Este martes se pagaron U$S 647 millones al FMI y las reservas tocaron un piso de U$S 27.613 millones, un mínimo que no había desde el 30 de abril. El gobierno anunció que venderá dólares en el mercado financiero para contener la brecha cambiaria, en un contexto de mucha escasez en el Banco Central. El riesgo país llegó a superar los 1.600 puntos y cayeron los bonos.
Martes 16 de julio 20:18
Las reservas internacionales del Banco Central (BCRA) alcanzaron su nivel más bajo en dos meses y medio. Este martes, su nivel bruto cayó U$S 559 millones principalmente por un pago al Fondo Monetario Internacional (FMI) en concepto de Derechos Especiales de Giro (DEG) y vencimientos de deuda.
Asimismo, el BCRA intervino en el mercado oficial de dólares (MULC) con una venta neta de U$S 3 millones, resultando el primer saldo negativo en siete jornadas. De esta forma, el stock actual de reservas se ubica en los U$S 27.613 millones, cifra mínima desde el 30 de abril.
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El gobierno había anunciado el fin de semana que vendería dólares en los mercados financieros del Contado con Liquidación (CCL) para "reabsorver pesos" lanzados por la compra de liquidación de exportaciones y cortar así "otra fuente de emisión monetaria", aunque su objetivo es contener la brecha cambiaria entre el tipo de cambio oficial y los paralelos. Es decir, una intervención directa en las cotizaciones del dólar. Esta medida se da en un marco de extrema debilidad por escasez de dólares, lo que agrega más inestabilidad a la situación.
De hecho, el Ministerio de Economía anticipó que la "esterilización" de pesos por venta en el dólares en CCL va a ser de $ 2,5 billones aproximadamente, esto implicaría una pérdida de U$S 1.900 millones teniendo en cuenta el valor actual del CCL.
Mientras tanto, el gobierno tiene como mantra incuestionable el pago de la deuda al FMI y los especuladores privados. En los primeros días de julio ya había desembolsado cerca de U$S 2.000 millones en concepto de capital e intereses de la deuda con bonistas privados.
Los recursos para sostener los pagos de deuda salen de los bolsillos de las mayorías sociales a base de un brutal ajuste. Milei y Caputo realizaron un fuerte recorte del gasto público destinado a jubilaciones, pensiones, asignaciones familiares, obra pública, salud, educación, asistencia social, entre otros y es así que "lograron" obtener un superávit financiero (ingresos menos egresos totales) y no sólo primario (antes del pago de intereses de deuda).
Este martes el Ministerio de Economía informó un superávit fiscal en junio de $233.189 millones. Este dato resulta aún más llamativo en vistas de la caída de la recaudación y la suba del gasto por el pago de los aguinaldos. En otras palabras, se basó en un mayor recorte de partidas del gasto primario de 35% interanual en términos reales, en tanto que los ingresos cayeron 15%.
Durante los primeros seis meses del año, los ingresos totales cayeron un 5% real, mientras que el gasto primario descendió un 32% interanual real. El gobierno anunció que con este "superávit" comprará dólares para asegurar los pagos de intereses de los bonos Globales y Bonares con vencimiento en enero de 2025 (es decir, a bonistas privados).
Esta operación se realizará con parte de los pesos correspondientes al superávit financiero alcanzado en el primer semestre del año, que acumulado a mayo pasado ascendía $2,3 billones. Se trata de U$S 1.528 millones que serán depositados en el fiduciario, Bank of New York, quedando disponibles únicamente para ser utilizados con el fin mencionado, según la información oficial. Una muestra cabal y muy concreta de que las prioridades son garantizar las ganancias de los especuladores de la deuda y de los grandes grupos económicos a costa del fuertes ataques a las condiciones de vida de las mayorías trabajadoras.
Aún así, "los mercados" (eufemismo para referirse al gran capital) descreen del plan oficial y siguen presionando por una devaluación, al igual que los agroexportadores y el FMI. De hecho, los precios de los bonos soberanos siguieron cayendo al tiempo que subió el riesgo país a 1.584 puntos básicos (luego de alcanzar en los 1.608 puntos de la mañana su máximo nivel en cuatro meses), un indicador elaborado por la banca internacional J.P. Morgan para medir el diferencial de tasas de interés entre un país y los bonos norteamericanos.
Frente a la idea de que serán necesarios más "sacrificios" para salir de la crisis, mientras se agudiza la recesión, la pérdida de puestos de trabajo en un contexto de alta inflación y un fuerte ajuste, existe otra alternativa. El desconocimiento soberano de la deuda externa y una ruptura con el FMI permitirían a la clase trabajadora poner un límite a la sangría de la deuda y alcanzar una moneda fuerte. Junto con la expropiación de las grandes cerealeras y el establecimiento de un monopolio del comercio exterior para poner fin a la fuga de divisas, se puede comenzar a sentar las bases de para economía planificada democráticamente desde abajo, que priorice solucionar las necesidades sociales y no la rentabilidad de un pequeño grupo de capitalistas.