Este 15 de marzo se cumplen 53 años de uno de los hitos de la lucha de clases argentina. Un parteaguas. Uno de “los hechos malditos” del país peronista.
Viernes 8 de marzo 00:16
Cartel en la plaza Vélez Sarsfield durante el llamado Viborazo.
El “Viborazo” o Segundo Cordobazo fue una huelga y movilización popular que a diferencia del primer Cordobazo (donde primaron los elementos de espontaneidad), contó con un importante grado de organización y rol dirigente de organizaciones obreras. La encabezó el sindicalismo clasista SiTraC - SiTraM (Sindicatos de Trabajadores de Fiat Concord y Materfer), junto al sindicalismo de liberación que impulsaba el sindicato de Luz y Fuerza cordobés, bajo la dirección de Agustín Tosco. Su detonante fue una declaración pública del gobernador militar de Córdoba, J.C. Uriburu en la fiesta nacional del trigo, donde había expresado que “en Córdoba se anida una venenosa serpiente roja, cuya cabeza quizás dios me depare el honor histórico de cortar de un solo tajo”. De ahí su nombre popular, Viborazo.
Para acercar entonces un poco más su historia tomamos la película, fotogramas y algunos diálogos de “Preguntas a un obrero que lee” (2016) de H. Colombini, donde sus protagonistas evocan aquellos días de lucha y resistencia del pueblo trabajador. Enfrentan una dictadura cívico militar y eclesiástica. Días donde obreros y estudiantes luchaban por democracia, libertad, dignidad; contra la explotación y la entrega de la Nación… Tiempos donde muchos otros/as también aspiraban terminar con el capitalismo y avanzar hacia el socialismo. Dejamos el link de la película más abajo, la cual contó con la participación y colaboración de compañeras/os de Contraimagen (entre otras/os). Para profundizar sobre el “Viborazo” o Segundo Cordobazo, recomendamos el libro “Insurgencia Obrera”, de Ruth Werner y Facundo Aguirre; el video de Titín Moreira, “Qué fue el Viborazo”; o el reciente libro “La Córdoba Revolucionaria”, de E. Castilla.
Hechos
Sucedió a mitad de marzo de 1971, en la ciudad de Córdoba. Se extendió un par de días. Y fue el golpe de nocaut contra la dictadura militar del Gral. Levingston, antiguo agregado militar en Washington, que había reemplazado en la presidencia de la Nación al Gral. Onganía, tras su caída meses después del Cordobazo, en mayo de 1969. La respuesta militar a esta huelga obrera y popular fue violenta y extendida. Por la tarde es asesinado el joven obrero Cepeda en uno de los barrios populares de la periferia, sobre los cuales la policía provincial se ensaña a mansalva, con balas calibre 45, gases lacrimógenos y cientos de detenciones.
Detalles
En apretada síntesis, el frente único entre Luz y Fuerza y los Clasistas coincide en la acción de huelga y lucha contra la dictadura cívico militar. Pero el SiTraC – SiTraM llama a una huelga con movilización, convocando al pueblo trabajador a movilizarse en las barriadas obreras y tomar las calles. En tanto, el Sindicalismo de Liberación coincide en la huelga, pero no convoca a la movilización y llama a tomas de fábricas aisladas, cosa que los Clasistas no aceptan y extienden la lucha por los barrios. Así es cómo las barricadas se extienden por esquinas y manzanas. Como observa una cámara de 16 mm que panea desde Alta Córdoba, casi una postal de guerra, con decenas de columnas de humo negro que se alzan y extienden por cuadras.
Avanzada la tarde, columnas obreras, juventud y estudiantes marchan a plaza Vélez Sarsfield, centro de la ciudad, superando las 12.000 personas. El monumento central quedará adornado por banderas e imágenes de Lenin, Trotsky, el Che, el Gral. Perón y Mao. Desde ahí los Clasistas volverán a las barriadas, donde la humareda da cuenta de barricadas y parecen indicar el camino.
Represión
La respuesta del régimen militar se concentró sobre la vanguardia clasista y el sindicalismo de liberación y tendencias antiburocráticas. Son encarcelados decenas de militantes y cuadros obreros. Entre ellos Agustín Tosco, Gregorio Flores, Faustino López y Raymundo Ongaro.
Vale recordar asimismo que las plantas de FIAT en el barrio Ferreyra serán ocupadas por tropas armadas, carros blindados y tanques del ejército por varios días. Que el local de los sindicatos clasistas SiTrac – SiTraM será destrozado por bombas de comandos de derecha para-militares, y su conducción descabezada.
