Una primera lectura del plan de Milei para desfinanciar todas las áreas públicas de la cultura y entregarlas a su destrucción por las "leyes del mercado”. Cierre del Instituto Nacional del Teatro y del Fondo Nacional de las Artes, vía libre para demoler teatros en favor de la especulación inmobiliaria, liberación de los precios de los libros hasta volverlos incomprables, destrucción del cine nacional e independiente en favor de las plataformas multinacionales y grandes productoras.
Violeta Bruck @Violeta_Bk
Cecilia Rodríguez @cecilia.laura.r
Jueves 28 de diciembre de 2023 01:23
Luego de una enorme movilización de trabajadores, que desafiaron no solo el protocolo de Bullrich sino también la infinita paciencia burocrática de la CGT y las CTAs, el gobierno de Milei redobló su apuesta y envió al Congreso la famosa “Ley ómnibus”, que complementa el ya voluminoso DNU con otra extensa serie de ataques a las mayorías trabajadoras del país.
Entre los puntos más escandalosos, el proyecto de ley establece que una reunión o manifestación de tres o más personas puede considerarse una “asociación ilícita”, permite el ingreso de fuerzas armadas extranjeras sin permiso del Congreso y busca convertir a la protesta social en un delito no excarcelable. Además avanza en la privatización de las empresas públicas y en la destrucción o flexibilización de miles de puestos de trabajo. Por eso Myriam Bregman comentó “el que vota esto, vota dictadura”.
Para todas las áreas de cultura que vienen arrastrando una década de crisis, la perspectiva propuesta es de tierra arrasada. Apenas se conoció el texto de la ley, los grupos de intercambio de artistas y trabajadores de la cultura se volvieron un hervidero y comenzaron a circular los primeros comunicados de repudio.
Hay recortes presupuestarios y cierres de importantes organismos con el objetivo de que sean definitivamente solo las empresas privadas las que definan qué cultura se produce y circula en el país.
Aquí ofrecemos una primera lectura, provisoria, de los puntos salientes del proyecto de Ley en relación con la cultura nacional.
Cierres del INT y el FNA
Libros NO, bibliotecas tampoco y menos música
Ataque al cine nacional e independiente
¿El apagón cultural?
Como se ve, se trata de un ataque en toda la línea que, de imponerse, destruye definitivamente toda las políticas públicas para cultura. Se pasaría de una crisis crónica y un ajuste en continuidad desde el gobierno de Macri y el de Alberto Fernandez, a un verdadero “apagón” del sector.
No solo pretenden que las mayorías trabajadoras trabajen en largas jornadas diarias, o haciendo doble trabajo, flexibilizadas y sin derecho a protestar, sino que además pretenden restringir al máximo cualquier acceso al disfrute, el entretenimiento, el pensamiento y la creatividad, convirtiendo al arte y la cultura en “lujos” y negocios para unos pocos.
Afortunadamente, la coordinadora “Unidxs por la cultura”, que nuclea a importantes asociaciones y colectivos de artistas, comunicadores y trabajadores de la cultura de la ciudad de Buenos Aires y varias provincias del país, no esperó a los anuncios y comenzó a reunirse a días del balotaje para organizar la resistencia.
Amparada en la lucha ya librada exitosamente contra el primer intento de Macri de recortar los fondos de fomento al teatro, cine, bibliotecas populares y medios comunitarios, la coordinadora redobla ahora la apuesta: ya se movilizó el 20 de diciembre contra el protocolo antipiquetes y este miércoles 27 contra el DNU y para exigir paro nacional a las centrales sindicales. Es de esperar que propongan nuevas asambleas y medidas de lucha para enfrentar esta incursión bélica en el terreno de la cultura nacional.
Violeta Bruck
Nació en La Plata en abril de 1975. Prof en Comunicación Audiovisual (egresada UNLP). Miembro de Contraimagen, realizadora de los documentales Memoria para reincidentes y La internacional del fin del mundo