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Desafíos. El paro activo del 24 de enero puede ser el comienzo de la contraofensiva

Continuamos aquí las definiciones que expresamos en las notas sobre la situación nacional y los desafíos del PTS que publicamos en Ideas de Izquierda del domingo 24 de diciembre, que reflejan la elaboración colectiva de la dirección nacional del PTS. En este caso, se trata de las conclusiones de la reunión realizada el 28/12/23.

Viernes 29 de diciembre de 2023 21:37

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1. La Ley Ómnibus completa la ofensiva bonapartista

Si con el “Caputazo”, el Protocolo represivo y el DNU 70/23 habíamos definido que el nuevo gobierno configuraba un “intento bonapartista débil” para resolver por derecha la crisis orgánica, con la Ley Ómnibus (LO) enviada al Congreso para su trato en las sesiones extraordinarias que tendrán lugar durante el mes de enero, se completa el escenario de la “guerra de clases” lanzada por Milei y su gabinete. La LO suma una extraordinaria “delegación de poderes” que prácticamente vuelve decorativo al Congreso y un cambio en el sistema de elección de diputados que liquidaría la representación proporcional (y por lo tanto, a las minorías). De imponerse este plan, el bonapartismo sería pleno. Ya varios bloques del propio sector oficialista anticiparon su oposición a los aspectos más burdos (como la delegación de poderes prácticamente irrestricta).

Hay múltiples especulaciones de cuál sería el “plan” del gobierno: si es verdaderamente un plan a “todo o nada” (el mismo Milei amenazó con convocar a un plebiscito si el Congreso rechazara el DNU o la LO) o si calcula lograr que queden las partes más “sustanciales” además de las medidas económicas implementadas desde el “Caputazo”. De todos modos, la propia extensión temática de la LO la hace imposible de tratar en el mes establecido para las sesiones extraordinarias. Requeriría prórroga a febrero y ni siquiera así podría ser tratada seriamente.

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El salto inflacionario producto de la devaluación y la liberación de precios está en pleno desarrollo. Varios analistas señalan que ambas medidas han llevado a un freno fuerte en el consumo en las últimas semanas de diciembre, lo que a su vez podría actuar como contratendencia al aumento de los precios. Sin embargo, para los meses de verano vendrán los aumentos de tarifas del transporte y energía (algunas empresas piden aumentos de hasta el 350%).

Sobre esta base se desarrolla el ataque generalizado que representan el DNU 70 y la LO. La situación de conjunto ha aumentado el malhumor social y las críticas al gobierno. Comienzan a aparecer encuestas que muestran que la mayoría de la población considera que el país va “en dirección incorrecta”, cayendo la aprobación del gobierno a pocas semanas de haber asumido. La movilización a Tribunales del miércoles 27 de diciembre convocada por la CGT, organizada para que participen sólo los “cuerpos orgánicos” (hay muchas anécdotas de lugares de trabajo donde los sindicatos sólo convocaron a los delegados) y respetando hasta el ridículo el protocolo (circulación por avenidas que estaban casi desiertas), superó las expectativas de sus convocantes reuniendo a 20.000 personas en horario laborable. La propia convocatoria al paro nacional con movilización del 24 responde a este cambio del estado de ánimo en amplios sectores de la clase trabajadora, así como a las divisiones que se observan en el propio frente burgués (ver abajo) al que la burocracia de la CGT es muy “sensible”.

Cada vez se escuchan más votantes de Milei disconformes y críticos con el gobierno, aunque la mayoría de ese 56% que lo votó aún está a la espera de los “resultados”. Clarín, La Nación e Infobae están en una furiosa campaña pidiendo paciencia “a pocos días de haber asumido”, criticando a la CGT por el paro “más rápido de la historia” como si el “plan motosierra” no fuera una enorme provocación al pueblo trabajador y a múltiples sectores. Trabajan para estirar la paciencia.

Apostamos a que el paro con movilización del 24 de enero exprese en las calles esta bronca y descontento de millones afectados por la inflación, la recesión y la pérdida de derechos, que comience a liberar las energías de fuerzas sociales que se han encargado de adormecer lo más posible en estos años pero que ahora están provocando y puede “lograr” que despierten.

