El 2 de enero, David Águila, vicepresidente de la FECH, publicó una columna de opinión en El Mostrador haciendo un balance del 2023 sobre “los objetivos, cumplidos o no, que se impusieron o proyectaron las distintas organizaciones políticas y sociales”, y en particular del movimiento estudiantil.
Viernes 5 de enero
El 2 de enero, David Águila, vicepresidente de la FECH, publicó una columna de opinión en El Mostrador haciendo un balance del 2023 sobre “los objetivos, cumplidos o no, que se impusieron o proyectaron las distintas organizaciones políticas y sociales”, y en particular del movimiento estudiantil.
El militante de Convergencia Social expone que “la CONFECh trazó más de 80 demandas al Gobierno, entre las que se encuentran exigencias ligadas al bienestar estudiantil, la democracia universitaria, la elaboración de un nuevo modelo de financiamiento, el cierre de las brechas de género, incluyendo una perspectiva feminista en la educación, y la realización de actividades y modificaciones que fueran en favor de la memoria, a 50 años del golpe de Estado, apostando por la condena institucional del negacionismo en las universidades.”
Pero el balance que saca sobre el rol del gobierno es negativo, ya que afirma que “no ha existido un avance significativo en materia de educación superior por iniciativa de este. Al contrario, se ha intentado pasar por grandes victorias mínimos dignificantes [por no decir medidas insignificantes], cómo la extensión de la BAES para las prácticas profesionales que se desarrollen en temporada estival, las que tampoco asegura, pues delega su responsabilidad administrativa en la gestión de cada universidad.”
A renglón seguido sostiene que, de hecho, durante el 2023 no solo no hubo avances, sino que “han existido retrocesos respecto de años anteriores”. En particular, el dirigente responsabiliza al ministerio de Hacienda, que lo encabeza Mario Marcel (economista neoliberal designado por Piñera como presidente del Banco Central hace algunos años). Resulta novedoso leer que critican a Marcel ahora, ya que desde el comienzo la militancia de las juventudes de gobierno celebraban la actitud del ministro debido a su “moderación” y porque “sabía como dirigir la economía”.
Águila afirma que “desde el Ministerio de Hacienda se cierra el año faltando a su palabra, negando un aporte basal a las Universidades Estatales que iría en apoyo al pago del reajuste del sector público del 4,3%, en beneficio a trabajadores de las casas de estudio estatales, bajo un manto generalizado de austeridad a costa del financiamiento de la educación. Con esto se intensifica la crisis que atraviesan distintos centros de formación del Estado, especialmente en las zonas extremas del país, profundizando la lógica neoliberal del autofinanciamiento e incentivando la competencia en clave de mercado del derecho a la educación, que precariza y desprotege a las comunidades educativas.”
El estudiante de Administración Pública, termina la columna de opinión con “una verdad revelada”, dice que ante todo lo antes expuesto se ha “evidenciando la necesidad de que la CONFECh y las federaciones universitarias abandonemos la pasividad (sic)” y que se tiene que hacer “fuera del alero de la actividad gubernamental, construyendo al calor de la movilización, la crítica, la discusión y la propuesta política respecto de las condiciones que día a día enfrentamos como estudiantes.” Pareciera que el militante del partido de Boric recién se ha enterado de que para conquistar las demandas el movimiento estudiantil necesita movilizarse y no estar subordinado a ningún gobierno y desconfiar de las autoridades que no hacen más que administrar el modelo neoliberal en la educación y en el país más de conjunto.
Tenemos que ver leer entre líneas el discurso de Águila, ya que ahora durante el verano salen a decir que hay que movilizarse para intentar posar como los principales defensores de la movilización, de seguro pensando en una futura elección FECH (que se vienen en algunos meses), para salir reelectas/os, y mantener a nuestro organismo como un ministerio más del gobierno como lo fue el año que pasó, pese a la crítica que hace el dirigente.
Además, en la columna de opinión dice “educación gratuita”, y no educación PÚBLICA gratuita; solo se remite a decir que hay que llegar a un “nuevo sistema de financiamiento”, pero no dice qué significa esto ni cómo se haría para que el Estado consiga los recursos. La verdad es que durante estos más de 100 días de que son dirigentes de la FECH, lo que en realidad han hecho es sustituir y negarse a integrar la demanda de educación pública gratuita al petitorio UChile, que como estudiantes de VENCER propusimos en varias ocasiones, y limitarse a pedir un nuevo sistema de financiamiento que así como lo presentan implica nada más que “mejorar” el sistema de becas ya existente.
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Desde VENCER, junto a compañeres independientes, decíamos justamente esto cuando competimos con la lista de Ávila en agosto del año pasado. Desde la lista “Por una FECH desde abajo” proponíamos construir una federación con independencia política del gobierno, y cuyo objetivo fuese movilizar al estudiantado junto a trabajadores y otros sectores. Así se podría conquistar una educación pública gratuita, democrática y no sexista, como también la democratización de las casas de estudio para que toda la comunidad educativa tenga voz y voto en las decisiones.
Las declaraciones del vicepresidente de la FECH no pueden quedar en palabras vacías, por lo que hacemos el llamado a que lo antes posible apoyen a las y los 250 profesores de Ñuñoa que denuncian despidos injustificados por parte de la Corporación Municipal, donde la alcaldesa es de un partido de gobierno, de Revolución Democrática. Aquí se muestra un ejemplo de dónde tiene que estar la fuerza de la FECH, pero lamentablemente aún no está.
Por esto hacemos el llamado a que desde la FECH, los centros de estudiantes, consejerías y desde estudiantes autoconvocados impulsemos, desde el inicio de clases, asambleas en cada carrera y facultad, donde se discuta el estado actual de la crisis de la educación pública, qué demandas tenemos que perseguir, y que estas asambleas sirvan para construir coordinaciones desde la base para organizarse y movilizarse. Es necesario tener un plan ascendente de lucha para enfrentar a la derecha que se negará a nuestras demandas, y para imponérselas a los sectores más neoliberales y conservadores del propio gobierno (como el PPD y el PS).
Proponemos, como lo hemos defendido hace años, retomar la pelea por educación pública gratuita, financiada 100% por el Estado mediante aportes basales directos, que provengan de impuestos progresivos a los grandes empresarios y la nacionalización de los recursos naturales como el cobre y el litio. En ese sentido, consideramos clave la articulación con les estudiantes secundaries, con profesores/as, trabajadoras de educación inicial, funcionarios/as de nuestras casas de estudios, organizaciones de mujeres, convocando a sindicatos y centrales sindicales a organizarse por terminar con el negocio educativo y el conjunto del modelo neoliberal.
Yuri Peña
Licenciado en Historia. Estudiante de pedagogía en la U de Chile. Militante de VENCER y del Partido de Trabajadores Revolucionarios