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Red Internacional
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Tribuna Abierta. En el mundo de la abundancia, el hambre es ley

Un pequeño recorrido por la irracionalidad del hambre en pleno siglo XXI, el rol de los diferentes gobiernos y la necesidad de una salida de y para las y los trabajadores.

Martes 28 de abril de 2020 13:01

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) llama a todos y todas a fortalecer sus sistemas inmunológicos con una alimentación sana y consciente para mitigar los efectos de la pandemia en la seguridad alimentaria y nutrición.
Sin embargo estas recomendaciones de la FAO, muy correctas políticamente, contrastan al menos con dos elementos de la única y misma realidad. Por un lado la irracionalidad de un puñado de empresarios de la alimentación que lucran con la pandemia con sobreprecios y especulaciones y por el otro un Estado de aparente “doble cara”, camuflado entre decretos que luego son papel mojado, y no hace más que reafirmar su extensión como apéndice del sistema capitalista. Cuando las papas queman, siempre patea para el mismo lado.

“Existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos a fin de llevar una vida activa y sana”, se redactaba en el informe de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación en 1996 en Roma, Italia.

Según los balances de alimentos de la FAO, el consumo promedio mundial se encuentra por debajo del suministro de alimentos disponibles: Ni más ni menos que 40 millones de toneladas de grano de diferencia. Sucesivas conferencias mundiales de la alimentación promovidas por la FAO trataron el tema sin haber logrado avances significativos. Claro, ¿quién podría pensar que manteniendo las mismas políticas especulativas, desiguales y cínicas inherentes a este sistema, se podría dar alguna salida a la actual crisis alimentaria, ambiental, sanitaria y de todo tipo?

"Juegos" del hambre

En el mundo hay más de 821 millones de personas que padecen hambre, con 151 millones de niños que tienen un retraso en el crecimiento por malnutrición y se mueren, todos los días, más de 24mil personas de hambre.
En Argentina, 15 millones de personas que viven en la pobreza. En promedio, cerca de un 40 % de los niños y niñas tiene malnutrición con déficit de uno o más elementos de la dieta. En lo que va del año, cerca de 20 niños wichí han muerto ha causa de la desnutrición. Solo durante la cuarentena, según datos arrojados por Unicef, el 59% de los hogares perciben menos ingresos, lo que ocasiona que un 28 % de ellos consuman menos alimentos. En los barrios populares la situación es peor, 1 de cada 2 familias tienen privaciones nutricionales, siendo los niños y niñas los más afectados.

Del otro lado de la vereda de nuestro país, los empresarios de la carne cerraron la caja del 2019 con las exportaciones más importantes de los últimos 30 años, facturando un total de venta al exterior en 3104.5 millones de dólares con un crecimiento del 58.1% según la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y derivados (CICCRA). Sin embargo hoy, empresarios como los del frigorífico Penta, despiden y reprimen a compañeros que trabajaron para generar esas riquezas.

Las empresas exportadoras de cereales y aceites, como Cargill, ADM COFCO y Louis Dreyfus Company (LDC) liquidaron 23.719 millones de dólares a lo largo del 2019 siendo la mejor liquidación en los últimos 17 años según informó Gustavo Idigoras ex Monsanto y presidente de la cámara de la industria aceitera (CIARA) y el centro de exportadores de cereales (CEC). Pero sin embargo, teníamos a compañeros aceiteros acampando durante meses en Bahía Blanca para impedir despidos y suspensiones.

A ellos nunca les alcanza, siempre quieren más. Esa es la irracionalidad de este sistema y todos los gobiernos la han perpetuado. De un lado de la cancha los trabajadores haciendo mover el mundo y transpirando la camiseta de principio a fin. Del otro, los parásitos dueños de la pelota. Y aunque algunos quieran disfrazar al Estado como árbitro, bien sabemos que ese juega para ellos, con cada una de sus acciones u omisiones. Patea en contra.

Que la tortilla se vuelva

Pero no nos podemos quedar de brazos cruzados frente a esta irracionalidad, no podemos resignarnos a esta locura.
Mientras en las calles con aparente silencio, la explotación laboral se acentúa, y los niños y niñas en las escuelas reciben una bolsa de turrones como “nutricional“, no nos podemos resignar.

Mientras te lleven detenido y seas golpeado brutalmente por robar una leche para tu hijo, no nos podemos resignar.
Mientras los empresarios de la carne se llenen sus bolsillos de dólares con el sudor y la sangre de trabajadores que luego despiden como material descartable, no nos podemos resignar.

Mientras las empresas exportadoras de cereales la levanten en pala, mientras le niegan el acceso al alimento a millones, no nos podemos resignar.
Mientras el vino se considere en plena crisis, un alimento esencial y no importa si no hay ni leche en las “canastas nutritivas”, no nos podemos resignar.

Los y las esenciales tenemos una salida

Con la variedad, cantidad y calidad de alimentos generadas por las manos trabajadoras del país podríamos garantizar el acceso a una alimentación saludable a la totalidad de nuestra población, y nos quedaría un enorme resto para repartir solidariamente con los países vecinos. ¿Porqué no empezamos a pensar que eso sí sería posible? ¿No sería mucho más razonable que todos los habitantes del globo tuviéramos acceso a la comida todos los días?

Para cada uno de los problemas que se desnudaron con la pandemia, los
trabajadores tenemos una solución. Se empieza a configurar una de las peores crisis económicas de nuestra historia y ellos querrán descargarla sobre nuestros hombros. De nosotros depende que la moneda caiga del lado de las mayorías. Tenemos con qué.

Al decir de Lenin: "Es preciso soñar, pero con la condición de creer en nuestros sueños. De examinar con atención la vida real, de confrontar nuestra observación con nuestros sueños, y de realizar escrupulosamente nuestra fantasía"