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2. Brechas en el frente burgués y el camino reaccionario de la negociación “sectorial”

En esta “guerra de clases” aún no hay bandos muy organizados. Si en el bando de los “agraviados” tenemos a las direcciones sindicales prestas a bajarse de la lucha a la primera oportunidad que se les presente de negociar “algo”, del lado del gobierno y las patronales hay muchas brechas. Sus medidas benefician claramente al capital financiero internacional y al conjunto del gran empresariado en lo que hace a los durísimos ataques antiobreros y antipopulares, pero en la LO aparecen beneficios más específicos al sector financiero internacional, minero y petrolero pero perjuicios a vastos sectores empresarios: aumento de retenciones a la industria automotriz y a sectores del campo (las aceiteras exportadoras publicaron un comunicado crítico, así como el poderoso Consejo Agroindustrial Argentino), cambios en la gestión de la industria petrolera, apertura de importaciones y aranceles a las industrias del azúcar y el limón, etc. Obviamente que estos sectores ahora perjudicados vienen de ser favorecidos por la devaluación.

Lo más peligroso desde el punto de vista de los intereses del pueblo trabajador, es que la LO abra negociaciones reaccionarias en el Congreso para modificar tal o cual artículo que afecta a determinado sector empresario mientras quedan muchos otros artículos, se instala el DNU que barre con múltiples derechos y conquistas históricas y se licuan los ingresos de los asalariados y cuentapropistas con la inflación. Por ejemplo, el gobernador de Neuquén ya anunció que el gobierno aceptaría modificar el artículo que da atribuciones al PEN que violan la Constitución del ‘94 que establecía a las provincias como autoridad de aplicación respecto a las explotaciones hidrocarburíferas. A este juego se presta no sólo parte de la coalición que sostiene a Milei (PRO, radicales, bloque “Federal” que preside Pichetto con la CC, peronismo federal, etc) sino también la burocracia de la CGT y los gobernadores peronistas. Por esto es clave lograr un polo independiente que se oponga con fuerza a que estos sectores utilicen el paro activo del 24 de enero para impulsar este plan de negociar un ajuste salvaje algo “moderado”, lo que sería una salida reaccionaria. El paro debe ser el primer paso para avanzar en una contraofensiva que derrote el “plan motosierra” de conjunto: ni DNU, ni leyes, ajustes, despidos o tarifazos contra el pueblo trabajador, ni protocolo represivo.

3. El paro con movilización del 24 de enero y la estrategia de la CGT

El gobierno lanzó una campaña con la consigna “yo no paro” mientras desde los medios oficialistas acusaron a la CGT del “récord” de convocar un paro nacional a 19 días de asumido el nuevo gobierno tras no haber convocado a ningún paro durante los 4 años del gobierno del FDT. En esos años, el peronismo gobernante incumplió todas las promesas que hizo de revertir el desastre del gobierno de Macri, en particular la caída de salarios y jubilaciones que superó el 20%. Desde la izquierda siempre criticamos duramente a la burocracia sindical de la CGT, las CTAs y las organizaciones sociales oficialistas (UTEP, CCC, Evita) por la complicidad con el gobierno de Alberto, Cristina y Massa subordinado al FMI. Estuvimos desde el primer momento en cada lucha, como en Guernica y todos los conflictos de esos años, mientras los dirigentes oficialistas los dejaban solos.

Daer y Moyano ya declararon que la intención del paro es que “la política” (es decir, el peronismo y las demás fuerzas parlamentarias patronales) “se haga cargo”, con lo cual dejan en manos de esas fuerzas aplicar el plan del FMI y abren la puerta a entregar más derechos y conquistas. Armando Cavalieri ya se reunió (¡el mismo día de la movilización a Tribunales de la CGT!) con la ministra de “Capital Humano” Sandra Pettovello para anunciar que está dispuesto a discutir en la paritaria del gremio de Comercio (el más grande de la Argentina) introducir el “fondo de retiro” (modelo UOCRA) para cambiar el régimen indemnizatorio. Daer lo defendió en la conferencia de prensa de la CGT, aunque separándose del “fondo de retiro”, mientras ninguneó a la Unidad Piquetera ante una pregunta del periodismo. Ya venían de no aceptar ni una foto con el bloque combativo que participó de la preparación de la movilización del 27 a Tribunales.

Los dirigentes sindicales peronistas son los mismos que bajo el menemismo aceptaron leyes de privatizaciones y flexibilización laboral a cambio de mantener el manejo de las Obras Sociales y negocios como las ART y las AFJP (jubilación privada). La mayoría son más empresarios que sindicalistas.

