A pesar de las protestas y del descontento que generó la Ley de Seguridad Interior, el Senado de México la aprobó a las 6 de la mañana de este viernes.
Viernes 15 de diciembre de 2017 14:02
Tras casi 12 horas de discusión el Senado de México probó a las 6 de la mañana de este viernes una represiva Ley de Seguridad Interior en México.
Con 71 votos a favor, 34 en contra y 3 abstenciones, el apoyo a esta repudiada ley provino del oficialista PRI y del Partido Verde (PVEM), además de la votación dividida de la bancada del Partido de Acción Nacional.
🔴 Con 71 votos en pro, 34 en contra y 3 abstenciones se aprueban el dictamen de la Ley de Seguridad Interior así como la denominación de la Ley y artículos que habían sido reservados. https://t.co/DvERSwEGPt
— Senado de México (@senadomexicano) 15 de diciembre de 2017
La ley fue aceptada con las modificaciones de la cámara de diputados, modificaciones que son superficiales, y que no cambian su carácter represivo.
El rechazo generalizado se debe a que esta nueva normativa contempla la legalización de la presencia del Ejército en las calles y el aval incondicional a sus acciones. Esto incluye la modificación al artículo 29 constitucional sobre la restricción o suspensión de derechos y garantías, y el permitir al Ejército la intervención de comunicaciones privadas.
La preocupación tiene bases firmes en un país donde las cientos de miles desapariciones forzadas, homicidios, fosas clandestinas y el aumento de violaciones de derechos humanos tienen una variable en común: la presencia del Ejército en las calles.
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El debate parlamentario se da en el marco de protestas contra la militarización que impone la Ley, así como llamamientos por parte de la ONU de que no se aprobara. El descontento en las calles como así también la forma en la que se terminó aprobando en el Senado muestran el carácter antipopular de esta Ley.
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Desde la militarización implementada bajo el gobierno de Felipe Calderón en el 2006 para “combatir el narcotráfico”, se demostró que esta medida era para amplificar las capacidades de coerción contra el pueblo podre y trabajador, dejando cifras escandalosas en feminicidios, desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales.
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Esta ley, a pesar de las modificaciones, atenta contra la organización del pueblo pobre y trabajador, así como a las libertades democráticas.
Este mismo viernes la ley vuelve a la cámara de diputados donde terminaría de ser aprobada. Con la movilización en las calles, y la suma de distintos sectores a las protestas podría frenar esta Ley, que atenta no solo contra los sectores organizados sino contra el conjunto de los jóvenes los trabajadores y la juventud.