Francisco recibió este lunes al presidente de la República Democrática del Congo, Joseph Kabila, en el Vaticano. La visita del mandatario congoleño se produce en medio de un clima de gran represión en Congo.
Miércoles 28 de septiembre de 2016
Francisco ha hecho un llamado al "diálogo respetuoso e inclusivo" con el fin de frenar la violencia, según dicta un comunicado del Vaticano. Además Francisco y Kabila han llamado a la cooperación internacional para restablecer la convivencia en el país.
El Vaticano hace un llamado sorprendente, sin siquiera cuestionar el papel del gobierno congoleño y su responsabilidad en la represión y la situación que se vive en el país. Conviene recordar que la semana pasada hubo medio centenar de muertos producto la acción de las fuerzas de seguridad congoleñas contra las protestas de opositores al gobierno, que solicitaban el fin el gobierno de Kabila y unas elecciones a fin de año.
Cruce de declaraciones entre Hollande y Kabila
Nacional e internacionalmente, Kabila se ha visto presionado. La oposición congoleña pidió una “jornada de duelo nacional” para las víctimas el pasado 23 de septiembre. En ese clima, hubo un intercambio de declaraciones entre el presidente de Francia, François Hollande y Kabila, a raíz de la masacre contra los opositores. Hollande indicaba que “Los actos de violencia que han tenido lugar en la República Democrática del Congo son inaceptables, intolerables”, usando la tribuna de la ONU.
Un gesto cínico del mandatario francés si se considera que en los últimos meses el gobierno del Eliseo ha estado hostigando y encarcelando a estudiantes y trabajadores franceses en contra del Estado de excepción, la Ley del Trabajo y la batería de medidas contra los derechos sociales en el Estado francés.
Kabila respondió que el Congo no es un” departamento de ultramar”, haciendo referencia a las posesiones coloniales que mantiene Francia en diversas partes del mundo. Unas declaraciones que podrían considerase de similar cinismo teniendo en cuenta los lazos y económicos y políticos que les une con los poderes europeos que han permitido un escenario cruel en el Congo en los últimos años.