Mendoza. "En Malargüe hay organizaciones, comunidades y vecinos que se plantan y objetan la megaminería"

- Ojeda tiene una intención pro minera marcada y no lo oculta

- Desde el sur no sorprende demasiado este nuevo intento de avanzar con la megaminería. No porque el intendente no se anime a hablar, ya que el intendente del departamento está a favor de la minería y no titubea, lo dice abiertamente, sino porque roza lo inconstitucional; es una aberración legal podría decirse. En este contexto, así como sucede con el proyecto El Azufre, este intento es otra muestra que el intendente no tiene ningún tapujo de someter los bienes comunes al poder económico. Contamos con valles de altura con valiosos humedales, arroyos, ríos o lagunas que son puestos en riesgo por tales intereses.

- Sin embargo no está solo...

- Ojeda es consecuente con los poderes con los que articula, con aquellos poderosos con los que cogobierna. Cuenta con aliados como el estado provincial, la Cámara de Comercio de Malargüe, gremios pro patronales como la UOCRA que convoca espacios de discusión muy violentos para quienes no estamos a favor de la minería.

Y ese programa estatal tiene otra amplificación de voces, respecto de quienes no apoyamos la minería. En este plano, nosotros discutimos el supuesto consenso social que tendría en Malargüe la megaminería: hay organizaciones, usuarios del ambiente, comunidades, vecinos, militantes y activistas que se plantan y la objetan.

Tampoco hay grieta entre los partidos patronales. En 2014, cuando se discutió Hierro Indio y Cerro Amarillo, no había grieta entre peronistas y radicales; tenían un consenso absoluto de lo que había que hacer. Esas luchas fueron testigo. Hoy, detrás de este empuje actual de tumbar la 7722 está nada más ni nada menos que la Yamana Gold que quiere avanzar en la zona con proyectos.

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- ¿Como ves el pulso de la gente en Malargüe?

- Respecto de la postura de la sociedad malargüina es paradigmática porque el departamento ha tenido la minería como parte de todo su desarrollo, es más las grandes luchas históricas obreras se han desprendido de los trabajadores mineros, como fue la Marcha del Hambre o el malarguinazo: en este plano, la minera se ganó la simpatía de mucha gente, eso lo tenemos que entender.

Sucede aquí y es un debate que debe darse, que cambió el perfil de la minería; ya no hablamos de minería en aquellos términos. En este contexto, con tantos años de crisis hídrica, la gente ha empezado a entender el valor del agua, porque además el departamento también hoy vive del turismo y demás actividades.

La discusión no es minería si, minería no, sino que modelo de minería queremos tener. Mucha gente entiende que la mega minería no funciona, de triste ejemplo disciplinador esta Jáchal.

El poder diferencial es la amplificación de las voces: el gran poder económico a la hora de difundir la mega minería es muy grande, así todo no han logrado el consenso social. La realidad es que los proyectos mineros o de este tipo son promesas de campaña, pasó con VALE, con las explotaciones de YPF, con Hierro Indio, Cerro Amarillo, con Portezuelo y pasa con las promesas de tumbar la Ley 7722 para que se desarrolle la minería. De fondo sucede que cambian cotizaciones internacionales y los proyectos se abandonan y la sociedad malargüina también ha comenzado a entender que hay recursos mucho más sustentables y menos depredatorios.

Este nuevo intento para tumbar la 7722 es parte de un tribuneo victimizador de Ojeda en vistas a su reelección en 2023. Está haciendo un uso político de la necesidad de la gente. Hay una crisis social y económica sin precedentes. Pasó la pandemia, han pasado gobiernos peronistas y radicales y ha quedado el hambre como moneda corriente de una enorme cantidad de trabajadores: se recibe por escándalo el presupuesto municipal más alto de la provincia en relación a la cantidad de habitantes y de eso se han valido los gobiernos para hablar de minería como una salvación social.

Con una situación socioeconómica muy mala, proponer a la minería como salvadora natural de la clase trabajadora no deja de ser atractivo para las familias que necesitan mejorar sus condiciones actuales.

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- Ellos tienen los tanques mediáticos de su lado y van generando acuerdos simbólicos, gente que no está muy convencida y la memoria de la minería tradicional

- Es muy claro eso; hoy no solo existe un cerco mediático, sino con más consenso un gran cerco político. Nosotros en 2014 teníamos al frente dos proyectos mineros como Cerro Amarillo y Hierro Indio. En aquel entonces, junto a compañeros ambientalistas, asambleas y diferentes personas, discutimos ese proyecto y frente a los consensos patronales, pudimos junto con Noelia Barbeito, en el seno mismo de la Legislatura, visibilizar lo que estaba detrás de eso.

Hoy hay mucho más acuerdo en la legislatura que en esos años. La única solución es la movilización, la articulación, la unidad y la calle.