Los conservadores (tory como se los llama en Reino Unido), partido del primer ministro británico Boris Johnson, lograrían la mayoría absoluta en las elecciones generales celebradas este jueves en el Reino Unido. Obtendrían 368 escaños, según el sondeo a boca de urna de las cadenas BBC, ITV y Sky.
Diego Sacchi @sac_diego
Jueves 12 de diciembre de 2019 21:53
La encuesta, realizada por la firma Ipsos-MORI, se hizo en 144 circunscripciones británicas y fue divulgada por las principales emisoras al cierre de los colegios electorales.
De confirmarse ese resultado, o uno cercano, Johnson obtendría la mayoría absoluta en el Parlamento, superando la mitad más uno del número de escaños que componen la Cámara de los Comunes (baja) del Parlamento de Westminster, necesita 326 escaños.
Según la misma encuesta el Partido Laboristas, que lidera Jeremy Corbyn, conseguiría 191 bancas perdiendo unas 70, si se compara con la elección de 2017. De las otras fuerzas en la disputa electoral, los pro europeos del Partido Liberal Demócrata obtendrían 13, mientras que el Partido Nacionalista Escocés (SNP) se quedaría con 55 llevandose casí el total de las 59 que corresponden a ese país en la Cámara.
De confirmarse los datos en el recuento final, el líder de los tory lograría una gran victoria que dejaría el camino libre para avanzar en su propuesta de Brexit. Johnson basó su campaña en la promesa de ejecutar el "brexit", o salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), en el calendario fijado del 31 de enero de 2020. Además, el resultado, sería la mayoría absoluta más importante para el Partido Conservador desde 1987, año en que Margaret Thatcher consiguió 376 diputados.
Del otro lado, el Partido Laborista estaría ante la peor elección desde 1935. El resultado sería una importante derrota para Jeremy Corbyn, cuyo liderazgo al frente de los laboristas vienen ssiendo cuestionado por el ala derecha de ese partido.
Sin embargo el Laborismo logró conquistar a nuevas generaciones de jóvenes que se sumaron en miles a hacer campaña en las zonas consideradas “marginales” (con poca diferencia de votos entre conservadores y laboristas). Organizados en grupos de chat en redes sociales y afilando los discursos de la campaña mediante foros de formación a través de internet, desde que se anunciaran las propuestas electorales, de Corbyn, un verdadero ejército de jóvenes salió a conquistar el voto. Un dato que mostraba ese apoyo entre sectores de la juventud es que en las elecciones de 2017, el 66 % de los votantes de 18 y 19 años y el 55 % de los treintañeros se inclinaron por el laborismo.
Sin embargo el sistema electoral británico tiende a favorecer la diferencia a favor de los conservadores. En el Reino Unido se votan los diputados que representarán en el parlamento a cada una de las 650 zonas electorales en que se divide el Reino. Cada zona es una verdadera batalla que se define por el sistema que permite al que gana la zona llevarse el escaño. El que pierde, aunque sea por un voto, se queda sin nada.
En una campaña polarizada, donde Johnson se centro en aprovechar los sectores de la población que apoyan el Brexit, barriendo incluso al ultranacionalista del Partido del Brexit, de Nigel Farage.
El resultado aunque amplio no garantiza un futuro simple para Boris Johnson. Aún con una cómoda victoria Johnson, que le permitiría aprobar sin dificultades el acuerdo del Brexit que alcanzó con Bruselas, seguirá abierta la incógnita de lo que vendrá en los siguientes meses. El sector euroescépticos que ha contribuido a su victoria seguramente presionará contra cualquier concesión a Bruselas durante las negociaciones del futuro tratado comercial, augurando una difícil situación.
El actual Primer Ministro aseguró en varias ocasiones que ante una ruptura dura con la Unión Europea, la posibilidad de un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos traería una solución para la economía británica. Lo cierto es que más allá de la simpatía que pueda tener el presidente Donald Trump con el británico esta situación es algo que preocupa a los grandes capitalistas británicos que gozan de una relación privilegiada con el bloque europeo, al que se dirige gran parte de sus exportaciones, para no hablar de la City de Londres que ha oficiado de principal plaza financiera de la UE.
El otro foco de conflicto es Escocia. El Partido Nacional de Escocia (SNP, en sus siglas en inglés) se ha convertido en una poderosa tercera fuerza en Westminster con 55 diputados. Desde la formación liderada por Nicola Sturgeon aseguraban, a poco de conocerse los primeros resultados, que si avanza el Brexit también habrá un nuevo referéndum independentista en Escocia, donde la mayoría de la población apoya mantenerse dentro de la Unión Europea. El enfrentamiento territorial se recrudecerá en el Reino Unido.
La cuestión irlandesa es otro nubarrón en el cielo del Gobierno británico. Se abre la posibilidad de la unidad entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte, dado que el acuerdo que Johnson quiere firmar con la UE implica que ambas partes de la isla estarían sujetas a un mismo sistema regulatorio. Esto ha llevado a los irlandeses pro-británicos organizados alrededor del partido Partido Unionista Democrático ha denunciar que Johnson ha roto su promesa de que no negociaría una salida de la UE que implicara una frontera entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido. En suma, la integridad política del Reino Unido también se decide en estas elecciones.
En suma, la apuesta de Johnson a la polarización confirmó que la misma es una estrategia útil para ganar elecciones. Queda por ver si el británico puede sortear la suerte de otros gobierno, como el de Trump o Bolsonaro, que apostando a lo mismo no lograron asegurarse una hegemonía suficiente para lidiar con los desafíos y el descontento de amplios sectores.
Diego Sacchi
Nacido en Buenos Aires en 1977, militante del Partido de Trabajadores Socialistas desde 1994. Periodista, editor en la sección Internacional de La Izquierda Diario y columnista de temas internacionales en el programa de radio El Círculo Rojo.