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El FITU como tercera fuerza nacional

Fredy Lizarrague

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El FITU como tercera fuerza nacional

Fredy Lizarrague

En las PASO, el gobierno sufrió una dura derrota electoral. Una gran parte de sus votantes se abstuvo y una parte menor votó a la oposición de derecha y a la izquierda. La extrema derecha creció, sobre todo en CABA, pero la izquierda fue la tercera fuerza nacional (luego de la derecha macrista y el Frente de Todos), quedando la extrema derecha en cuarto lugar y luego otros partidos provinciales. El FITU logró los porcentajes más altos en las PASO desde que se fundó hace 10 años, destacándose las votaciones en Jujuy, Chubut, Neuquén, San Juan, Provincia de Buenos Aires y CABA.

Logramos ser la tercera fuerza política en las PASO. Queremos reafirmar esto y conquistar diputadas y diputados en las generales de noviembre. Esto sería solo un paso en nuestra apuesta a que la gran mayoría social del país, la clase trabajadora y el pueblo pobre, se organice y luche por un programa propio, contra los que quieren seguir pagando al FMI y ajustar a las mayorías para beneficiar a una pequeñísima minoría social de grandes empresarios, banqueros y terratenientes, minoría que cuenta con el poder del aparato del Estado y una base de apoyo en los sectores más altos de las clases medias.

Las dos primeras fuerzas políticas, que siguen siendo las fuerzas mayoritarias, están cruzadas por duras internas ante sus respectivos fracasos. En el Frente de Todos, si se profundiza la derrota en noviembre, será más difícil mantener la unidad entre los que son más directamente agentes de la Embajada norteamericana y las grandes empresas (Massa, gobernadores como Manzur) y los que gobiernan también para ellos pero quieren contener más a la clase trabajadora y el pueblo pobre, como el kirchnerismo. Ahora, estos cubren por izquierda lo que aquellos hacen (gobiernan) por derecha, buscando revertir lo más posible la derrota de las PASO y generar “gobernabilidad” (el peronismo como “partido del orden”, lo que ya mostró desalojando con Berni y la Bonaerense la toma de tierras en Guernica, para hacer una cancha de golf).

En Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich coquetea con la extrema derecha de Milei, mientras Larreta busca armar con Vidal y Santilli su alternativa presidencial “dialoguista” con el peronismo, y los radicales buscan desarrollar su propio juego. Nada garantiza que lleguen unidos al 2023. Las coaliciones mayoritarias no gozan de buena salud. El régimen político ajustador está en crisis, mientras el FMI, el capital financiero internacional y las multinacionales, exigen más ajuste, más apertura, más privatizaciones, más extractivismo (con su destrucción del medio ambiente), para pagar deudas y seguir fugando capitales.

Los partidos que integramos el Frente de Izquierda Unidad nos hemos ganado el reconocimiento masivo en el pueblo de trabajador por “poner el cuerpo”, por estar siempre presentes en cada lucha, siendo consecuentes con nuestro programa. Nicolás del Caño y Myriam Bregman son los rostros más visibles para millones de una izquierda que conquistó representación en el Congreso desde 2013 y se renovó desde el 2015, profundamente comprometida con la clase trabajadora, las mujeres y la juventud, una izquierda que enfrenta el ajuste y al FMI, que defiende la lucha socialista por un gobierno de las y los trabajadores sin someterse a la gestión de este capitalismo decadente ni a la desmoralización producto de las derrotas de las últimas décadas. Alejandro Vilca en Jujuy, Raúl Godoy en Neuquén, Claudio Dellecarbonara en el AMBA, son referentes obreros que han conquistado amplísimo reconocimiento en sus provincias o regiones y se proyectan a nivel nacional.

