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FFyL UBA. “El Colectivo” en el CEFyL: un centro subordinado a las autoridades y al peronismo

Aunque solo fueron votados en 2 elecciones, ya hace 6 años que la conducción del Centro de Estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA (CEFyL), se encuentra en manos de “El Colectivo” (coalición integrada por La Cámpora, La Juntada-Patria Grande y Aluvión- Movimiento Evita). Por todo esto, urge hacer un balance de los 6 años de “reinado” de estas agrupaciones en la conducción del CEFyL. ¿Cómo llegamos hasta acá? ¿Qué modelo de centro de estudiantes necesitamos para organizarnos en esta etapa y enfrentar a Milei?

Luca Bonfante

Luca Bonfante @LucaBonfante98

Miércoles 10 de julio

El Colectivo se auto extendió de manera unilateral y antidemocrática su mandato en dos ocasiones, primero por la situación excepcional que presentó la pandemia, y después por haber convalidado los métodos fraudulentos a través de los cuales la Franja Morada (UCR) modificó los estatutos de la FUBA para auto extenderse los mandatos durante dos años más. Frente a esta maniobra trucha de la Franja Morada, la actuación del peronismo en toda la UBA no fue otra más que adaptarse a sus métodos e implementarlos en los centros de estudiantes que dirigen. Como en filo, donde nos volvieron a robar las elecciones a más de 8000 estudiantes a los que nos sacaron el derecho a decidir sobre nuestra conducción de centro de estudiantes, al punto de que hay al menos 2 camadas de estudiantes actuales que nunca pudieron votar en la UBA.

En el medio pasaron dos gobiernos: el de Alberto Fernández y el de Milei. Aunque los centros deberían responder a las demandas de los estudiantes independientemente de quien gobierne, el CEFyL conducido por El Colectivo solo pudo seguir el compás del tiempo político de sus dirigentes, ninguneando la voz y reclamos de los estudiantes.

Al mismo tiempo, la actual conducción del CEFyL, durante todos estos años intentó vaciar cualquier tipo de instancia de base y autoorganización, que si todavía resisten en nuestra facultad es gracias al impulso y la pelea que damos desde el activismo y la izquierdapara que existan las comisiones de base y asambleas. Estos métodos antidemocráticos de El Colectivo no son casualidad, sino que responden justamente al modelo de centro de estudiantes que ellos defienden: uno que no tenga ningún tipo de independencia política de los distintos gobiernos, y que por lo tanto se encuentre completamente subordinado a las autoridades peronistas de nuestra facultad.

Uno de los mayores ejemplos que muestran cómo el CEFyL con El Colectivo está atado de pies y manos al decanato de Ricardo Manetti, fue la convalidación por parte de la conducción del centro del escandaloso recorte horario que le votaron a las autoridades en el Consejo Directivo de nuestra facultad el año pasado. Este recorte de una franja entera de horarios, que empezó a regir durante este primer cuatrimestre, ya hizo estragos al eliminar muchas de las comisiones que históricamente en nuestra facultad se dictaron durante el turno noche para que podamos asistir los estudiantes que también trabajamos y tenemos que hacer malabares con nuestros tiempos.

Al finalizar este cuatrimestre ya se pueden ver las consecuencias de esto: una facultad más vaciada, donde muchos de los que laburan (incluido madres), quedaron afuera. Esta medida totalmente expulsiva que llevó adelante el peronismo en la facultad va en línea con la política de ajuste y recorte en educación que promueven desde la Libertad Avanza. ¿Así se enfrenta a la derecha?

Sabemos que al gobierno de Javier Milei no le da para gobernar solo. Mientras la economía se desploma y el dólar no para de subir, es un gobierno que ya vivió dos paros nacionales y al menos cuatro marchas masivas en seis meses. Sin embargo, la gobernabilidad que tiene es dada por sus aliados radicales y un sector del peronismo que entregaron los votos para que salga la nociva Ley Ómnibus. Mientras que al mismo tiempo, el peronismo en la calle no utiliza toda su fuerza desde los sindicatos y centros de estudiantes para organizar un plan de lucha que termine con todo el plan de ajuste y represión de La Libertad Avanza.

