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Red Internacional
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RÉGIMEN DEL 78. Ni el Tribunal Supremo puede ignorar el olor a corrupción de la monarquía

Tras comenzar las diligencias abiertas por la fiscalía suiza sobre la corrupción en la monarquía, el Supremo retoma la investigación abierta por Anticorrupción sobre el papel del rey emérito en la construcción del AVE en Arabia Saudí. Mientras tanto, fija su residencia en República Dominicana.

Lunes 8 de junio de 2020

Las millonarias irregularidades económicas del rey emérito como “conseguidor” de la construcción del AVE de Medina a La Meca han pasado de ser investigadas por la Fiscalía contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada al Tribunal Supremo, con cuatro fiscales dirigidos por el especialista en delitos económicos del Supremo, Juan Ignacio Campos.

Una cantidad millonaria en “comisiones” para el rey podría encontrarse entre los 7.100 millones de euros que costaron los 450 kilómetro de AVE de cuya construcción se benefició lo más destacado de la patronal constructora española, con empresas como Adif, Cobra, Consultrans, Copasa, Dimetronic, Imathia, Inabensa, Ineco, Indra, OHL, Renfe y Talgo. Casi 500 de esos millones fueron sobrecostes al presupuesto inicial.

Ya en 2008, Juan Carlos se hizo con una donación de Arabia Saudí de 65 millones de euros. Pero no es el único caso. De acuerdo con las investigaciones del fiscal suizo Yves Bertossa, la examante de Juan Carlos I, Corinna Larsen, recibió en 2012 una transferencia de 65 millones de euros por parte de la fundación panameña Lucum. Esa cuenta de la fundación había recibido, en el año 2008, la suma de 100 millones de euros por parte del ministerio de finanzas de Arabia Saudí. La cuenta, gestionada por el gestor de fondos ginebrino Arturo Fasana, pertenecería al rey emérito.

Corinna Larsen asegura que esa transferencia era una “donación” de parte de Juan Carlos, para ella y su hijo. La fiscalía suiza, en cambio, investiga la hipótesis de una operación de lavado de dinero, para blanquear la millonaria comisión pagada por la monarquía saudí al monarca español, agradeciendo sus favores en la negociación del contrato del AVE para la Meca.

Ya en 2018 la Audiencia Nacional llegaba una investigación de 23 años de ventas de armas a Arabia Saudi por parte del Estado español a través de una serie de empresas y sociedades instrumentales que presuntamente realizaban sobornos millonarios para conseguir contratos milmillonarios.

Incluso cuando se conoce públicamente las relaciones del rey con la monarquía Saudí, y sus múltiples viajes a Riad acompañado de lo más selecto del IBEX35 para cerrar suculentos negocios como la polémica venta de las 400 bombas de precisión que el Estado español autorizó vender a los saudíes en 2015 o de las 5 corbetas del astillero de Navantia.

En septiembre de 2018, el juez Diego de Egea de la Audiencia Nacional archivó la llamada “pieza Carol”, una causa abierta a partir de las grabaciones difundidas por el excomisario Villarejo. Este había filtrado la grabación realizada en 2015 a Corinna Larsen, asegurando que el Rey tenía cuentas secretas en Suiza. ¿Por qué se archivó la causa? El principal motivo esgrimido fue la inviolabilidad del Rey, ya que los hechos investigados ocurrieron cuando este aún no había abdicado.

Si el monarca trata de limpiar la mala fama de una Monarquía española cada vez más cuestionada, como siguen reflejando las encuestas, no parece que vaya a conseguirlo con esta ridícula acción. Hace pocos días su padre y actual rey emérito aparecía en una nota de Le Monde, uno de los medios de referencia en Francia, con el título de “Maleta de billetes en Suiza, sociedad opaca en Panamá: Juan Carlos, el desconcierto de España”.

La indignación por el enésimo caso de corrupción de la corona ha sido enorme. La noticia de los negocios multimillonarios de la familia real resulta aún más grave en un momento en el que el pueblo trabajador estamos sufriendo las consecuencias de la grave crisis del coronavirus. Pero es que en el Estado español llevamos soportando más de 40 años de corona sin virus a modo de democracia borbónica surgida de las entrañas del franquismo.

Lo que queremos es expropiar la fortuna a la familia real, más de 2 mil millones, y ponerla a disposición del pueblo trabajador en esta crisis. Y echarles, acabar con esta monarquía corrupta heredera del franquismo y este régimen monárquico para ricos, tomar nuestro futuro en nuestras manos, decidir sobre nuestras vidas. Así, tal vez, esta crisis no la paguemos los de siempre, y la pague la monarquía y los capitalistas.