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Red Internacional
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Megaminería. El peronismo del futuro es con más extractivismo

Este fin de semana fue el acto “El peronismo del futuro”. Convocado por Anabel Fernández Sagasti, reunió a representantes de los socios que integran el Frente de Todos. En conferencia de prensa, Sergio Uñac junto a Fernández Sagasti y Wado de Pedro, defendió la megaminería como plan de gobierno. En este artículo la mentira de la generación de empleo y una propuesta desde la izquierda.

Lunes 23 de mayo de 2022 00:00

Este sábado fue el acto “Peronismo del futuro” convocado por el PJ de Mendoza que reunió a representantes de los socios que integran el Frente de Todos. Encargados de la conferencia de prensa estuvieron Anabel Fernández Sagasti, Wado de Pedro y Sergio Uñac, gobernador de San Juan. Este último puso como ejemplo de plan de gobierno la megaminería a cielo abierto que se realiza en la San Juan, conocida por los derrames tóxicos más grandes de la historia de Argentina, pidió al pueblo de Mendoza rever su defensa del agua pura.

"¿Qué es lo que hemos hecho en San Juan, que no es ejemplo de nada, pero que es un camino para mirar? Hemos salido de esta antinomia minería sí o no con mucho apoyo del Gobierno nacional y también conversando con Anabel en la campaña pasada” dijo Uñac.

Posteriormente insistió en dejar clara su postura respecto a lo que debería hacer Mendoza en relación a la industria minera: “Es un debate que hay que dar. Lo aconsejo humildemente. Lo que está pasando esta mañana en este auditorio [el Encuentro Peronismo Futuro] es discutir los problemas reales de la sociedad. Y lo que está empezando a hacer Mendoza, por lo que me comentó Anabel, es discutir una pata de la economía que es importante”, concluyó.

El gobernador hace referencia al debate impuesto en agenda desde arriba, el gobierno nacional con la “Mesa Nacional sobre Minería Abierta a la Comunidad” y el gobierno provincial con la “Cumbre de Metalmecánica y Minería”. Se suman los medios de comunicación que difunden la agenda minera. Ya lo confesó el ministro de ambiente Juan Cabandie: “la deuda con el FMI no se paga sin contaminación”.

Los gobiernos nacional y provincial son responsables de la crisis que atraviesan las familias trabajadoras con salarios de pobreza, inflación y desocupación. Además pretenden profundizar el ajuste, el saqueo y la dependencia, merced del cogobierno con el FMI, de la mano de la megaminería. No es un dato novedoso, ya intentaron en 2019 tirar la ley guardiana del agua, la 7722, en un pacto entre el PJ de Sagasti y el radicalismo de Suarez. Fracasaron por la masiva resistencia del pueblo mendocino en las calles. En esa oportunidad el régimen político y el lobby minero salieron derrotados pero no vencidos, por eso en estos días han redoblado la ofensiva, esta vez prometiendo “crecimiento económico y trabajo”.

Promesas incumplidas

Desde estos sectores se viene impulsando fuertemente una campaña demagógica sobre la supuesta solución al problema de la pobreza y el desempleo de la mano de la megaminería. La ofensiva la realizan en un contexto de crisis que atraviesa el pueblo trabajador donde más del 40% de la población de Mendoza está bajo la línea de pobreza, el 7% no puede acceder a un empleo y 100 000 personas tienen trabajos sin derechos como jubilación, obra social, etc.

Hay que ser claros en este punto: la megaminería no genera empleo genuino, no resuelve los problemas económicos de la provincia y además deja tras de sí contaminación y mayor dependencia. Si comparamos los ingresos salariales generados por la minería metalífera, no metalífera e hidrocarburífera entre Mendoza y San Juan podemos concluir que los salarios en Mendoza, donde estas actividades se realizan de manera tradicional (extrayendo los materiales de la roca sin necesidad de usar enormes cantidades de agua con tóxicos ni explosivos), son casi 4 veces más grandes que en San Juan donde estas actividades las llevan a cabo multinacionales como Barrick Gold a través de megaminería.

Por otro lado, si intentamos analizar los niveles de pobreza en las provincias que extraen minerales con esta técnica contaminante con el del resto de las provincias encontramos que allí donde se instalan las multinacionales extractivistas de la mano de los gobiernos son aquellas donde índices de pobreza, crisis habitacional y crisis educativa son mayores, como en Catamarca. Esta es la denuncia histórica que se realiza desde las asambleas socioambientales: el mapa de la desigualdad en Argentina es el mismo que el del extractivismo.

