Si en Argentina no hay ley que proteja a estos ecosistemas que mitigan el calentamiento global que está detrás de las agobiantes olas de calor, la Ley Ómnibus pretende legalizar las quemas para beneficio del negocio inmobiliario, agroganadero y forestal. Hoy volvemos a Plaza Congreso junto a las asambleas populares, la izquierda y los sectores combativos del movimiento obrero.
Viernes 2 de febrero 12:02
Hoy, 2 de febrero, es el Día Mundial de los Humedales, desde que se declaró hace 27 años. Ecosistemas en los que el agua es el principal factor que controla el entorno y la vida vegetal y animal que está asociada a ellos. Como cuenta en esta nota Natalia Gomiz, doctora en Biología, los humedales desempeñan funciones vitales al brindar agua, controlar inundaciones y hasta mitigar el calentamiento global, ya que almacenan carbono y regulan la temperatura, entre otros beneficios. Como en el mundo, en Argentina los humedales están en peligro por las actividades extractivistas. Aquí abarcan el 21,5 % de la superficie del país, aproximadamente 600.000 kilómetros cuadrados. Los Esteros del Iberá en Corrientes, el Delta del Paraná en Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires, la Laguna de los Pozuelos, las Salinas Grandes en Jujuy y Península Valdés en Chubut, entre otros, son humedales.
Te puede interesar: ¿Qué son los humedales y por qué necesitamos una ley que los proteja?
Te puede interesar: ¿Qué son los humedales y por qué necesitamos una ley que los proteja?
En materia ambiental, la Ley Ómnibus que el gobierno del negacionista Milei y sus socios busca aprobar, pese al enorme rechazo que se expresó en estas jornadas, significa una grave desregulación ambiental que beneficiaría solo a grandes empresarios nacionales y extranjeros. Dentro de este ataque y saqueo ambiental, los humedales y otros bienes comunes naturales como los glaciares son parte del botín.
El ataque a los humedales en la Ley Ómnibus
En su artículo 517 Manejo del Fuego, del capítulo de Ambiente, la Ley Ómnibus modifica la Ley N° 26.815, retrotrayendo la protección solo a "bosques nativos o implantados, así como en áreas naturales protegidas debidamente reconocidas y humedales", dejando de lado así otras áreas que esta ley agregaba. Se desprotegen zonas agropecuarias, praderas, pastizales, matorrales y áreas “donde las estructuras edilicias se entremezclan con la vegetación fuera del ambiente estrictamente urbano o estructural", eliminando la prohibición de hacer cambios en los usos del suelo por 30 años posterior a la quema.
De esta manera, luego de las quemas en las zonas de Rosario o el Delta del Río Paraná que con bronca vimos todos estos años y que han generado enormes movilizaciones de las comunidades afectadas y los colectivos por la Ley de Humedales, serían legal poner negocios inmobiliarios o expandir la frontera agropecuaria, salvo que se tratase de un bosque nativo reconocido. E incluso también esto estaría en duda, porque dependerá de la categoría de bosque, ya que la modificación de Ley de Bosques opera en tal sentido.
Para rematar el combo, se habilitan tácitamenten las quemas intencionales, con la modificación de la ley 26.652 y se desfinancia la Ley de Manejo del Fuego, al servicio de la destrucción de humedales y otros ecosistemas, lisa y llanamente.Al igual que Jair Bolsonaro en Brasil, la ley de LLA y sus socios permitirá la destrucción de humedales, pastizales y praderas para convertirlos en negocios inmobiliarios y agroganaderos.
En todos estos años, las organizaciones ambientales, las comunidades y la izquierda hemos venido dando una gran pelea para que se vote una ley de protección de los humedales en el Congreso. Sin embargo, durante los gobiernos anteriores, de Cristina Fernández primero y Alberto después, cada presentación fue perdiendo estado parlamentario, al tiempo que se fortalecía el lobby inmobiliario, el sojero y el ganadero entre los bloques mayoritarios. Proyectos de ley que fueron naufragando en cajones, presentados más de trece veces -el último acordado por cientos de organizaciones y acompañado por grandes movilizaciones.
Al mercado y al negacionismo climático le oponemos las calles y la organización en defensa de los humedales
A la falta de protección de los humedales arrastrada hay que sumarle este nuevo ataque que tenemos que enfrentar, denunciando sus consecuencias y saliendo hasta tirar abajo el plan de conjunto del Gobierno negacionista de Milei. Nos hablan cínicamente de la “regulación del mercado” en materia ambiental (por ejemplo que se pueda vender y comprar derechos a generar Gases de Efecto Invernadero, entre otros puntos, como te contamos acá), al tiempo que buscan lucrar con nuestros bienes comunes naturales como el litio, continuar con el fracking y hundir al pueblo trabajador y las comunidades en mayores niveles de pobreza y entrega.
Hay que rechazar en las calles y en el Congreso la Ley Ómnibus, el DNU y todo el plan represivo que utilizarán cuando salgamos a protestar, así como también seguir peleando por una verdadera protección de los humedales y contra la entrega de nuestros bienes comunes naturales. Las asambleas socioambientales junto a los distintos espacios autoorganizados, de la cultura y la barriales, estudiantes y trabajadores, no pueden quedar afuera de esta pelea.