Serán despedidos cientos, y enviarán a la clandestinidad a toda la Comisión Interna, al Cuerpo de delegados y a más de 300 activistas. Pero, lucha de clases mediante, el Viborazo / Segundo Cordobazo quebrará la estructura política del régimen militar y burgués.
Desvíos
Así es como la burguesía argentina acusará el impacto en profundidad, dando por cerrado el proyecto político, económico y social de las FF.AA. que sostenían con apoyo del imperialismo yanki, iniciado por Onganía en 1966; conocido como “La Revolución Argentina” (sic).
A partir de abril de 1971, el Gral. Lanusse asumirá la presidencia, y dará inició al GAN (Gran Acuerdo Nacional). Será la apertura a elecciones, finalizando proscripciones y abriendo las negociaciones con el Gral. Perón y la burocracia sindical de la CGT, que comandaban J. I. Rucci y Cía.
Los intercambios de favores serán varios. Reajustan la ley de Asociaciones Profesionales, y anulan la personería jurídica de los sindicatos por fábrica, donde encuadraba el SitraC – SitraM. Devuelven las obras sociales y giran millones de pesos a la CGT. Y al Gral. Perón le devuelven el cadáver de Evita, que le hacen llegar a Madrid, y reconocen sueldos adeudados y grados oficiales.
Así entonces, la contención, engaños y desvío de las luchas obreras en curso (que seguirá dando nuevas y grandes batallas igualmente) pasará a manos peronistas; que coronarán con la asunción de Cámpora en 1973, durando menos que una primavera.
Memoria
En el contexto del Viborazo, los sindicatos clasistas SiTraC – SitraM estaban peleando por el reconocimiento de su nueva dirección sindical y delegados recién votados. A la vez, en conflicto por una serie de exigencias que iban desde aumento de salarios del 40% (Fiat tenía los más bajos de la industria), como cambios y mejoras en las formas y tiempos de trabajo. Llegando a realizar junto a estudiantes de Ciencias Económicas estudios sobre la extracción de plusvalía de Fiat.
En este marco trazaron un plan contra la productividad, que implicaba la puesta en práctica de formas de control obrero de las condiciones de trabajo por secciones, logrando quitar el premio a la producción, limitando funciones multitareas, el trabajo a destajo y ritmos de producción. Buscaban, en tal sentido, poner en funcionamiento comisiones obreras de salud, tareas y categorías, y comenzaron a redactar un nuevo convenio de trabajo.
Protagonistas
Seguido acercamos fragmentos del guión de “Preguntas a un obrero que lee”, donde los protagonistas cuentan sobre el Viborazo, y recuerdan el Clasismo de SiTraC - SiTraM.
Susana Fiorito
Susana Forito, fue secretaria de prensa de los sindicatos clasistas, y la mujer que resguardó su archivo, de más de 18.000 folios bajo la dictadura cívico militar y eclesiástica, que inició en 1976. Es la fundadora de la Biblioteca Popular Pedro Milesi, del barrio Bella Vista y compañera de Andrés Rivera.
Sobre los días del Viborazo, recuerda: “Había que hacer una manifestación o una demostración de oposición al señor Uriburu, que quería cortar la cabeza de la víbora roja de un tajo. Y hubo dos posiciones, Agustín Tosco planteó tomar las fábricas. Y los sindicatos clasistas, que estaban muy, pero muy enfrentados con sus patronales, se negaron a ocupar las fábricas sosteniendo que iban a estar aislados, solos, que solamente en la calle el pueblo se podía defender y juntar todos”.
Gregorio Flores
El “Goyo” Flores, protagonista de la película, fue uno de los dirigentes destacados del SiTraM – SiTraC, militante clasista irreductible, preso varios meses en Rawson (donde compartió encierro, patio y celdas con dirigentes y cuadros guerrilleros de FAR, Montoneros y ERP, y dirigentes obreros y cuadros sindicales como Agustín Tosco). Participó tras la disolución de los sindicatos clasistas en el FAL (Frente Antimperialista por el Socialismo, que impulsaba el PRT – ERP), y pasó la dictadura militar escondido, alejado de Córdoba. En el retorno a la democracia militó en el Partido Obrero, donde fue candidato a presidente en el ‘83, hasta mediados de los años ´90. Escribió tres libros, sobre las luchas del Clasismo, SiTraC - SiTraM, y experiencias de los años ’70.
Pregunta: “Del Segundo Cordobazo o Viborazo, ¿qué recuerdan?