4. Tomar el paro activo del 24 en nuestras manos para que sea masivo y quiebre el protocolo represivo

No tenemos la más mínima confianza en esta burocracia. Llamamos a tomar el paro activo del 24 de enero en nuestras manos, no sólo para que sea realmente masivo sino para que defienda nuestro derecho a la movilización, quebrando el protocolo represivo de Bullrich y Milei con cortes de calle y rutas que se impondrán con la movilización de centenares de miles, y levantando un programa y una organización independientes. Apostamos a que en la propia movilización del 24 se exprese un masivo polo independiente de los sectores combativos y la izquierda.

Con la CGT y las organizaciones sociales que fueron parte del gobierno peronista, estamos por “golpear juntos” exigiendo la derogación del DNU 70 y de la LO, pero “marchamos separados” porque sabemos que su estrategia es negociar “algo” (para ellos) dejando pasar el grueso del ataque. Por esto planteamos una organización y un programa independientes para debatir en todas las instancias que se generen.

Ya se están convocando asambleas barriales en distintas ciudades y municipios. En los lugares de trabajo, los dirigentes de los sindicatos burocráticos seguramente no convocarán a ninguna deliberación o asamblea. En el mejor de los casos reunirán a sus delegados y pondrán micros. Pero la convocatoria al paro con movilización exige que se abra una amplia discusión en la base de la clase trabajadora, que viene desde hace años sin participar de ninguna medida de fuerza, y menos aún de una movilización masiva con un gobierno represor. Exijamos asambleas en todos los lugares de trabajo.

En cada municipio, en cada zona, en cada barrio, se puede organizar la preparación común entre trabajadorxs sindicalizadxs y precarixs, ocupadxs y desocupadxs, estudiantes, cuentapropistas y todos los agraviados del pueblo trabajador. En cada sindicato proponemos que se abran las puertas a los demás sectores y se convoquen reuniones de coordinación, asambleas abiertas o coordinadoras. En algunas provincias existen “multisectoriales” (como en Jujuy) que deberían convocar a encuentros o asambleas abiertas, con participación de las fuerzas políticas que defienden a los trabajadores y con independencia de los sectores patronales. Habrá dirigentes sindicales que se reivindiquen peronistas o incluso radicales, lo cual es lógico si estamos hablando de un movimiento verdaderamente masivo, pero esto no debe confundirse con dar lugar a que los propios partidos patronales como el PJ sean convocantes de instancias de este tipo. Son partidos de gobierno que vienen gestionando el estado al servicio de los empresarios, por más que hoy sean opositores. Con ellos tenemos en común que nos oponemos al DNU 70 y a la LO, pero no compartimos los objetivos: ellos quieren que sean los gobernadores y “sus” diputados y senadores los que negocien y vean qué parte de nuestras conquistas entregan.

Un desafío especial es organizar la bronca en aquellas zonas de las grandes ciudades, en particular en el Gran Buenos Aires, donde tiene mucho peso el trabajo informal y hay poca organización sindical, donde la derecha logró hacer pie pero hay numerosos sectores que son los más castigados por el ajuste. Las organizaciones piqueteras pueden jugar un papel muy positivo si impulsan asambleas abiertas y comunes de las distintas tendencias junto a organizaciones sindicales, estudiantiles y políticas (el FITU allí cuenta con concejales, en su mayoría docentes).

Es necesario convocar al movimiento de mujeres mostrando cómo la LO y toda la política del gobierno busca abrir el camino para cuestionar las conquistas de ese poderoso movimiento ganadas en años de lucha, mientras las pibas y las jóvenes de entre 14 y 29 encabezan las estadísticas de pobreza, como señala aquí Andrea D’Atri y denunció Myriam Bregman.

