Esta entrevista con Sebastian Budgen fue publicada originalmente en francés el 29/9 en RP Dimanche, parte de la red internacional La Izquierda Diario. Fredric Jameson falleció el 22 de septiembre de 2024 a la edad de 90 años. Dejó tras de sí un rico legado intelectual. Su singular enfoque de los fenómenos culturales contribuyó en particular al desarrollo del marxismo de habla inglesa en la segunda mitad del siglo XX. Con motivo de su fallecimiento, RP Dimanche conversó con su editor, Sebastian Budgen.
Fredric Jameson acaba de morir a la edad de 90 años. Abarcó gran parte del siglo XX. ¿Qué cosas son destacables de su carrera?
La carrera de Jameson fue una carrera académica bastante clásica. Nació en Cleveland en 1934 en el seno de una familia de clase media. Estudió en el Haverford College antes de irse a Europa en 1954. Allí descubrió el pensamiento europeo continental y viajó mucho, a Aix-en-Provence, a Múnich y a Berlín. En aquella época, el existencialismo de Sartre suscitaba debates, pero también era el comienzo del estructuralismo. Sartre fue la primera y probablemente más importante influencia de Jameson.
En 1959 escribió su tesis doctoral en la Universidad de Yale con Erich Auerbach, el crítico literario y filólogo alemán, sobre el estilo de Sartre, que más tarde dio lugar a un importante libro. Dio clases en Harvard de 1959 a 1967, antes de trasladarse a la Universidad de California San Diego, de 1967 a 1976. Allí conoció a [Herbert] Marcuse, quien desempeñó un papel importante acercándolo al bando del marxismo hegeliano. Desde 1985 hasta su muerte, enseñó en la Universidad de Duke, Carolina del Norte, como catedrático de Literatura y Estudios Románicos.
Su carrera académica fue, pues, clásica pero prestigiosa. El resto de su devenir estuvo marcado por sus principales libros. El primero, en 1961, fue Sartre: The Origins of a Style. El segundo, Marxismo y forma, teorías dialécticas en la bibliografía del siglo XX, es un libro sobre las teorías marxistas de la literatura, publicado en 1971. Le siguió La cárcel del lenguaje: perspectiva crítica del estructuralismo y del formalismo ruso, en 1972. En la década de 1980 publicó sus dos obras más conocidas: Documentos de cultura, documentos de barbarie [nota del traductor: su título original es The Political Unconscious: Narrative as a Socially Symbolic Act] (1981), y El posmodernismo o la lógica cultural del capitalismo tardío (1989).
¿Cuáles fueron sus principales intereses teóricos? ¿Es justo decir que estudió principalmente la relación entre cultura y política?
Jameson era una mente muy inquieta, que lo devoraba todo intelectualmente. De hecho, le interesaba sobre todo la cuestión de la relación entre la cultura, especialmente la literatura, y la política, pero tenía un enorme apetito por todas las formas culturales, especialmente el cine, sobre el que escribió mucho, pero también la arquitectura, por ejemplo. Su dominio de lenguas extranjeras y su disposición a viajar con frecuencia hicieron que se interesara por las formas culturales de muchos países. A menudo hablaba de las obras de países no anglófonos, sobre todo del Sur. Se nutría de la filosofía y, por supuesto, del marxismo, incluidos los hegelianos, la Escuela de Frankfurt, Althusser y los estructuralistas. En sus últimos años, exploró otras corrientes del marxismo: la teoría de la comunización, por ejemplo.
¿Podríamos volver sobre su crítica del posmodernismo? ¿En qué sentido es original?
En la década de 1980, estalló una gran disputa entre los marxistas y los defensores de lo que ahora se denomina “posmodernismo”, o postestructuralismo, posmarxismo, etc. En el mundo anglosajón, este debate dio lugar a numerosas intervenciones, a menudo interesantes pero muy virulentas. Contra el posmodernismo, de Alex Callinicos, y Las ilusiones del posmodernismo, de Terry Eagleton, por ejemplo, adoptan un tono muy polémico. Jameson también fue crítico con el posmodernismo, pero lo formuló de un modo diferente. Pensaba que el posmodernismo debía considerarse como la expresión cultural e intelectual de una fase del capitalismo, el capitalismo tardío. Para él, no bastaba con denunciarlo o deconstruir intelectualmente el paradigma posmoderno, no bastaba con mostrar cómo esas críticas al marxismo eran falaces, la cuestión era más bien entender de dónde venía y qué expresaba en relación con la cultura, el periodo, la fase específica de, digamos, el capitalismo estadounidense, y el capitalismo en general. Es un enfoque crítico, pero más sutil.