Según la CEPAL, la minería y el petróleo es la actividad económica que menos empleo genera. A esto hay que agregar que en general esta actividad genera empleo por cortos periodos de tiempo, dejando atrás un tendal de desocupados además de saqueo y contaminación como ocurrió con la Minera Vale en Malargüe.

Además, contra lo que intenta instalarse, la megaminería (que es la única actividad minera que queda prohibida gracias a la 7722) genera ínfimas regalías, incluso menores que la extracción hidrocarburífera. Puede observarse en el siguiente gráfico, que compara las regalías generadas por la minería tradicional en Mendoza (basadas principalmente en la extracción hidrocarburífera), con las regalías generadas en San Juan, basadas en la minería a cielo abierto. ¿El resto de las ganancias? se fugan a las casas matrices de las multinacionales megamineras que son de Canadá, EE.UU, Suecia, etc. Esto nos hace preguntar ¿Quiénes son los beneficiarios de esta matriz productiva?

Esto es así porque esta actividad no paga la mayoría de impuestos nacionales, como el IVA, ganancias, renta mínima presunta, bienes personales, combustibles, cheques, aduanas, ya que está exenta o puede deducirlos, de acuerdo a lo establecido en la Ley Nacional 24.196 promulgada durante el menemismo.

Los antecedentes de esta ley provienen de la dictadura y de su emblemático ministro de Hacienda, José Alfredo Martínez de Hoz, quien, en sus “Bases para una Argentina Moderna 1976-80”, afirmaba: “La minería ha sido una actividad permanentemente incomprendida y generalmente no alentada en el país. Durante el período 1976-80 la política minera tuvo el objetivo fundamental de cambiar tal mentalidad, procurando la eliminación de las restricciones para explorar, explotar y comercializar la producción de minerales".

Desde entonces a simple declaración jurada se llevan los minerales e incluso tienen sus propios helipuertos como en Catamarca, donde la pobreza asciende al 45% de la población. Esto conlleva la posibilidad de que se hagan declaraciones falsas como la que se descubrió de la minera “La Alumbrera” donde se declaraba la extracción de 3 minerales mientras que una investigación de Alcira Argumedo con geólogos de la Universidad Nacional de Tucumán, descubrieron en total 23, entre ellos tierras raras que se usan también en la carrera armamentista.

Como dijo Nora Moyano, activista de la asamblea de Las Heras por el agua pura “a este libreto lo diseñó el Banco Mundial para legislar e impulsar la actividad en los países del sur global. Desde el riojano Ángel Masa (secretario de Minería del gobierno de Carlos Menem, impulsor de las “reformas”) hasta Matías Kulfas, una larga lista de funcionarios grises asumen como “misión de estado” preservar y justificar los intereses del capital minero transnacional, aún a costa de la represión de sus poblaciones”.

Otro de los slogans mentirosos del gobernador de San Juan es “minería responsable”: “entonces lo que estamos haciendo es minería responsable sí y minería irresponsable no. Hemos detenido proyectos por 60 días hasta que actualizan la reingeniería de la Mina Veladero, por ejemplo". Hace tan solo una semana la asamblea de Jáchal denunció que esa misma minera es responsable de un nuevo derrame. Tomando como base los datos oficiales que se consiguieron luego de los análisis que se realizaron en el mes de febrero de 2022. Los altos porcentajes de Mercurio, Manganeso y Aluminio, comparados con los de septiembre de 2015, son enormemente mayores

Una propuesta frente al desempleo

Después de intentos fallidos de tirar la ley 7722 para darle vía libre a estos negocios, de intentar avanzar con la zonificación minera en Chubut y de instalar las petroleras off shore en mar argentino, el régimen político provincial y nacional se proponen conquistar una hegemonía que haga posible su sueño de reprimarización de la economía para pagar deudas y sacar su tajada. Para eso tienen que derrotar un potente movimiento ambiental que ha resistido y detenido estas ofensivas: con ese fin en las últimas semanas se vienen realizando reuniones y actos con distintos sectores del empresariado minero, representantes de las burocracias sindicales y también de organizaciones que se dicen ambientalistas como Jóvenes por el Clima. Esto último es fundamental para conquistar una voluntad colectiva que no se exprese en las calles y deje de enfrentar “el progreso” para lo cual también se viene comprando espacio publicitario en medios hegemónicos para difundir estas falsas promesas.

