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Red Internacional
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Opinión. El Pride y la izquierda

La derecha internacional más recalcitrante ha desatado toda su ideología contra el marxismo que defiende la liberación plena de la sexualidad, que defiende el derecho al aborto y que está por la abolición de la familia y del Estado. Han dicho que es una batalla cultural. Mienten. No es una batalla “cultural”, es una batalla política.

Miércoles 21 de junio de 2023

La Marcha de la Diversidad, que recorrerá San José el próximo 25 de junio, se hizo realmente masiva por dos motivos. El primero es que son reivindicaciones mundiales, que se expresan en regímenes políticos tan diferentes como el imperialista estado sionista o el reino saudí. En segundo lugar porque (y esto la izquierda no debe olvidarlo nunca) la comunidad LGBT hace unos años realizó un frente único que organizó una campaña de recolección de firmas para hacer legal el Matrimonio Igualitario. Aunque de manera distorsionada, esa lucha se ganó, y por ello hoy en Costa Rica la unidad jurídica familiar no es acorde con el derecho canónico de la Iglesia Católica.

Porqué sea una reivindicación mundial tan masiva es algo que los políticos e ideólogos capitalistas deberían explicar ¿Porqué esto sucede en los estados capitalistas con formas más avanzadas tanto como con en las más atrasadas? Si el capitalismo fuera democrático, esto no debería suceder.

El porqué organizaciones políticas como la Embajada Americana o el extinto PAC hayan impulsado que la campaña de Matrimonio Igualitario saliera de la calle para terminar entregando 30 000 firmas a diputaciones del PAC (que las dejaron en un cajón, mismo en el cual después el PAC fue enterrado) y deteniendo la campaña en los hechos, no es incomprensible. Temen por sobre todas las cosas una reivindicación democrática de masas que desnude la esencia antidemocrática del régimen capitalista, en un país supuestamente democrático como Costa Rica. Si las masas lucharan por la democracia descubrirían las podridas raíces capitalistas en el origen de la opresión y, Dios nos libre, se hagan de esa manera comunistas.

El Pride es como el carnaval que Costa Rica no tiene. Ya decía Marx que el amor nos hacía concebir a los seres humanos de manera objetiva, material. Y cuánta materialidad atrayente abunda en el Pride. El amor, la bestia negra como decía Marx, que nos saca de nuestra pseudo sagrada interioridad individual para exteriorizar nuestra potencia, nuestra vida, nuestra existencia esencialmente social.

Todo lejos de la sexualidad de los curas, enfocada en Jesús, en Juan o en los niños. Ah, sí, deben temer los curas (los curas-filosófos y los curas-políticos) una revuelta mundial de Stonewall, ya que la apertura plena a toda la expresión de la sexualidad humana evidentemente incluye un cuestionamiento moral y político-social de la práctica del abuso sexual. Si la sexualidad fuese libre, no podría haber abuso sexual. Sin duda alguna se mueven deseos perversos tras la política ultra-conservadora de la Iglesia Católica y las demás iglesias.

Lo cierto del caso es que solo las, los y les comunistas ofrecemos política de otorgamiento pleno de derechos democráticos a toda la comunidad LGBT de manera inmediata. Los señoritxs defensorxs de la democracia capitalista, como el FA o algún que otro centrista, ofrecen procedimientos burocráticos infinitos para obtener lo mínimo y muchas veces sin capacidad de defender lo logrado, como por ejemplo con la imposición de la jornada de 12 horas. Ellos proponen un camino lento, en que se perderá la vida, entre la opresión y el aburrimiento, o sea la depresión.

Las, los, les comunistas de OSR levantamos alto las banderas de Stonewall, reivindicamos su carácter de riot anti policial, rebelde. El tipo de familia que defiende el Estado, sus partidos y sus iglesias la queremos disolver, proponemos otro tipo de familia, uno de mutuo acuerdo y de reconocimiento inmediato frente al Estado y la sociedad, con derechos de divorcio igual de expeditos. No es un invento nuestro, fue la forma en que la revolución soviética en los que fueron territorios de un zar trató la familia. La ilegalización de la homosexualidad y la sodomia, así como del lesbianismo, fueron abolidos. Así fue hasta que el stalinismo eliminó estos derechos democráticos, junto con todo el resto de derechos democráticos elementales.

Dentro del conjunto de las tareas de liberación y emancipación, la comunidad LGBT está llamada a liberar la sexualidad de la represión que le han impuesto para garantizar el patriarcado, forma de familia en que se ha garantizado la transmisión de la propiedad privada desde que el surgimiento mismo de los primeros Estados políticos, allá en el neolítico y elevada a forma universal en las sociedades griega, romana, hebrea, etc. Liberar la sexualidad de la represión y de la opresión es derrumbar un moldeamiento social que mantiene oprimidas a todas las mujeres, a la gran mayoría de los varones y a todas, todos, todes los niñxs. La emancipación de la sexualidad puede ser parte, y en un sentido ya lo es, de la transformación epocal que se cierne bajo nuestros pies y que todas las fuerzas reaccionarias se esfuerzan por contener, desviar y desarticular.

La unidad de todas las luchas marca el camino, vení al Bloque a luchar contra las terapias de conversión que impulsan las iglesias reaccionarias, vení al Bloque a luchar por la democracia radical y contra los intentos de la burguesía de hacer pink washing con las empresas que explotan la fuerza de trabajo de la comunidad LGBT.

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