¿Cuál era su relación con el marxismo?
Jameson fue un marxista declarado, algo que no se veía en los años cincuenta y sesenta en Estados Unidos, especialmente en el mundo académico. Fue él quien hizo posible estudiar la literatura y la cultura desde un punto de vista explícitamente marxista. Su papel fue decisivo: gracias a él y a su obra se desarrolló en el mundo anglosajón una escuela de crítica marxista de la cultura burguesa y popular. Encabezó este combate con otros, Stuart Hall y Terry Eagleton en particular, pero Jameson fue sin duda el más conocido y el más prolífico, y contribuyó a establecer esta crítica como un campo legítimo. Gracias a él, muchos jóvenes estudiantes descubrieron que existía algo llamado marxismo, y que este último era un campo muy rico de debate, discusión y argumentación.
Además, aunque Jameson tenía su propia visión marxista de las cosas, muy influida por los hegelianos y por Lukács, siempre se mantuvo en las antípodas de un marxista sectario. No intentó crear una capilla a su alrededor ni excluir a la gente que no tenía la lectura “correcta” del marxismo. Al contrario, tenía una concepción muy generosa del campo marxista, a pesar de que el marxismo apenas existía en Estados Unidos en los años cincuenta y sesenta. Finalmente, y es un poco paradójico, pero consiguió crear y legitimar un campo marxista fuerte en el mundo académico, en un contexto en el que políticamente el marxismo apenas existía.
En Francia, ¿qué papel desempeña Jameson en el marxismo y el pensamiento crítico? ¿Tenés alguna referencia que recomendar a nuestros lectores?
Desgraciadamente, hasta hoy Jameson no ha irrumpido con fuerza en el mundo intelectual francés. No es el único: están Terry Eagleton, Alex Callinicos, Giovanni Arrighi y Perry Anderson. Hay varias razones para ello. La primera es que la obra de Jameson es difícil de clasificar. Escribió mucha crítica literaria, se interesó por la arquitectura, el cine, la filosofía, etc., y no encaja en ninguno de los casilleros universitarios franceses. Otra razón es el contexto en el que escribió. Cuando desarrolló su obra, a finales de los años setenta y durante los ochenta y noventa, el marxismo estaba en pleno retroceso en Francia. En aquella época había muy pocos marxistas franceses capaces de abordar una obra tan rica y prolífica. Daniel Bensaïd, por ejemplo, leyó a Jameson pero nunca escribió nada sustancial sobre él.
Más recientemente, sin embargo, ha habido autores que han dedicado artículos a Jameson y que han actuado como “intermediarios” para el mundo intelectual francés. Pienso, por ejemplo, en Stathis Kouvélakis, que ha escrito varios textos importantes sobre Jameson, en particular Nicolas Vieillescazes, su traductor y editor francés, pero también Thierry Labica y Vincent Chanson. Muchos de estos textos volverán a publicarse en la revista Contretemps en las próximas semanas.
Traducción: Guillermo Iturbide
Algunas obras de Fredric Jameson en castellano:
La cárcel del lenguaje: perspectiva crítica del estructuralismo y del formalismo ruso (Barcelona, 1980)
Documentos de cultura, documentos de barbarie (Madrid, 1989, traducción de The Political Unconscious, 1981)
El posmodernismo o la lógica cultural del capitalismo avanzado (Barcelona, 1991)
La estética geopolítica: cine y espacio en el sistema mundial (Barcelona, 1995)
El giro cultural. Escritos seleccionados sobre el postmodernismo 1983-1998 (Buenos Aires, 2002)
Arqueologías del futuro. El deseo llamado utopía y otras aproximaciones de ciencia ficción (Madrid, 2009)
Marxismo tardío, Adorno y la persistencia de la dialéctica (Buenos Aires, 2010)
Representar “El capital”: una lectura del tomo I (Buenos Aires, 2013)
Brecht y el método (Buenos Aires, 2013)
Valencias de la dialéctica (Buenos Aires, 2013)
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