Desde el Equipo Técnico de Infancias lanzamos una encuesta para conocer las condiciones laborales de las y los trabajadores de infancias de todo el país. En Mendoza, mientras que la canasta básica es de $78000, las trabajadoras de infancias cobran $42000. Contanos tu experiencia.
Martes 19 de abril de 2022 11:29
Desde hace 20 años me desempeño como trabajadora de infancias, habiendo pasado por diferentes áreas del Estado, en el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En la actualidad, soy parte del Equipo técnico de infancias y adolescencias, desde donde impulsamos diferentes acciones, como el informe que elaboramos sobre la situación de las niñas, niños y adolescentes en la toma de Guernica.
Desde hace un tiempo, venimos conversando con compañerxs de diversos sectores que trabajan con esta población, y de diferentes partes del país, y problematizamos la situación por la que atraviesan las familias y los niños, niñas y adolescentes con los que intervenimos. Sin embargo, y a pesar de ser trabajadores asalariados, venimos sintiendo el impacto del ajuste, comandado por el FMI y en cabeza de Alberto Fernández.
Hace unos días, conocimos que la inflación de marzo fue de 6,7%, siendo el valor más alto en los últimos 20 años, y nuestra realidad deja de ser una sensación y se transforma en un dato concreto, nuestro sueldo no nos alcanza.
Desde el Equipo Técnico, queremos visibilizar lo que sucede a lo largo y a lo ancho del país, con nuestras condiciones de trabajo, y poder mostrar que la precarización es patrimonio de todos los gobiernos, y que hay no hay grieta entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio.
En la provincia de Mendoza, relatan las compañeras de los sectores que atienden directamente a la población más vulnerable, donde gobierna el radical Rodolfo Suarez, y donde una familia necesita de $78.000 para no ser pobre, las trabajadoras que realizan el seguimiento de niñas, niños y adolescentes con graves vulneraciones a sus derechos, que realizan trabajo territorial y de articulación entre instituciones, cobran $42.000.
Estas condiciones llevan a estas trabajadoras a tener que tener más de un empleo para poder alcanzar los ingresos necesarios que les permitan cubrir el costo de la canasta básica.
Además, agregan que sus condiciones de contratación son precarias, sin relación de dependencia y sin las garantías de la seguridad social, con gremios que no acompañan sus reclamos, y que son cómplices de la persecución a aquellas trabajadoras que intentan reclamar por un salario digno.
Esta es la primera de las historias que presentamos, dando voz a aquellxs que no son escuchadxs. Queremos seguir visibilizando la realidad de todxs, y para eso te pedimos que nos respondas estas preguntas.