La juventud, pese a las vacaciones estudiantiles, está llamada a rebelarse contra este ataque redoblado a las condiciones de trabajo, a la educación pública, a la universidad gratuita (la LO establece el arancelamiento para estudiantes extranjeros). Ya empiezan a organizarse jóvenes en varias ciudades del país para movilizarse junto a los trabajadores y sectores populares. Los movimientos culturales que ya existen pueden desplegar toda su creatividad al calor de una lucha masiva y en las calles, como nunca han visto en su vida. Se va a empezar a quebrar el “encanto” que generó la aventura libertaria entre los más jóvenes (sobre todo varones), pero no puede ser de la mano de quienes buscarán nuevas conciliaciones con sectores empresariales (como Grabois o Kicillof) sino retomando las tradiciones de lucha en las calles y perspectiva socialista que tuvo la generación del Cordobazo, sacando lecciones de sus potencialidades y errores. Cada joven trabajador, trabajadora o estudiante que se organice y luche en el verano, se multiplicará por centenares o miles dentro de pocos meses.

5. Un programa independiente que parta de defender salarios, jubilaciones y cada puesto de trabajo, exigiendo que la crisis la pague el poder económico y romper con el FMI

En cada asamblea es necesario comenzar a discutir un programa que parta de plantear “abajo el DNU y cualquier ley contra el pueblo trabajador”, para cerrar el camino a negociaciones reaccionarias. “Por aumento de emergencia de salarios, jubilaciones y los ingresos de cuentapropistas (como fue el IFE) para que no pierdan frente a la inflación. No a los tarifazos”.

Hay que rechazar los despidos de contratados en el estado o de cualquier empresa que cierre o despida, que castigan a lxs que trabajan por la fiesta de los ricos y poderosos (ahí se fueron los fondos fiscales, en el pago de la deuda). Pase a planta permanente. Ocupación y puesta en funcionamiento bajo gestión obrera de toda fábrica que cierre o despida masivamente, siguiendo los ejemplos de Zanon y Madygraf (que son parte de los movimientos de lucha).

Frente a las remarcaciones de precios, exigimos el congelamiento inmediato y que se abran los libros de contabilidad de las grandes empresas alimenticias para que el pueblo pueda ver sus fabulosas ganancias. Expropiación bajo control de sus trabajadores de toda empresa que especule con el hambre del pueblo.

Los grandes empresarios siguieron ganando durante todos estos años. El capital financiero y el FMI nos cobran deudas que fueron una estafa para financiar la fuga de capitales. Que la crisis la paguen ellos, el poder económico. Fuera el FMI.

6. Llamado especial a las demás organizaciones del FITU y sectores combativos

La movilización del 20 de diciembre, primer desafío en las calles al gobierno de Milei y el protocolo de Bullrich, mostró un bloque común de las organizaciones piqueteras y sindicales combativas, junto con la izquierda y organizaciones de DDHH pertenecientes al Encuentro Memoria, Verdad y Justicia.. En la movilización de la CGT el 27 en Tribunales, ese mismo bloque marchó exigiendo un paro nacional y plan de lucha. Ahora nos proponemos continuar y fortalecer esa unidad en la acción y ese polo político independiente de las direcciones sindicales y sociales ligadas al FDT/UxP en la preparación de las movilizaciones del 24 en todo el país, en las propias marchas y con posterioridad al paro.

Construyendo la unidad combativa desde abajo, promoviendo asambleas, coordinadoras o toda instancia de unidad obrera y popular a nivel zonal, regional o provincial, con un polo que levante un programa independiente y que movilice masivamente el 24 de enero, podemos impulsar un gran Encuentro o Plenario Nacional combativo para febrero, que permita multiplicar la voz de los sectores independientes de la burocracia sindical. Ese encuentro podría funcionar en un gran estadio o cancha de fútbol, para potenciar la organización desde abajo y un programa para que la crisis la paguen los grandes empresarios.

7. Un verano excepcional

Este no será un verano “normal”. La preparación del paro con movilización del 24 de enero exige que pongamos toda nuestra energía en organizar reuniones, volanteadas, pintadas, jornadas de debate y coordinación. El PTS publicará un volante nacional y todo tipo de materiales y actividades regionales y locales. Cada asamblea barrial o reunión de coordinación deberá producir sus propios materiales y consignas para instalar el debate de forma masiva, preparando una gran movilización con todos los cortes de calles y rutas que sean necesarias para garantizarla. La Izquierda Diario ya viene reflejando todo el proceso de cacerolazos y asambleas que se está desarrollando y apostamos a que se multiplique. Cada persona puede ser cronista de la lucha. Mucha militancia ya está postergando sus vacaciones. El gobierno y las patronales apuestan a los efectos desmovilizantes de los meses de verano. Démosles una sorpresa.