda el default de la provincia de Buenos Aires." Kalos señala que ahora “queda en manos de los acreedores solicitar formalmente que Buenos Aires entre en default.”
Aunque se trata de un grupo de acreedores adversos a los litigios, el director de EPyCA sostiene que “alcanza con que uno de los acreedores lo pida para que la provincia entre en default porque no se pagó.” No se puede descartar que existan negociaciones para evitarlo.
Sobre la relación con la reestructuración nacional advierte: “esta situación complica la renegociación de la deuda nacional porque no es lógico pensar que en un proceso, en el cual Buenos Aires es la principal provincia deudora, nación deje caer los pagos.” El resultado podría adelantar conversaciones poco exitosas entre los acreedores y el Gobierno, “no es una buena señal”, sostiene. Se podría desprender de una “decisión táctica en una negociación que no avanza y se tiende al default”, refiriéndose a provincia y nación.
Aun así Kalos no descarta la posibilidad de un acuerdo, y que el default de Buenos Aires se resuelva y pase a ser algo temporal. “No están tan lejos para poder llegar a un acuerdo pero sí parecen estar poco flexibles, y no se está dando una negociación para encontrar ese acuerdo intermedio”, sentenció´.
Las exigencias de los buitres
A pesar de las complicaciones adicionales en la negociación de deuda bonaerense, Kicillof está alineado a la estrategia nacional, es decir, está dispuesto a ceder lo necesario para “honrar sus compromisos”.
Si de honrar los compromisos se trata, hasta el momento bajo el Gobierno de Alberto Fernández se pagaron u$S 5.000 millones en deuda, y el jueves también le pagaron intereses al FMI. Atrás quedaron las intenciones de investigar la deuda contraída de forma ilegítima bajo el macrismo, que se utilizó en gran medida para financiar la enorme fuga de capitales. Recursos que podrían utilizarse para pagar salarios de cuarentena de $30.000, equipamiento médico, entre otros.
Para evitar el default están dispuestos a acercar posiciones con los especuladores profesionales de grandes fondos como Blackrock, que priorizan siempre sus ganancias. Mientras los mercados festejaron el lunes la prórroga del plazo para seguir negociando, comenzaron a transcender distintas exigencias de los buitres que con el pasar de los días deberán componer la contrapropuesta oficial del saqueo.Las negociaciones se adentran en una etapa final, no puede desecharse la posibilidad de default.
Los buitres ya están pidiendo la reducción del periodo de gracia de 3 años, anular la quita de capital (que es mínima del 5,4 %) y un programa económico que demuestre de donde saldrían los fondos para pagar, piden un plan de ajuste.
Todas estas exigencias, no sólo implican mayores penurias para los trabajadores y sectores populares que ya sufren los efectos de la crisis sanitaria y social. Seguir pagando esta deuda odiosa, es perpetuar la dependencia a los capitales imperialistas, al chantaje de los especuladores y el atraso económico del país. Por eso se impone como salida impostergable el desconocimiento soberano de esta deuda. Enmarcada en un plan integral con medidas como la nacionalización de la banca y el comercio exterior, impuestos a las grandes fortunas, entre otras para que la crisis la paguen los capitalistas.
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Guadalupe Bravo
Nacida en Trenque Lauquen, Provincia de Buenos Aires en 1985. Es economista, recibida en la UBA. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2004. Coedita la sección de Economía de La Izquierda Diario.