¿Dejó de ser el rugby un deporte de élite alejado de los sectores populares? Te contamos sobre el nuevo rugby y casos como Virreyes Rugby Club que parecen responder que sí. El Che Guevara y el rugby.
Viernes 30 de septiembre de 2016
El rugby, como el fútbol, es un deporte que trajeron a Sudamérica los ingleses a fines del siglo XIX. Donde más prendió fue en Argentina y, en segundo lugar, Uruguay. En ambos países el rugby tiene su tradición, sus clubes históricos con nombre en inglés, algunos asociados de forma directa o indirecta a colegios, también ingleses. Nunca tuvo, ni tendrá, la masividad del fútbol, que rápidamente dejó de ser algo exclusivo de los trabajadores ingleses de los ferrocarriles y se ramificó a los sectores más populares. Claro, también había descendientes de italianos que unas décadas después empezaron a fundar algunos clubes, por ejemplo. Por esto es que el rugby, en algún punto, quedó reservado a la gente que ya “tradicionalmente” lo jugaba.
Hoy en día el rugby está muy lejos de ser una actividad tradicional de descendientes de ingleses que viven en San Isidro o Benavídez
Hoy en día, casi 150 años después, el rugby es el deporte más fuerte de Tucumán y uno de los más practicados en Santa Fe -puntualmente Rosario-, Córdoba, Mendoza, Salta y, naturalmente, Buenos Aires. Más precisamente en las últimas dos décadas, el cambio hacia la popularidad fue aún mayor. Hoy en día el rugby está muy lejos de ser una actividad tradicional de descendientes de ingleses que viven en San Isidro o Benavídez, hay clubes en zona sur y zona oeste cuyos jugadores viven una realidad que es igual a la de cualquier argentino trabajador que puede estar asociado a un club para llevar adelante su pasatiempo y estar con amigos.
Más aún, se han fundado clubes cuyo objetivo principal es el de sacar chicos de la calle y generar un espacio de contención. En 2002 un grupo de ex jugadores de distintos lugares fundó el Virreyes Rugby Club, en San Fernando. Hoy en día recibe más de 600 chicos y chicas que juegan rugby y fútbol femenino, principalmente. Algunos de ellos no pueden pagar una cuota social para que el club se mantenga, sin embargo ese dinero se consigue gracias al aporte de otros integrantes y de personas externas que colaboran. Con el tiempo, los dirigentes decidieron meterse de lleno en temas extra deportivos: en 2005 lograron reinsertar a sus jugadores en el sistema educativo para que terminen la secundaria y empiecen la universidad, y hoy todos los chicos de entre 6 y 28 años que asisten tienen la posibilidad de acceder a tutorías pedagógicas, entre otros temas.
En septiembre de 2005, con una mirada similar, se fundó el Floresta Rugby Club. Allí encontraron su lugar chicos de las villas y los barrios más pobres de Capital, cuyos padres no podían llevarlos a realizar otras actividades. El FRC funciona para estas familias como un complemente en la crianza de sus hijos más chicos, donde estos hacen amigos y se divierten.
El rugby también es usado en cárceles como método de integración y posterior reinserción de los presos. Por Espartanos Rugby Club han pasado más de 450 reclusos que han contado con el apoyo, la visita y hasta han jugado con figuras del rugby como Santiago Cordero (Regatas de Bella Vista y Los Pumas). Jugadores del rugby de Buenos Aires participan de los entrenamientos semanales de este equipo. Este proyecto trae aparejado un sistema educativo para favorecer la re-inclusión laboral. Se calcula que del total de presos que se involucraron en esto, sólo unos 10 han reincidido.
Algunas de estas buenas cosas habrá visto Ernesto Guevara -antes de transformarse en el "Che"- cuando en su juventud, además de jugar, fundó y dirigió la revista Tackle
También existen otros proyectos como Botines Solidarios, una fundación que tiene al ex Puma Ignacio Corleto como presidente y cara visible, que se encarga de hacer clínicas y eventos en los que chicos de escuelas primarias y de sectores más vulnerables pueden conocer el rugby y sus valores. Es recomendable informarse sobre Los Pumpas XV, el equipo de lo que se conoce como Mixed Ability Rugby (de habilidades mixtas), que es el rugby común y corriente pero mezclando jugadores o ex jugadores, que funcionan como “guías”, con chicos con síndrome de Down.
Reivindicación
Que el rugby ya es para todos los que quieran sumarse y no sólo para una elite, quedó claro. No obstante, no deja de ser un deporte más de las decenas de juegos colectivos que hay y que, por ende, pueden servir para cualquier tipo de actividad social y de integración entre sus participantes. De todas formas, donde sí el rugby saca una ventaja es en su esencia. No hay club o equipo en el que no sea trascendental el culto al respeto por el árbitro, por el rival y por el compañero, el juego en equipo adentro y afuera de la cancha, la buena onda compartida en el tercer tiempo. Algunas de estas buenas cosas habrá visto Ernesto Guevara -antes de transformarse en el "Che"- cuando en su juventud, además de jugar, fundó y dirigió la revista Tackle, una de las primeras publicaciones dedicadas de lleno a este deporte.
Cuando en La Izquierda Diario se trató la agresión del (ahora ex) jugador de San Cirano a un hombre en plena calle, el comentario más absurdo que se leyó fue “¿cómo van a reivindicar el rugby en un diario de izquierda?”. Simplemente porque, como dice arriba, el rugby es un deporte más, no es ni mejor ni peor que otros. Además, ¿es mejor reivindicar el fútbol, acaso, juego popular por excelencia en Argentina? Se ven jugadores que agarran del cuello al árbitro, hinchas que tiran piedras, barras que trabajan de hinchas los domingos y de patoteros partidarios entre semana, dirigentes que exprimen hasta el último peso de los socios que lo votaron para lograr una mejor cuota de poder personal y luego saltar a la política... No, mejor reivindicar el rugby.