En este sentido, la conducción de El Colectivo se puede dividir en dos etapas: cuando el peronismo era oficialismo y ahora que es oposición al gobierno. Veamos.

El CEFyL de Alberto Fernández atado de manos al FMI

En el año 2019, El Colectivo ganó la conducción casi a la par de un Alberto Fernández que llegaba a la presidencia, después de que Cristina Kirchner hiciera un casting dentro del peronismo y lo eligiera como figura. Después de cuatro años de macrismo, la ola del mal menor llegó al centro de estudiantes. Sin embargo, el gobierno de Alberto se sometió a la deuda ilegal e ilegítima tomada por Mauricio Macri, subordinado toda la estructura del país a pagar la deuda con el FMI, aplicando ajustes en todos los niveles y específicamente en educación.

Durante la pandemia, muchos estudiantes tenían no solo los problemas que implicaba la cursada virtual como la conectividad, sino también fueron atacados por los despidos que caracterizaron al período y trabajos cada vez más precarios. Mientras la derecha hacía manifestaciones fomentando ideas terraplanistas y el odio hacia el movimiento de derechos humanos pidiendo más ajustes, desde la izquierda nunca abandonamos las calles, peleando por mantener las becas de estudio (que ese gobierno recortó por mandato del Fondo Monetario) y por Ingresos de Emergencia como el IFE. Lamentablemente, el CEFyL ignoró todas estas peleas y preocupaciones de los estudiantes desapareciendo por completo hasta la vuelta a la presencialidad. Para justificar no pisar la calle decían cosas como que “salir es hacerle el juego a la derecha”, mientras que esta copaba las calles. Otro de los episodios fue la represión llevada adelante por Axel Kicillof y Sergio Berni en Guernica donde muchas personas de sectores populares peleaban por tierra para vivir: mientras desde la izquierda estuvimos ayudando en la toma, haciendo colectas solidarias para las familias, y al final nos bancamos los palos junto a los vecinos, El Colectivo no fue capaz siquiera de donar un paquete de arroz.

Con la vuelta a la presencialidad, el alineamiento con el gobierno continuó, profundizando el silencio y la inacción de la conducción del centro. Mientras la crisis del peronismo se profundiza con cruces entre sus figuras y ministros, que llevó al actual empleado de los fondos buitres y viejo liberal de la Ucedé, Sergio Massa, a encabezar el ministerio de Economía, los ajustes pedidos por el FMI terminaban en nuevos recortes en Educación, Salud y Cultura. En este marco, El Colectivo decidió dejar de callarse para ser los ejecutores del ajuste en la universidad.

Este no fue el único alineamiento con las autoridades. No es difícil ir a hacer un trámite a algún departamento de la facultad y encontrar como funcionarios a los expresidentes del centro y militantes del Colectivo, que hicieron carrera política y consiguieron un carguito. Este no fue el único regalo del decano Manetti que también anunció con bombos y platillos la apertura del nuevo edificio y el comedor estudiantil durante las elecciones universitarias de 2022, como si fuera algo que consiguió solo esa conducción, cuando los que conocemos un poco la historia de la UBA sabemos que en el año 2010 -cuando conducía la izquierda- se desarrolló una larga lucha que involucró a miles de estudiantes que deliberaron en asamblea y se organizaron por demandas como la construcción de un nuevo edificio, un comedor universitario un espacio de cuidado para las infancias. De ahí nacieron las comisiones de base y otros organismos democráticos del centro como las comisiones de base, entre las que surgió la comisión de género y sexualidades que peleó porque la gestión de la facultad pague los viajes de las estudiantes hacia los Encuentros Plurinacionales de Mujeres y Diversidad. Otro logro de la organización estudiantil desde abajo que el Colectivo reclama como propio.

Además, los consejeros del Colectivo tanto en las juntas departamentales de las carreras y en el Consejo Directivo, garantizaron la reforma de los planes de estudio de todas las carreras sin abrir ningún espacio de debate con los estudiantes poniendo herramientas a disposición de discutir los contenidos atrasados de nuestras carreras. Por el contrario, los consejeros de En Clave Roja nos encargamos de denunciar estas maniobras antidemocráticas de las autoridades, peleando por organizar instancias de base y asambleas entre estudiantes, docentes y graduados como hicimos en la carrera de historia desde nuestra representación como mayoría estudiantil en la junta de carrera.