El cinismo de prometer falsas soluciones a problemas que son responsabilidad del mismo régimen y del empresariado no tiene límites. Ya la explotación del petróleo y el gas demuestra que las promesas de mejoras y progreso son una falacia. Desde el propio gobierno se publicita a Mendoza como la cuarta provincia productora de petróleo en Argentina. Al mismo tiempo, según el Ministerio de Economía y Energía está programado que YPF realice una perforación exploratoria piloto de crudo extrapesado en Vaca Muerta. Desde el mismo organismo se asegura que Mendoza tiene toda la cadena productiva integrada, desde la exploración hasta el transporte, y que cuenta con una refinería que es una de las más tecnológicas del país, con enorme capacidad.

Sin embargo, los datos preliminares que arroja el último censo son terribles: tres de cada 10 hogares no tienen gas natural. De hecho según datos oficiales de extracción de petróleo de la Secretaría de Energía de la Nación de la parte mendocina de la cuenca hidrocarburífera neuquina (o sea, Malargüe), fueron extraídos 62,6 millones de m3 de petróleo, que equivalen a 34.454 millones de dólares. Pero esos dólares no fueron a escuelas, trabajo genuino, industrialización o salud. Entonces, ¿con qué criterios se distribuye? ¿Para quiénes se produce energía? ¿Qué soluciones hay para el pueblo trabajador que tiene que enfrentar el invierno buscando una garrafa social o directamente calefacción a leña? ¿Al servicio de quienes están esas ganancias?
El problema son los intereses que representan estas políticas y a favor de qué sectores sociales se piensan.

Para salir de la trampa mortal de este sistema que solo ofrece optar entre ser pobre o dejar la vida trabajando y donde al mismo tiempo los responsables quieren convencernos de cambiar agua por empleo, quienes defendemos los bienes comunes y el ambiente tenemos que proponer respuestas a este debate.

Desde la izquierda se plantea la reducción de la jornada laboral a 6 horas, 5 días a la semana y repartir las horas de trabajo entre ocupados y desocupados. Con un salario mínimo igual a la canasta familiar y que se actualice por inflación. Esto solo lo vamos a conquistar afectando los intereses capitalistas a quienes los gobiernos defienden con estos proyectos. La tecnología actual lo permitiría, pero está puesta sólo en función de los intereses de la clase explotadora y no de las necesidades de las grandes mayorías. Hoy, por ejemplo, aplicando esta medida solamente en las 12.000 empresas más grandes del país, se podrían generar 1 millón de nuevos puestos de trabajo.

No se trata de un discurso de sustentabilidad, ni de negociar un punto más o menos de retenciones o impuestos, para que siga como si nada el saqueo y que los pocos dólares que se recauden, encima, vayan directo al FMI. Hay que luchar por nacionalizar todos los recursos naturales bajo control de las y los trabajadores y las comunidades. Hay que ligar la lucha por la defensa de los bienes comunes a las de la salud, educación, trabajo, vivienda. Hay que decir NO AL FMI y sus políticas, no al pago de la fraudulenta deuda externa, hay que enfrentar a los grandes capitalistas.
Hay que pasar de la resistencia a una planificación democrática de la producción, la circulación y el consumo.

Tenemos que conquistar la voluntad colectiva de quienes sufrimos el sobreempleo o la subocupación, que somos los mismos que nos quedamos sin agua en verano, asistimos a los hospitales y las escuelas públicas desfinanciados, respiramos el aire contaminado de los basurales que los gobiernos instalan a la vera de barrios populares. Tenemos que pelear por ser nosotros y nosotras quienes decidamos qué industria de minerales necesitamos, para quienes va a estar puesto el fruto de ese trabajo humano. Tenemos que pelear por la nacionalización bajo gestión obrera de la extracción de bienes que tienen que ser comunes y de la energía y que todes pasemos el invierno. Conquistar el reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados para liberar la potencialidad humana y así hacer posible una planificación racional y democrática de toda la producción. Tenemos que ser quienes debatamos democráticamente y decidamos cómo tiene que ser la agroindustria para terminar con el hambre de las familias trabajadoras, en armonía con el ambiente.