G. Flores: ¿Del Viborazo? Bueno. El Viborazo fue superior en algunos aspectos al Cordobazo, en el sentido que nosotros no nos quedamos juntos en un lugar sino que nos dispersamos. Fuimos a la Plaza Vélez Sarsfield, donde abría unas 12.000 personas. Y vienen de Luz y Fuerza y dice, ‘compañeros, Agustín Tosco está tomando Villa Revol (barrio cercano), vamos a llevarle la solidaridad al compañero…’. Ahí nomás dijimos que eso era divisionismo y nos dispersamos por los barrios”.
Carlos Masera
Masera, el “viejo”, como le decían sus compañeros, aunque no llegaba a los 40 años, era uno de los técnicos destacados de la fábrica y fue el secretario general del SiTraC, y otro de los dirigentes clasistas, perseguido por la dictadura militar.
Del Viborazo recuerda (y continúa en diálogo con Flores) que “con Tosco se había creado una antinomia que fue injusta, ¿no? El PC (Partido Comunista/Stalinista) realmente nos combatía, buscaba la forma de desprestigiarnos y demás. Y lo deben haber inducido a Tosco a que tomara Villa Revol para que nosotros no capitaneemos el acto”.
José Páez
El “Petiso” Páez fue otro de los dirigentes obreros destacados del Clasismo del SiTraC – SitraM, y militante del PST (Partido Socialista de los Trabajadores). En un material de archivo del canal 10 de Córdoba, Páez contesta a un periodista en el barrio de Ferreyra, cercano a la planta de Fiat en plena mañana del Viborazo.
Periodista: “¿Podría explicarnos cuál es el motivo de sus diferencias con el resto de las actividades dispuestas, es decir al abandono de fábricas en vez de la toma?
J. Páez: “Bien, en este momento nosotros consideramos que esa toma es pasiva. Hemos visto en el año 64 que las tomas. Nosotros tenemos pruebas muy evidentes que con eso no conseguimos nada. Incluso hubo compañeros que fueron detenidos por 8 años, mientras que había dirigentes que la organizaron, concretamente Vandor y cia, andaban en libertad en la calle y nosotros los trabajadores fuimos encarcelados, y no los que dirigían las tomas. Por eso nosotros consideramos que en la calle es donde tenemos que expresarnos, que la gente nos vea y sepa lo que estamos haciendo”.
Epílogo(s)
Carlos Massera: “nosotros a Tosco le abríamos las asambleas en la puerta de fábrica; era mucho mejor orador que nosotros; y fue importante su participación. Pero él tenía una línea política de alianza con el peronismo que nosotros no aceptábamos; veíamos otra manera de hacer política por lo tanto no coincidíamos. Nosotros terminamos reivindicándonos todos socialistas. De todas maneras, hubo muchos gremios cercamos a Tosco que arrimaron mucho a nosotros (…). Tras el Viborazo y nuestra disolución. se dijo que nos habían disuelto por nuestros errores, y yo contesté en su momento que había sido más bien por nuestros aciertos. Ahora tendría que agregar que hubo de las dos cosas, porque si hubiésemos tenido una política de alianzas mejor elaborada, les hubiera costado más trabajo derrotarnos”.
Gregorio Flores: “Tal vez lo más jodido que hicimos nosotros fue meternos con la producción. Uno puede recitar el socialismo todos los días, que no pasa nada, pero ojo con meterse con los ritmos de producción. (…) Y la democracia para nosotros era fundamental. Era una forma de pelear contra la dictadura militar. Y la relación con los estudiantes nos ayudó mucho, y fue muy activa y concreta. Se la bancaban los estudiantes. Ellos tenían una consigna muy movilizadora que era ‘obreros y estudiantes unidos adelante’ (…) Pero nosotros cometimos el grave error de no aprovechar el prestigio que teníamos para meter la idea en la clase obrera que teníamos que construir nuestro propio partido político; ese fue un error grave”.
Susana Fiorito: “Cuando empezó el SiTraC – SiTraM, toda la ola del peronismo había suprimido las diferencias de clase. Éramos todos argentinos… Y se había perdido la noción que la clase obrera es una clase opuesta y enemiga del capitalismo. Eso se había perdido. El clasismo volvió a retomar una tradición, la ideología de la clase obrera. Y fue necesaria una matanza, fue necesaria la dictadura, para poder retrotraer todo aquello. Y bueno, ahora hay que empezar de nuevo, de a poquito, desde abajo”.