Miércoles 19 de septiembre de 2018
El escenario del Teatro Caupolicán, en un acto conmemorativo del Día Internacional de la Mujer. Un 8 de marzo de 1978, se mostró por primera vez un baile de «cueca sola», un concepto artístico acogido y explicado por un país entonces bajo dictadura que combinó códigos de la creación popular y la denuncia.
El británico Sting se conmovió con el baile de estas mujeres tristes y las homenajeó en 1987 con el tema They dance alone (Bailan solas), que en algunas de sus estrofas dice: "Por qué están aquí / Danzando solas / Por qué hay tristeza en sus miradas / Hay soldados también ignorando su dolor / Porque desprecian el amor / Danzan con los muertos, los que ya no están / Amores invisibles no dejan de danzar/".
Más de una decena de mujeres del grupo folclórico fueron invitadas por Sting al escenario durante un concierto de Amnistía Internacional, en Mendoza, Argentina, en 1988. La escena se repitió ante unas 70.000 personas en el estadio Nacional de Chile, en octubre de 1990, en el segundo concierto de Amnistía, en el que también estuvieron entre otros Peter Gabriel y Sinead O’Connor.
Reforzando la memoria
La estructura de la “Cueca Sola”, su coreografía y musicalización son similares a una “Cueca Chilena o Tradicional”. Sin embargo, el hecho más característico, que convierte a la “Cueca Sola” en una creación inédita, radica en que no existe un acompañante que corteje a la mujer.
El trabajo del conjunto folclórico de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos ha ubicado en el mundo el drama de aquellas mujeres con sus seres queridos secuestrados bajo la dictadura de Pinochet, utilizando la cueca y una puesta en escena de extrema austeridad como instrumento de agitación de la memoria.