La Legislatura de Neuquén aprobó durante la sesión de este miércoles la ley de presupuesto provincial para el año 2024, acordada en el marco de la transición entre el gobernador saliente y el entrante. Mientras las petroleras la levantan en pala, las necesidades de las mayorías se siguen postergando.
Miércoles 29 de noviembre de 2023 21:19
El gobernador actual, Omar Gutiérrez, y quien lo sucederá a partir del 10 de diciembre, Rolando Figueroa, acordaron el presupuesto en la mesa de transición luego de la derrota histórica del MPN. El gobierno cambia, pero los intereses que representa, no.
En el mensaje de elevación, el ejecutivo actual celebra una vez más los récords de producción de gas y petróleo proveniente de Vaca Muerta. “El año 2023 quedará grabado en la historia como un punto de referencia crucial en la producción de hidrocarburos”, sostiene.
Que el 2023 fue histórico para las petroleras, que facturan miles de millones de pesos por día, no caben dudas. Pero mientras tanto aumentó la indigencia, es decir el porcentaje de la población que no llega siquiera a cubrir la canasta alimentaria. En el primer semestre del año, tanto la indigencia (6,8%) como la pobreza (34,3%), se mantuvieron por encima de los niveles pre-pandemia (4,4% y 28,6% respectivamente, en el segundo semestre de 2019).
El crecimiento económico existe, pero contrasta con los problemas estructurales del pueblo trabajador. Cada vez es más difícil acceder a la vivienda. Hace falta construir escuelas secundarias en todo el territorio provincial. Los problemas edilicios llevan a la suspensión de clases todos los días, y no hay mantenimiento. Los refrigerios son miserables, y cada vez más pibes van sin comer a la escuela. Los hospitales no cuentan siquiera con los insumos mínimos necesarios para dar un tratamiento digno a la población. El presupuesto 2024 no va a resolver ninguno de los problemas urgentes de la población, y en algunos casos, los profundizará.
Dibujo y ajuste
La pauta inflacionaria del proyecto de presupuesto provincial es la misma que la enviada por el ejecutivo nacional al Congreso: un 69,5% interanual. Imposible tomarla en serio, cuando para 2023 la proyección en el presupuesto era un 60%, y en octubre la inflación interanual alcanzó el 142%.
Aún si tomamos la fantasiosa inflación del 69,5%, y comparamos el presupuesto 2024 con los créditos vigentes para el año 2023 (es decir, el presupuesto actualizado), encontramos que prevén recortes en áreas sensibles como Asistencia Social (-10,19%), Seguridad Social (-26,36%), Vivienda y urbanismo (-17,22%) y Ecología (-14,91%). Si, en cambio, tomamos una inflación promedio para estimada por el Ministerio de Economía de Nación para el 2024 (de 97,34%), los recortes en dichas áreas son de -22,86%, -36,75%, -28,90% y -26,91%, respectivamente.
Pero además, con una inflación promedio de 97,34%, estaríamos ante un recorte del -9,49% en educación y cultura, y de -16,40% en salud. Se trata de dos de los problemas estructurales más exacerbados en los últimos años. Las escuelas se caen a pedazos, y todos los días se suspenden clases por problemas de infraestructura. Por otra parte, los hospitales cada vez cuentan mayores faltantes de insumos para garantizar el acceso a la salud.
En el caso de vivienda y urbanismo, mientras la provincia atraviesa una grave crisis habitacional, con los alquileres por las nubes y con cada vez menos oferta de alquileres permanentes, el ajuste ya empezó. Hasta septiembre de 2023, el gobierno solo llevaba ejecutado un 48,45% del presupuesto vigente. Se trata de una de las áreas con mayor subejecución del presupuesto (muy por debajo del 63,46% promedio).
Otra vez subrayan que se trata de un presupuesto con perspectiva de género en forma transversal. Hablan de 834 programas de 33 organismos del Estado, un monto total destinado a reducir desigualdades de género de $247.470 millones (un 13% del gasto total de la provincia). Pero no queda claro, al igual que años anteriores, cuáles son los recursos asignados y cuáles son los programas específicos que van a dar respuestas concretas a la situación de las mujeres de la provincia.
En el ítem de erradicación de la violencia el proyecto de presupuesto habla de programas de prevención y promoción, que pueden ser correctos pero no podemos saber cuántos de esos recursos totales se van a asignar para un plan concreto para atender, asistir y paliar las situaciones de violencia.
De conjunto, al subestimar la inflación, el presupuesto proyecta ingresos y gastos a la baja, lo que permite al ejecutivo readecuar el presupuesto sobre la marcha en el transcurso del año.
El incremento de la deuda
Desde 2013 prometieron que con Vaca Muerta se iban a llenar las arcas del estado y, por supuesto, nos íbamos a desendeudar. Sin embargo, cada año el gobierno emite nueva deuda, en particular para pagar la deuda en dólares tomada en los años 2016 y 2017. Si tomamos la inflación del 69,5%, los vencimientos de deuda del año 2024 se incrementarán en un 21,52%. Aún si utilizamos la inflación promedio de 97,34%, lo que se destine a pagar deuda pública aumentará un 4,38% entre un año y otro. Es decir que, mientras ajustan en vivienda, aumentan lo destinado a pagar a los acreedores de una deuda que nunca se supo a dónde fue a parar.
Rechazamos el presupuesto de Gutiérrez - Figueroa. En el contexto del ajuste brutal que prepara el gobierno electo de Milei - Villarruel - Macri, es necesario un plan de lucha de las organizaciones sindicales y sociales contra los ataques que se vienen y para imponer un programa acorde a las necesidades del pueblo trabajador: un verdadero plan de emergencia habitacional, la construcción de escuelas y el financiamiento del sistema de salud, los fondos que requiere un plan de emergencia contra la violencia hacia las mujeres. Para eso, es necesario desconocer e investigar la deuda pública, e imponer un impuesto especial a las petroleras, que hoy nos saquean y apenas dejan migajas de regalías.