Que la decepción se transforme en lucha y organización

Apostamos a que la decepción de amplios sectores tanto con el gobierno actual como con el anterior, se transforme en lucha, rompiendo la pasividad que impone la burocracia sindical y de las organizaciones sociales que aceptan todo lo que hace el gobierno y las patronales sin chistar. Ya venimos viendo que esto es posible desde las tomas de tierras para poder construir viviendas en Guernica y varios barrios populares de las grandes ciudades. Los múltiples procesos de trabajadores autoconvocados que recorrieron el país: sectores tercerizados del ferrocarril y empresas como Edenor y Edesur; trabajadores de la salud de Neuquén, las y los “elefantes”, que protagonizaron una lucha ejemplar uniéndose al pueblo mapuche y conquistando el aumento de salarios más alto del país; vitivinícolas en Mendoza; trabajadores del citrus en Tucumán; muchas líneas de colectivos (UTA) en distintas provincias. Ellos anticipan que amplias franjas de la clase obrera no van a quedarse de brazos cruzados frente a la pérdida de puestos de trabajo, de salarios, de jubilaciones, de salud, de educación. Los tiempos dependerán de los golpes de la crisis económica y de la propia experiencia política, con las elecciones como un hito. Los sectores más conscientes de la clase trabajadora y la juventud, podemos aprovechar esta instancia de gran debate político nacional para llegar más fuertes a las batallas de la lucha de clases que nos tocará vivir. Junto a estos sectores, seguiremos exigiendo a las direcciones de los sindicatos y demás organizaciones de masas, que rompan su subordinación al gobierno e impulsen medidas de lucha. Queremos así ayudar a ampliar la experiencia con el peronismo.

En las PASO, el FITU realizó una fuerte campaña, pese a contar con escasísimos espacios gratuitos en radio y TV, reivindicando las luchas contra el ajuste y el FMI y logrando hacer popular la propuesta de reducir la jornada laboral a 6 horas, sin rebaja salarial y con un mínimo que cubra la canasta familiar, para repartir las horas de trabajo entre ocupados y desocupados, sin precarización laboral. Esta posición empalmó con la creciente demanda de trabajo genuino frente a la crisis, poniendo en cuestión la utilización de las nuevas tecnologías para explotar más a los trabajadores (donde las APP son el ejemplo más extremo: inteligencia artificial y trabajo ultra precario). El cuestionamiento a los privilegios de la casta política al servicio de los grandes empresarios también fue un punto de separación de los que, como Milei, atacan a la “casta” pero no a sus mandantes, los empresarios. Para ellos quieren “libertad” absoluta. Libertad para esclavizar a la mayoría que no es dueña más que de su fuerza de trabajo. La lucha de las mujeres y la denuncia del extractivismo y la destrucción del planeta, también fueron parte de nuestra campaña, con la juventud al frente. En unas PASO muy pobres en cuanto a ideas de las demás fuerzas políticas, el FITU emergió como “tercera fuerza” con este claro contenido político. Esa conquista es lo que reivindicamos con el spot que publicamos arriba para iniciar la campaña hacia las elecciones de noviembre.

¿Desde qué perspectiva intervenimos en las elecciones?

Las elecciones son batallas parciales tácticas, dentro de la estrategia de lograr que la clase trabajadora, en alianza con todxs lxs oprimidxs, pueda organizarse y luchar contra sus enemigos, los que viven explotándola, para vencer. La lucha y autoorganización se darán como producto de la propia experiencia en enfrentar los partidos en que ella confía, en particular el peronismo, y a las burocracias de todo tipo. El PTS se propone construir un gran partido de trabajadores y trabajadoras revolucionario para agrupar a los sectores más conscientes y decididos a no dejar que los burócratas (sindicales, estudiantiles, etc.) usen los sindicatos, centros de estudiantes y movimientos sociales, como frenos para la lucha. Queremos recuperarlos. Así como los patrones sostienen a los burócratas y construyen sus propios partidos políticos para defender sus intereses, necesitamos estar organizados si realmente queremos derrotarlos.

Como demuestra la historia de nuestro país y el mundo, solo si nuestra clase, la mayoría social, avanza en conquistar su propio gobierno, podremos terminar con la explotación, la opresión y la destrucción del planeta. El único camino a la verdadera libertad implica reorganizar la sociedad y poner todos los recursos de la producción, la técnica y la ciencia, al servicio de satisfacer las necesidades de las grandes mayorías, disminuyendo el tiempo de trabajo para poder tener tiempo libre a la vez que preservamos el planeta, es decir, la perspectiva del comunismo. Así se podría marchar hacia terminar con la existencia de clases sociales y por ende con la necesidad de cualquier Estado como máquina de dominación.

A todas las personas que invitamos a ser parte de la campaña del FITU, o que participan junto a nuestro partido de todas y cada una de las luchas, queremos expresarles en estas breves líneas cuáles son nuestros fines y los medios para conseguirlo, invitándolas a ser parte de la construcción de la herramienta política que necesita la clase trabajadora y la juventud para vencer.

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Fredy Lizarrague

Dirigente del PTS e integrante de la Comisión Política