El fin de la historia de esta primera etapa ya lo conocemos. El gobierno de Alberto Fernández le abrió paso a la derecha como pocas veces se vio, a partir de grandes ataques a los bolsillos de los argentinos, alta inflación y una CGT que brillaba por su ausencia, consagrando este período como uno de sus hitos de pasividad, sin llamar a ninguna medida de fuerza en cuatro años. Al dejar pasar todos estos ataques, el Colectivo terminó convirtiéndo al centro en una unidad básica del peronismo más resignado, pisoteando la tradición combativa del CEFyL que siempre busco unirse a los conflictos obreros, se organizaba desde abajo y debatía ideas.

Segunda etapa: oposición al gobierno de Milei y mímica de lucha

Ellos leían que Argentina se había vuelto mágicamente de derecha y para dialogar con eso llevaron al candidato más de derecha que tenían para las presidenciales: Sergio Massa. Además de ejecutar el ajuste en universidad, El Colectivo destinó sus esfuerzos, después de lavar por izquierda al gobierno de Alberto con la candidatura de Juan Grabois, a dar la idea de que la única forma de enfrentar a la derecha era militar y votar a un panqueque, y no en atender y organizar a los estudiantes contra el ajuste en curso.

Cuando Milei ganó las elecciones nacionales, cientos de estudiantes comenzamos a hacer asambleas en la facultad, donde nos organizamos para participar de la primera movilización contra el nuevo gobierno de La Libertad Avanza el 20 de diciembre, donde desafiamos la política represiva de Patricia Bullrich. Ese día se realizaron cacerolazos a la noche en la Plaza de los dos Congresos contra el DNU anunciado en cadena nacional que fue el embrión para el nacimiento de las asambleas barriales en la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano. Sin embargo, hasta que la CGT no les dio permiso llamando a un paro para el 24 de enero, la conducción del CEFyL estuvo haciendo la plancha y ni participaba de estas instancias.

Presionados por el peso que tiene la izquierda en Filosofía y letras, El Colectivo no pudo actuar ante el conflicto por el presupuesto educativo como lo hizo en otras facultades. Comenzaron el año llamando a distintas asambleas en la facultad pero se encargaron de que sean lo menos masivas y lo más aparatosas posibles. En las pasadas por curso, avisaban que había termos para hacer mates, pero no que había una instancia donde todos los estudiantes podían participar con voz y voto. En este marco, ante una aplastante mayoría de izquierda en las asambleas, el peronismo tuvo que resignarse a apoyar consignas contra la ley bases que unieran esta pelea con la de presupuesto educativo (cuestión a la que se negó en otros lados como psico o exactas), así como a un plan de lucha que incluyó clases públicas y cacerolazos en el barrio de la facultad.

Sin embargo, mientras los radicales como Yacobitti y Lousteau negociaban en departamentos de Recoleta los votos para la ley bases, los peronistas de la facultad se les hermanaron para terminar con la lucha del presupuesto educativo a pesar de la masiva manifestación histórica a principios de años con más de un millón de personas en la calle. Incluso en el consejo superior nuestro decano Manetti se abstuvo de votar contra el cierre de la emergencia presupuestaria, soltándole la mano a los docentes y no docentes que tienen el sueldo congelado desde 2023, a pesar de la brutal devaluación y la inflación por las nubes.

A esta historia le sigue algún flyer en instagram contra la ley de bases, muy lejos de impulsar la discusión en cada cursada dando argumentos sobre esta ley para movilizar a la misma cantidad de compañeros y compañeras que se manifestaron el 23 de abril.

Es que más allá del golpazo que sufrieron a fin del 2023, el peronismo sigue apostando a la misma estrategia: volver en las próximas elecciones con la estrategia del mal menor a gobernar sobre tierra arrasada, sobre el estado que deje Milei. Pero el mal menor ya nos mostró a los Massa, que se fue a trabajar para un un fondo buitre y con el 44% (que es mucho, sin contar a los que empiezan a decepcionarse) de oposición a Milei no mantiene siquiera el diálogo, los Daniel Scioli de la vida que eran la salvación nac & pop ante Mauricio Macri y hoy es empleado de los que defienden a la dictadura, aprovechando cuando puede para hacer chistes de tuitero mientras el 60% del país ya está en la pobreza.

