Este miércoles 22, el Senado aprobó por 55 votos a favor, 13 en contra y ninguna abstención, el nombre de Alexandre de Moraes para ocupar el lugar de Teori Zavascki en la Corte Suprema.
Jueves 23 de febrero de 2017
El nuevo integrante de la Corte Suprema (Supremo Tribunal Federal), Alexandre de Moraes asume el puesto de Teori Zavascki, muerto en un accidente aéreo a comienzos de este año. Alexandre de Moraes era afiliado al PSDB hasta convertirse en el candidato de Temer, con una carrera política previa como exsecretario de Seguridad Pública de Alckmin (PSDB - actual gobernador de San Pablo) y exministro de Justicia del gobierno golpista, marcado por su accionar represivo.
El portavoz de la presidencia saludó con cinismo la aprobación: “Moraes hará una contribución relevante a la realización de justicia en Brasil durante su mandato en la Corte Suprema (Supremo Tribunal Federal), pautado siempre por la misma independencia, imparcialidad y apego completo a las disposiciones de nuestra Constitución Federal que caracterizan su trayectoria personal”.
El nuevo integrante de la Corte Suprema brasilera es la apuesta de Temer para intentar poner freno a la sangría de nombres y políticos investigados que viene provocando la Operación Lava Jato. Moraes ya declaró en reuniones con senadores que las detenciones realizadas bajo la Operación Lava Jato no pueden durar eternamente, dando señales de que intentará poner límites a la Operación.
Es una nueva designación que parece señalar, por un lado, un rumbo más punitivo y represor de la Corte, especialmente hacia la juventud y los negros; y por otro lado, una Corte que garantizará impunidad a los tucanos (integrantes del PSDB) y a grandes figuras del gobierno de Temer (incluyendo al mismo presidente).
En reuniones previas, el nuevo ministro declaró que actuará con “neutralidad e imparcialidad”, huyendo de polémicas para mostrarse como una figura “neutral”, frente a los grandes problemas planteados. Como si fuese posible la imparcialidad de una institución como la Corte Suprema del país, caracterizada por su arbitrariedad y la defensa de privilegios.