La caída de la sesión en Diputados de ayer significó un duro traspié para Marìa Eugenia Vidal, que la dejó sin su presupuesto para el año 2016. Ahora la gobernadora va a tener que prorrogar por decreto la ejecución del presupuesto vigente.
Miércoles 30 de diciembre de 2015
También se frustraron sus intenciones de conseguir que diputados y senadores le votaran las leyes de emergencia en Seguridad, Servicio Penitenciario e Infraestructuta que había enviado a la Legislatura.
Una segunda crisis política en pocos días que se suma a la desatada por la "fuga" de los tres responsables del crimen de General Rodríguez.
Desde temprano jornada de ayer en la Legislatura bonaerense no escapó al calor de las calles platenses. En oficinas y pasillos, legisladores del oficialismo y la oposición intentaban llegar a un acuerdo para la aprobación de la "Ley de leyes" enviada por la gobernadora Vidal hace dos semanas.
Y en el centro de las negociaciones estaba en el endeudamiento de más de 100 mil millones de pesos que proponían desde el Poder Ejecutivo provincial. A pleno rayo del sol, fuera del edificio, trabajadores municipales reclamaban por la implementación de la Ley de paritarias aprobada este año y que desde el gobierno habían habían adelantado que querían suspender en beneficio de los intentendes que quieren manejar a discreción los aumentos salariales de sus trabajadores.
Ni tratamiento, ni express
La sesión en la Cámara de Diputados estaba convocada para las 14:00 horas, y según los cálculos del equipo de la gobernadora luego de un tratamiento express pasaría al Senado.
Pese al acuerdo que había sellado el PRO con el Frente Renovador de Sergio Massa, al que se sumaban los diputados del FAP, desde temprano se supo que iba a ser una larga jornada en el recinto ya que no estaba garantizado que pudieran lograr conseguir la mayoría calificada (dos tercios de los diputados) para aprobar el endeudamiento, para lo cual necesitaban de al menos un sector del peronismo. La hora de la negociación comenzada varias semanas atrás entraba en su etapa defnitoria.
El Frente para la Victoria encabezado por el camporista José Ottavis había adelantado que no iban a aprobar el presupuesto que solicitaba la gobernadora bonaerense. Sus razones no recaían en que el presupuesto continuara disminuyendo las partidas en Salud, Educación y Vivienda. O que no contemplara la pauta salarial para los trabajadores estatales en 2016. Que siguiera utilizando los fondos de los jubilados. O que profundizara la línea de mano dura y represión del gobierno de Scioli de incrementar cada vez más el presupuesto de las carteras de Seguridad y Justicia.
Tampoco se oponía a que se siguiera hipotecando el futuro de los trabajadores bonaerenses con una deuda cuyo gasto en los últimos diez años se duplicó, llegando a representar más del 11 por ciento del presupuesto.
Condicionar y limitar
Al Frente para la Victoria le interesaba bajar a la mitad el endeudamiento para condicionar el primer año de gobierno de Cambiemos, limitar el uso discrecional de una parte importante de la deuda que no tenía especificaciones sobre su destino, y por otra parte darle más recursos a los intendentes del FpV, el "poder territorial".
Por eso quienes no faltaron a las negociaciones fueron los intendentes peronistas, tanto los más alineados al kirchnerismo como los más pejotistas. Desde la foto con la casi totalidad de los 135 intendentes a pocos días de iniciado su gobierno, el equipo de Vidal se había propuesto como estrategia actuar sobre los intendentes bonaerenses del Frente para la Victoria (57) para que presionaran "hacia arriba" a los legisladores de la misma fuerza (36).
Esperaban que "a fuerza de la caja" intercedieran sobre los legisladores de sus secciones para votar a favor del presupuesto. Siempre prestos a este tipo de convites, se conocieron las declaraciones, reuniones y gestiones de numerosos intendentes para que parte del endeudamiento para obras fuera destinado a sus distritos. E incluso hoy en la Legislatura se vio desfilar hasta altas horas de la noche a algunos de ellos que no se querían perder su parte.
Las negociaciones de hoy llegaron a amenazar con romper el bloque del Frente para la Victoria en la Cámara de Diputados, siguiendo los pasos del Senado provincial. La línea divisoria inmediata era una postura "dura" o más "flexible" para discutir las modificaciones en el endeudamiento.
Interna
Pero en realidad, lo que se mostraba era una reedición aunque larvada de la interna del peronismo en las PASO de Agosto pasado, la que dio por ganador al ultrakirchnerista (otrora duhaldista, antes menemista) Aníbal Fernández. Por un lado estaban 24 diputados alineados con el kirchnerismo duro, cuyo principal referente es el actual presidente del bloque José Ottavis. Y por otro aparecía un grupo de 12 legisladores "territoriales", ligados a intendentes del interior y algunos del Conurbano, muchos de ellos cercanos a Julián Domínguez, encabezados por el actual vicepresidente del bloque, Walter Abarca.
El desenlace no fue dramático para el peronismo: como el oficialismo dependía inevitablemente del apoyo del FpV para cualquier avance y negociando juntos podían imponer más condiciones, lograron mantener la unidad del bloque. Al menos por ahora.
Al caer la noche parecía que luego de tensas negociaciones durante más de diez horas, se iba a lograr destrabar la negociación. Lo que se dice una oposición "responsable". El acuerdo sobre el que parecía avanzarse entrada la tarde consistía en reducir a "solamente" cerca de 45 mil millones de pesos la posibilidad de contraer deuda "para cubrir la deuda oficial del Estado que dejó la gestión de Scioli", y destinar entre 10 y 15 mil millones de pesos a las obras para los municipios.
Trampas
Pero "hecha la ley, hecha la trampa", cuando los legisladores del FpV pidieron un detalle por escrito de las obras que se iban a hacer, los funcionarios del PRO se negaron a hacerlo. Ante esta situación, terminó cayéndose la sesión.
A fin de cuentas, una jornada caliente que mostró las debilidades de Cambiemos en ambas cámaras y que promete ser un dolor de cabeza para su gobierno. Cabe preguntarse si en adelante conseguirá más consensos entre el kirchnerismo (o sectores del mismo), o si el camino del Cambiemos bonarense será el del "decretazo", siguiendo los pasos de Mauricio Macri a nivel nacional.
Lo que es seguro es que los trabajadores y los jóvenes no pueden esperar nada de estas negociaciones. Y el Frente de Izquierda estará en el recinto y en las calles enfrentando los ataques que van a seguir lanzando desde el gobierno y peleando por sus derechos.
Federico Roth
Nacido en La Plata en 1984. Militante del PTS desde 2006. Sociólogo, adscripto en la Facultad de Humanidades y Cs. de la Educación UNLP.