Los diputados de la Cámara de los Comunes se hicieron con el control de la agenda parlamentaria el pasado lunes con el objetivo de forzar el próximo miércoles una votación sobre un posible "plan B" para el "brexit". Theresa May, rehusó comprometerse a cumplir sus indicaciones.
Martes 26 de marzo de 2019 00:00
Los diputados de la Cámara de los Comunes se hicieron con el control de la agenda parlamentaria el pasado lunes con el objetivo de forzar el próximo miércoles una votación sobre un posible "plan B" para el "brexit". Theresa May, rehusó comprometerse a cumplir sus indicaciones.
Ante la falta de una mayoría que respalde el tratado de salida que ha negociado May con Bruselas, el Parlamento aprobó por una diferencia de 27 votos una enmienda que le permite modificar el orden del día del miércoles para convocar la votación. Minutos antes de la votación de hoy, tres secretarios de Estado dimitieron de su cargo para posicionarse en contra del Gobierno y respaldar la enmienda.
Un vocero de May declaró que con esta decisión la Cámara Baja sienta un precedente "peligroso e impredecible" que altera el "equilibrio de las instituciones democráticas" ya que convocar las sesiones es una prerrogativa reservada habitualmente al Ejecutivo.
Hay muy poca claridad respecto de la sesión del próximo miércoles. Las alternativas que se barajan incluyen un segundo referéndum, una salida no negociada de la Unión Europea (UE), permanecer en el mercado único o incluso cancelar el "brexit".
El resultado no será vinculante para el Gobierno, aunque si agregará presión sobre la primera ministra, que ya ha presentado el acuerdo al parlamento en dos ocasiones, el 15 de enero y el 12 de marzo, siendo rechazado en ambas.
La semana pasada, sin embargo, criticó en un discurso a los diputados por haber hecho "todo lo posible hasta ahora por evitar tomar una decisión" sobre el "brexit" y limitarse a indicar las opciones que no aceptan.
May admitió este lunes que aún no cuenta con el respaldo necesario para ratificar el tratado de salida que ha pactado con la UE, pero insistió en que sigue negociando con los "tories" euroescépticos y el norirlandés Partido Democrático Unionista (DUP). Además, durante el debate la mandataria conservadora aseguró que no entregará un "cheque en blanco" al Parlamento y se mostró "escéptica" sobre la utilidad de la votación del miércoles.
Uno de los cabecillas de la facción euroescéptica de los conservadores, Jacob Rees-Mogg, ha comunicado a sus compañeros que está dispuesto a modificar su postura y apoyar el pacto si primero lo hace el DUP, según han revelado medios británicos.
Según la BBC, algunos “tories” votarían a favor del pacto de May si la primera ministra acepta dimitir una vez superado el trámite, lo que facilitaría que otro miembro del Partido Conservador tomara las riendas de las futuras negociaciones sobre la relación comercial bilateral entre Londres y Bruselas.
May continua en negociaciones con la oposición. El "número dos" del Partido Laborista, Tom Watson, aseguró esta semana que respaldaría el acuerdo de May si el Gobierno se aviene a condicionar su ratificación final a un nuevo referéndum, algo que tensionaría su propia base dado que una gran cantidad de partidarios de laborismo votaron a favor del "brexit" y rechazan la posibilidad de un nuevo referendum.
El plazo para aprobar el pacto de salida vence el 12 de abril, si May no consigue un acuerdo el Reino Unido romperá con la UE de forma no negociada o se verá obligado a pedir una nueva prórroga. La primera ministra ha descartado hasta ahora cualquier extensión del plazo más allá de mayo.
La primera ministra se refirió hoy a ese posible escenario como un "brexit lento". May descartó también que vaya a permitir una salida abrupta de la UE a no ser que el Parlamento, que ya descartó esa opción este mes, cambie de idea y apuesta por esa vía.
Fuente: Agencias