Mientras, las figuras del peronismo se sacan los ojos entre sí para ver quién será el candidato. De organizar la lucha para enfrentar a Milei y su runfla ahora, ni hablemos. Como cualquier argentino sabe, y más uno que está en nuestra casa de estudios donde se estudia minuciosamente la historia de nuestro país, el peronismo tiene varias alas, hoy en día más preocupadas de pelearse entre ellas que de otra cosa. Así, en el Colectivo hay Graboisistas, Cristinistas, Kiciloffistas, Albertistas: todos Massistas. Aunque Juan Grabois le dijo a Ramiro Marra que Massa y ellos eran lo mismo, tuvo que salir a pedir perdón posteriormente, ya que esa declaración era un escupitajo en la cara de aquellos militantes con buenas intenciones que lo militaron a él y después al tigrense, ilusionados con que se podía cambiar al peronismo desde adentro (la falsa ilusión histórica, la trampa de siempre de este país). En este marco, Aquelarre que se llamaba a sí mismo "izquierda independiente" o "izquierda popular" está a punto de dar el paso para unirse a El Colectivo, mostrando su verdadera cara.

¿Qué CEFYL necesitamos para enfrentar a Milei? Fortalezcamos la unidad de la izquierda y lxs estudiantes

Después de hacer de las luchas estudiantiles una apropiación que borra la organización de los universitarios de la conciencia general, un militante de El Colectivo (que siempre censura los grupos para discutir) te podrá decir que “la izquierda no hace/ no hizo nada”. Si con “nada” se refieren a NO ejecutar el ajuste nacional en nuestra facultad y actuar atados de pies y manos según el color político, están en lo correcto. Si con hacer nada se refieren a la lucha que dimos junto a los estudiantes para conseguir el nuevo edificio del que ellos ahora quieren apropiarse desesperadamente, nuevamente tienen razón. Si con “hacer nada” el peronismo se refiere a poner toda la carne al asador para luchar, se puede entender la pequeña historia de esta conducción, como se mostró en la marcha educativa del 23 de abril donde no supieron ni organizar una columna de filo en la movilización.

Por todo eso, el peronismo ya demostró que no es garantía de enfrentar a Milei, no solo porque no luchan decididamente, sino que como vimos con los votos en la ley bases, o con el recorte de horarios en filo, el Colectivo te deja en banda por defender los intereses de otros y no los derechos de los estudiantes. En ese sentido la izquierda SI es garantía, de lucha, de independencia política porque como ya dijo Myriam no nos van a callar. Es garantía de democracia y horizontalidad.

Todas estos elementos nos plantean la importancia y necesidad de recuperar, con un programa independiente y apostando a la organización desde abajo, nuestros centros de estudiantes, empezando por el CEFyL, donde la izquierda estuvo solo a 80 votos de ganarlo en las elecciones pasadas. Para eso, vemos necesario fortalecer la unidad de la izquierda ya construida para que el CEFyL se transforme en un centro de lucha contra Milei, independiente DE VERDAD del peronismo, de todos los gobiernos y de las autoridades, DEMOCRÁTICO y HORIZONTAL, que respete la soberanía de los espacios democráticos como las asambleas. Un centro combativo que sepa luchar de verdad y ponerse a la cabeza en toda la UBA de enfrentar a este gobierno. Un centro con el que los estudiantes que quieran enfrentar a Milei se sientan identificados.

Para dar esa pelea, llamamos a todos los estudiantes independientes y a quienes ya se están organizando en espacios auto-convocadxs y ven esta necesidad, a que se sumen, codo a codo, a dar esta batalla. Necesitamos un centro de estudiantes que esté a la altura de las circunstancias históricas y que forme parte de la coordinación de los sectores en lucha, como el Encuentro que tuvo lugar el 25 de Mayo pasado en el cuál participaron organizaciones sociales, políticas, sindicatos y juntas internas combativas, de desocupados, asambleas barriales y la izquierda, entre otros sectores, para discutir de qué forma llevar adelante el plan de lucha hasta derrotar todo el plan de Milei y el FMI.