Desidia, falsas promesas de campaña e intentos de violación a la ley de autonomía universitaria. La realidad que se desarrolla en el predio universitario más grande del país.
Patricio del Corro @Patriciodc
Viernes 24 de abril de 2015
En octubre del año pasado el Diario Clarín, principal vocero mediático del macrismo, anunciaba el inicio luego de 30 años de las obras de remodelación en Ciudad Universitaria.
El acuerdo sobre las refacciones se firmó en el salón dorado del Palacio de la Legislatura contando con la presencia de Mauricio Macri, el candidato millonario Rodríguez Larreta, el Rector de la UBA, Alberto Barbieri, y el ex Vicerector y ex servicio de la SIDE, Darío Richarte.
Públicamente, todos los partícipes del acuerdo sostuvieron que a partir de los fondos que entregaría el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a la UBA se avanzaría en la remodelación del pavimento, las paradas de colectivos y los artefactos de iluminación e informaron, en primer momento, que las obras estarían terminadas en Febrero. El tiempo demostró lo contrario.
A fines de Abril la infraestructura del predio aún se encuentra en estado crítico y se ha cambiado la fecha proyectada para su culminación. Desde el inicio de clases las calles internas se encuentran colmadas de escombros quedando intransitables para los colectivos. A esto se suma el vuelco de un camión hormigonero sobre el pavimento ocurrido la semana pasada, hecho que podría haber causado un accidente fatal.
Lo que comenzó siendo una promesa de campaña electoral se transformó en el padecimiento cotidiano de estudiantes, docentes y no docentes por plena desidia del macrismo y el gobierno de la UBA. El atraso en la llegada del presupuesto cambió dos veces la fecha de finalización de las obras y ahora se espera que las mismas estén listas para el inicio de la campaña electoral nacional.
Lo que ni Macri ni Barbieri mencionaron sobre las obras
Mucho de lo que contrae el acuerdo sobre las obras en Ciudad Universitaria, parece que quedó como letra chica, dado que ninguno de los firmantes en el acuerdo lo mencionó hasta el día de la fecha.
La refacción de Ciudad incluye tanto los nuevos accesos al predio desde la autopista, como los estacionamientos sobre los predios que forman parte de la reserva ecológica, que en realidad están pensados más para los eventos en River como los partidos de fútbol y recitales que para los estudiantes y docentes que acuden todos los días.
Cada partido que disputa River de local, la barrabrava transforma el actual estacionamiento de Ciudad Universitaria en un playón del estadio. Está claro que sin la complicidad de la policía federal, que ingresa clandestinamente a un establecimiento universitario, este negocio no podría consumarse.
Con las obras terminadas lo que se estarían logrando sería la institucionalización de este negocio.
Para el resto de los días, en el sector del Pabellón 3, la gestión de FADU entregó este espacio a la Burocracia no docente de APUBA. La misma patota que golpeó a estudiantes cuando los decanos Bruno y Reboreda quisieron asumir anti democráticamente ahora obtuvo una concesión ilegal para cobrar $50 a cada automóvil que se estacione en el lugar. De esta forma, la burocracia sindical no docente, también se suma al negocio facturando miles de pesos por día.
La supervisión de las refacciones, por parte del gobierno de la Ciudad fue concedida a Mateo Gorletti, ex-presidente de la fundación Pensar (fundación financiada por el PRO) quien como afirma Página 12, fue imputado en el 2012 como cómplice por el robo 58 piezas arqueológicas precolombinas valuadas en un millón de dólares.
El Macrismo puso como supervisor de las obras a un estafador, todo un gesto de grandilocuencia.
Para violar la autonomía universitaria, el decano llama a “Súper-Berni”
Luego del partido que disputó River con San José de Oruro y de la situación caótica que se generó en Ciudad Universitaria, Luis Bruno, decano de FADU por el espacio de “FADU PLURAL” (aliado al Barbierismo), escribió una carta en su cuenta de Facebook solicitando auxilio al Secretario de Seguridad, Sergio Berni, lavándose de cargos y responsabilidades.
En esta carta al soldado Nacional y Popular contra los derechos de los trabajadores, los inmigrantes y los sin techo deja asentado: “En el marco de la actuación de estas personas no identificadas en un predio de tan grandes dimensiones se repiten los incidentes de roturas de vidrios y robos de variado tipo que afectan sensiblemente la seguridad de las personas y por añadidura, la vida diaria de nuestra comunidad.”
Resulta ahora que Bruno no “identifica” a la misma patota que custodió de forma violenta su asunción antidemocrática en el año 2013.
Cierra esta carta con un párrafo que debería preocupar profundamente a toda la comunidad universitaria: “La magnitud del fenómeno y el nivel de hostilidad latente hacen que sea imposible hacer frente a esta situación con recursos propios y/ o a través de los operativos policiales corrientes. Por esta razón pedimos en su persona al Estado Nacional primero, comprensión cabal de la gravedad del tema y segundo, tenga a bien disponer los medios que correspondan para ordenar la situación a la mayor brevedad.”
El decano de la Facultad de Arquitectura y Diseño pide normativamente la violación de la ley de autonomía universitaria, mediante la cual la policía no puede ingresar a ningún establecimiento universitario, como figura en el artículo número 75, inciso 19 de la constitución argentina.
Para ello no pudo encontrar a nadie mejor que un represor. Sergio Berni es el mismo que el año pasado desalojó con topadoras a los habitantes del Barrio Papa Francisco y ordenó la represión a los trabajadores despedidos de Lear y a diputados del Frente de Izquierda como Nicolás del Caño en la ruta panamericana mediante la Gendarmería Nacional. Resulta inconcebible que ahora Bruno exija al ex-carapintada el ingreso al predio de los mismos que mantienen la impunidad del manejo de la barra brava en Ciudad Universitaria.
Para enfrentar a las bandas mafiosas y sus negocios en el estacionamiento, la policía no es la solución sino parte del problema. Los que defendemos la educación pública tenemos que pelear porque el estacionamiento sea gratuito para estudiantes y docentes, al igual que las obras deben estar supervisadas por estudiantes, docentes y no docentes, que son los más interesados en su concreción.
Patricio del Corro
Sociólogo, dirigente nacional del PTS y legislador MC de CABA por el FIT-U